El Gobierno de la República confirmó, este domingo 22 de mayo, que analiza la posibilidad de emplear un crédito con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), por $200 millones, para subsidiar el pago de tarifas a los usuarios de autobús. El presidente Rodrigo Chaves señaló, en conferencia de prensa, que esta sería una de las medidas de su administración para paliar el impacto de la escalada del precio de los combustibles que enfrenta el país.
Chaves señaló que el gobierno tienen el planteamiento sobre la mesa, pero que analiza los detalles y afina sus números, para evitar que se beneficie a algún sector específico.
Según el mandatario, su administración considera que para evitar un beneficio desmedido a algún sector se debe acelerar la implementación del pago electrónico en autobuses, de modo que el subsidio se dirija directamente al usuario a partir de una información más fiable de las tarifas que ya se les cobran. “Eso lo estamos trabajando, estamos haciendo los números y acelerando el pago electrónico”, afirmó.
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La posibilidad se anunció como parte de un paquete de medidas, además de la anulación de dos decretos ejecutivos. Chaves también mencionó una acción que fue anunciada, días atrás, por la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (Aresep). En específico se trata de una modificación metodológica, planteada por la Autoridad Reguladora, ara que utilice el precio efectivamente pagado para la importación de diésel por parte de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) a la hora de establecer el precio del combustible.
El mandatario aseguró que esa última medida podría representar un impacto de unos ¢50 por litro de diésel. Para ello, dijo que planea emitir un decreto que canalice los ahorros en ese tipo específico de combustible.
Tanto Chaves como su presidente ejecutivo de Recope, Juan Manuel Quesada, señalaron que la instrucción se enfoca en el diésel, por tratarse del producto con un consumo más importante para sectores más vulnerables ante la subida de los precios internacionales del petróleo. “La política se va a enfocar en direccionar las políticas en el diésel, con el fin de beneficiar a los más vulnerables como quienes se movilizan por autobús, a los agricultores, a los comerciantes y al transporte de carga”, anotó Quesada.
Sobre en qué momento se percibiría la rebaja en el precio del diésel, Chaves se mostró cauto. Consultado por la prensa, comentó que “Aresep, al final del día, es la que emite el precio final” y que el Gobierno cumple con “dar la información a Aresep y instarle de la manera más respetuosa a actuar a la brevedad”.
En cuanto a los decretos, Chaves aseguró que se realiza análisis detallados para eliminar uno que subsidia la importación de asfaltos y postergar otro que implicaría importar combustibles más solventes, y más caros, a partir de 2023. Sobre estos puntos no brindó mayores detalles.
Asimismo, señaló que el impacto de la eliminación del subsidio a la importación de asfalto podría ser menor en el precio de los combustibles, pero que se trata igualmente de una medida justa, porque actualmente solo beneficia a algunos cuantos actores como empresas constructoras de infraestructura.
“Independientemente de cuál sea el impacto en el galón de gasolina, en el litro de gasolina o de diésel, eso es una barbaridad”, dijo Chaves. “Lo hemos dicho en campaña y lo seguiremos diciendo, no vamos a permitir que pocos se aprovechen de la mayoría, entonces el costo beneficio es clarísimo (...) en este momento no me acuerdo el número, pero no va a ser mucho, porque es sacarle una gotica a cada quien de la bolsa, pero es el principio y es la señal”, afirmó.
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Durante su anuncio de las medidas, el presidente Chaves afirmó que la subida en el precio de los combustibles se ve afectado por la invasión rusa en Ucrania, pero también culpó a la administración anterior del Banco Central, comandada por el economista Rodrigo Cubero, por la devaluación del colón en este 2022. Reprochó que en la administración anterior se usaron $2.300 millones de reservas para “sostener artificialmente el tipo de cambio (...) en tiempos de tranquilidad”.
“Ahora, que la inflación mundial está disparándose y la FED sube las tasas, nosotros no tenemos instrumentos (...) Entonces, tomen en cuenta eso, no solo es la subida (del petróleo), sino que el tipo de cambio se nos está disparando y tenemos pocas reservas. Esto no es solo aumento de precios de derivados de petróleo, sino que también es el tipo de cambio. Esas reservas se usaron cuando el mar estaba tranquilo y no ahora cuando está picado”.
Las reservas netas del Banco Central a este mes de mayo son de $6.845,3 millones y el emisor ha defendido la suficiencia de ese monto. En noviembre de 2019, la cifra era $2.308 millones mayor.
La escalada
El precio de los combustibles sufre actualmente una escalada pronunciada. Al aumento en la demanda que produjo la reapertura económica en medio de la pandemia de covid-19 se sumó más recientemente el estallido de la invasión de Rusia en Ucrania, la cual ha sacudido los precios internacionales del petróleo y los ha colocado de nuevo por encima de la barrera de los $100 por barril.
El precio de referencia estadounidense (WTI) se llegó a colocar hasta en $123,7 por barril, el 8 de marzo pasado, y todavía cerró en $110,35 este viernes. En el caso de la la referencia europea (Brent), el monto máximo fue de $127,98, en la misma fecha que la referencia estadounidense, y todavía cerró en $112,69 el viernes.
Esa presión ha empujado los precios en Costa Rica, un país que no produce combustibles fósiles e importa la mayor parte de sus gasolinas de Estados Unidos.
También ha tenido un impacto importante el tipo de cambio y la devaluación del colón. El tipo de cambio promedio en Monex era de ¢618,52 hasta el 20 de mayo de 2021 y, un año después, es de ¢678,37: un 9,7% mayor que entonces.
Hasta este momento, el precio de la gasolina súper se ubica en ¢958 el litro; mientras que el de la gasolina regular alcanza los ¢933 y el diésel los ¢908. Sin embargo, este 20 de mayo la Autoridad Reguladora de Servicios Público informó de que propondrá alzas de ¢104 para los litros de gasolina súper y el diésel, y de ¢91 para el de gasolina regular, Ello llevaría el costo de los tres principales combustibles usados en Costa Rica por encima de los ¢1.000 por primera vez en su historia (al menos en términos nominales).