Los precios de los combustibles en Costa Rica –todos por encima de los ¢1.000 por litro a partir de este jueves– se encuentran en su punto más alto de los últimos 13 años y ocho meses. Ese período abarca la gran mayoría de las principales crisis históricas que llevaron el precio del petróleo por encima de los $100 por barril.
Si los precios de las gasolinas y del diésel en Costa Rica de los últimos 15 años se traen a colones de mayo de 2022 (contabilizando el impacto de la inflación), se puede decir que solo fueron mayores en 2008.
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Ese es el año que se reconoce como el de los precios más elevados del crudo en toda la historia. Superaron los $140 por barril en el caso del Brent (la referencia europea) y del WTI (la referencia norteamericana), según los registros oficiales.
Sin embargo, las tensiones en Europa del Este, con la invasión de Rusia en Ucrania, han elevado los precios del petróleo y los han acercado a los de hace 14 años. En aquel entonces también influyeron tensiones geopolíticas (en Irán, Nigeria y Pakistán), pero además se sumaron otras cuestiones como una demanda creciente de países emergentes y de China.
Los precios actuales ya superan los que se registraron en 2011, 2012, 2013 y 2014: los otros cuatro años en que, además de 2022, el precio del petróleo superó los $100 el barril. Hablamos de los años de la Primavera Árabe, del embargo al petróleo de Irán por su desarrollo de armas nucleares y las tensiones en Siria.
Sigue sobre $100
La subida en el precio de los combustibles no es exclusiva de Costa Rica y el precio de las gasolinas llegó a su récord en Estados Unidos, en mayo.
El precio del barril de petróleo se mantiene por encima de los $100 desde inicios de marzo pasado, impulsado por las presiones en los mercados energéticos que ocasionó la invasión de Rusia en Ucrania. El precio del WTI abrió el mercado este 7 de junio en $119 el barril, mientras que el Brent lo hizo en $120.
La subida no da tregua desde entonces y más bien ha encontrado aún más presiones en días recientes, ante el anuncio hecho por la Unión Europea, a finales de mayo, de que aplicará un embargo progresivo por parte a las importaciones de petróleo ruso y sus derivados.
La guerra en Ucrania, además, no es el único factor. El conflicto solo se sumó a factores que ya impulsaban al alza los precios del petróleo, como el aumento de la demanda de crudo tras las restricciones más duras por la pandemia de COVID-19 y la reapertura económica que ello causó.
Un factor que sí pesa a lo interno en Costa Rica, como país importador de combustibles refinados, es la creciente pérdida de valor del colón frente al dólar. Ello encarece las compras internacionales de las gasolinas, lo cual finalmente es trasladado al consumidor por parte de la Refinería Costarricense de Petróleo (Recope).
Según los datos del Departamento de Comercio Internacional de Recope, la entidad estatal importó poco menos de 21 millones de barriles de distintos derivados del petróleo en 2021: poco menos de 20 millones de barriles ingresaron desde territorio estadounidense y el resto, principalmente, de Bélgica y de Países Bajos.
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Medidas insuficientes
El gobierno entrante anunció días atrás una serie de posibles medidas con las que buscaría reducir, al menos ligeramente, el precio de los combustibles. Sin embargo, ninguna ha tenido mayores efectos hasta el momento y el margen de maniobra para el Ejecutivo es reducido.
Por otra parte, diputados de oposición (del actual cuatrienio y del anterior) han amagado con la posibilidad de reducir temporalmente el Impuesto Único a los Combustibles, que representa una tercera parte del precio al consumidor de las gasolinas y una quinta parte del precio del diésel. Pero esa medida ha sido rechazada por la nueva administración y por la anterior.
El Ministerio de Hacienda (en ambos gobiernos) ha considerado cualquier reducción al impuesto sobre los combustibles como ruinosa para las arcas estatales. Nogui Acosta, actual jerarca de la cartera, señaló en declaraciones a los medios de comunicación que sería un golpe para las metas de recuperación fiscal fijadas en el acuerdo vigente con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y, según dijo, solo reducir en ¢50 el impuesto para el diésel y en ¢25 a las gasolinas implicaría una reducción de más ¢80.000 millones en el ya limitado Presupuesto Nacional.
Entre tanto, el precio de la gasolina súper alcanzará este 9 de junio los ¢1.062, el de la gasolina regular los ¢1.024 y el del diésel los ¢1.012 por litro.
En 2008 los precios de los combustibles terminaron cayendo abruptamente a final de año por la crisis financiera internacional y la urgencia de efectivo que ella provocó en los inversores. En la actualidad, el panorama todavía no dibuja una salida clara.