El Gobierno de la República envió oficialmente su proyecto de ley para imponer precios máximos a los combustibles durante los próximos nueve meses.
El presidente Rodrigo Chaves dijo a inicios de mes que su gobierno enviaría al Congreso una ley para congelar los montos en ¢900 por litro de las gasolinas y en ¢800 por litro de diésel; pero, finalmente, el texto estableció topes de ¢950 por litro de gasolina súper, ¢900 por litro de regular y ¢870 por litro de diésel.
A pesar de que Chaves inicialmente aseguró, durante su campaña presidencial, que impulsar un subsidio a las gasolinas sería “irresponsable” y desfinanciaría otras gestiones del Estado; el mandatario luego cedió para aplicar la medida ante una situación que “se nos fue de la mano”, según manifestó en conferencia de prensa.
El expediente se presentó a la corriente legislativa este 25 de agosto, al cierre de la tarde. Se tramitará bajo el expediente legislativo 23.308 y los diputados de todas las fracciones podrán enmendarlo, por lo que no se trata de una versión definitiva.
¿Cómo funcionaría el tope?
El tope de precio propuesto para las diversas gasolinas y diésel funcionaría de manera que, cuando los montos superen los topes, se reduzca el monto que cobra el Estado por concepto del Impuesto Único a los Combustibles. Según indica la iniciativa de ley recién enviada al Congreso, la Autoridad Reguladora de Servicios (Aresep) tendría que comunicarle al Ministerio de Hacienda y a la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) cuando los precios de la gasolina superen las barreras, de modo que el Gobierno garantice el adecuado subsidio.
¿Por cuánto tiempo funcionaría el subsidio?
El Poder Ejecutivo establece en su plan de ley una vigencia máxima de nueve meses, los cuales empezarían a descontarse a partir de la eventual publicación de la ley.
¿Qué impacto real tendría el subsidio?
El impacto real de esta medida en el precio de los combustibles es difícil de determinar, ante las fluctuaciones de los últimos meses en los precios internacionales del petróleo.
Si el precio del barril de petróleo crece, los precios de las gasolinas lo harán también y el impacto del subsidio será mayor.
Actualmente, los precios de las gasolinas son de ¢1.101 por litro de súper, ¢1.078 por litro de regular y ¢1.001 por litro de diésel; sin embargo, están pactadas rebajas hasta los ¢956, los ¢922 y los ¢872 , respectivamente, para fin de mes.
Con esos precios, el subsidio pasaría de representar ¢151 por litro de súper, ¢179 por litro de regular y ¢131 por litro de diésel, a solo ¢6, ¢22 y ¢2, respectivamente.
¿Y eso cuánto dinero representa para el Estado?
Con los precios vigentes de los combustibles (más altos de lo que cerrarían a final de mes), el monto estimado del subsidio podría ascender hasta a los ¢31.475 millones, aproximadamente, tomando como referencia los promedios de venta mensual de las gasolinas y el diésel en lo que va de 2022 publicado por Recope hasta julio.
Pero, con los precios de la rebaja que se espera para fin de mes, el impacto final decaería a ¢1.765 millones mensuales.
¿Qué se espera para los precios de los combustibles en las próximas semanas?
El precio internacional del petróleo ahora mismo muestra una tendencia a la baja, que debería reflejarse en los precios de los combustibles locales en las próximas semanas. El monto cerró en $92 por barril este 26 de agosto y llegó a cerrar en $87 hace solo 10 días: el registro más bajo desde que empezó la invasión de Rusia a Ucrania, con su consecuente impacto en el mercado de los combustibles.
El precio del petróleo llegó a tocar los $122 por barril en junio, durante los momentos de mayor incertidumbre para el mercado petrolero, en junio; pero parece que por fin avanza en dirección a estabilizarse en montos más bajos.
Esto invita a pensar en precios en Costa Rica que requerirían de menores “ayudas” del Estado, aunque es imposible prever con certeza qué pasará en el mercado energético durante un lapso tan alto como nueve meses.
Según afirmó el economista José Luis Arce, director de FCS Capital, tras el anuncio presidencial sobre la propuesta de tope a los precios, el subsidio anunciado por el Gobierno “podría lograrse incluso con muy poco costo fiscal, simplemente debido al comportamiento de los precios internacionales”, si se mantienen las tendencias actuales y los precios locales caen por sí mismos, como es esperable.
Además del precio del petróleo, resta por ver cómo evolucionará el tipo de cambio, ahora también estable.
El precio del dólar también puede encarecer las gasolinas en Costa Rica porque Recope compra los materiales en moneda extranjera y los vende en moneda local, por lo que el costo del dólar se traslada a los consumidores.
La dinámica a la baja en los precios internacionales y en el tipo de cambio ya se deja sentir, y por eso se esperan las altas rebajas ya antes mencionadas para fines de mes, de más de ¢100 por litro de cada derivado (gasolinas y diésel).
¿Qué pasará con los recursos dejados de percibir?
Si el subsidio tiene que aplicarse, entonces el Gobierno daría los recursos para este de su bolsillo.
El plan de ley no establece una fuente específica para cubrir esos gastos. Únicamente señala que el dinero “provendrá de las partidas asignadas anualmente en los presupuestos ordinarios y extraordinarios de la República”; es decir, del gasto normal del Estado que se financia con impuestos y deuda pública.
¿Qué sigue para el proyecto?
Tendrá que avanzar por el trámite legislativo. Los diputados podrán realizarle cambios si lo consideran pertinente y solo podrá aplicarse hasta que lo aprueben en primero y segundo debate. El camino que resta para una eventual puesta en marcha todavía es amplio.