El gobierno del presidente de Rodrigo Chaves sufrió dos de las tres salidas más rápidas de cualquier gobierno desde 1978. Las destitución de Patricia Navarro, de Comunicación, y la renuncia de Laura Bonilla, de Agricultura, se produjeron a los 116 y 123 días de la administración; es decir, en sus primeros cuatro meses.
Dos salidas en tan poco tiempo son un récord desde 1978, según una base de datos confeccionada con la información desde ese año, por los académicos Gerardo Hernández y Jesús Guzmán. El resumen incluye con todos los 397 jerarcas de entre 1978 y 2022; y para este trabajo se incluyeron los primeros 24 nombramientos de la nueva administración.
Entre todos esos gobiernos, solo un ministro renunció antes que las dos exjerarcas del gabinete de Chaves. Fue Claudio Gutiérrez, quien dejó la cartera de Educación en 1998, apenas tras cumplirse los primeros 114 días de gobierno de Miguel Ángel Rodríguez, de forma “sorpresiva, según recogió la crónica del periódico La Nación de aquel entonces.
La situación hoy es diferente. La exministra Navarro fue destituida por el presidente Rodrigo Chaves, según informó Presidencia; mientras que la exministra Bonilla presentó su renuncia por “asuntos personales”, siete días después. En ninguno de los casos el Gobierno ahondó sobre los motivos de la salida y el mismo presidente se ha rehusado a hacerlo.
Entre la incertidumbre, lo corroborable es que ambas salidas se dieron de manera inmediata y se enmarcan en un gabinete atípico. Un equipo que Chaves conformó sin partir de una estructura partidaria, tras haber desarrollado su carrera por décadas fuera del país (como funcionario del Banco Mundial) y reclutando a personas que no se conocieron sino hasta semanas o días antes de asumir su mandato.
Salidas rápidas
Las salidas de Navarro y de Bonilla llegaron al borde de los primeros cuatro meses de gobierno.
Ambas, además, superan las renuncias más expeditas de 10 de los 11 gobiernos anteriores, desde 1978.
Administraciones como las de Rodrigo Carazo, Luis Alberto Monge, José María Figueres, Óscar Arias (en su segundo mandato), Laura Chinchilla, Luis Guillermo Solís y Carlos Alvarado superaron sus primeros seis meses sin salidas
Arias (en su primer mandato), Miguel Ángel Calderón y Abel Pacheco experimentaron sus primeras salidas a unos pocos días de ese límite.
La tendencia solo la rompe la renuncia exprés de 114 días en el gobierno de Miguel Ángel Rodríguez ya mencionada; sin embargo, esa administración recibió su segunda renuncia hasta el día 215 de su mandato (séptimo mes).
Es decir, nunca antes dos salidas se dieron tan pronto en una administración como las que ya experimentó el gobierno de Chaves.
En la historia, por supuesto, otros ministros han tenido pasos más fugaces por sus ministerios. Sin embargo, se ha tratado de jerarcas que asumieron sus labores más tarde como reemplazantes, para llenar vacantes que se produjeron en el transcurso o el cierre de períodos constitucionales.
Un gobierno atípico
Las primeras salidas del gobierno entrante son atípicas si se analizan históricamente, pero deben enmarcarse en un estilo de gabinete que también es atípico.
El presidente Chaves se presentó en la política costarricense como un outsider, tratándose de un exfuncionario de un organismo internacional que apenas regresó al país a finales de 2019 y que accedió al poder lejos de una estructura partidaria firme. Todo eso lo trasladó a la selección de su gabinete, a la cual comparó con una selección futbolística, en la que buscó seleccionar personas para plasmar su mando.
De hecho, el mandatario aseguró el 29 de abril pasado visualizar en su gabinete “un equipo de profesionales reclutados de acuerdo a sus capacidades” y “un grupo de personas que, sin haber participado en política pública antes en muchos de los casos, estaban dispuestos a dar un paso”.
Esas palabras las pronunció en el segundo de tres actos que realizó para presentar a sus jerarcas de gobierno y además señaló que veía en en ese ‘equipo técnico’ un grupo de personas que estaría en constante revisión, a partir de los objetivos que se planteara su mandato.
Consultado por un periodista en aquella ocasión sobre las implicaciones políticas de su inédita forma de escoger a su gabinete, que incluyó la recepción de currículos y la realización de entrevistas laborales, Chaves respondió con una pregunta retórica: “¿Cómo sabe alguien cuando se casa que no se va a divorciar?”.
“Bueno, uno hace el proceso de selección, de pensamiento, etcétera (...) pero eso no significa que yo no voy a ser absolutamente vigilante”, matizó entonces.
Según la politóloga Eugenia Aguirre, de la Universidad de Costa Rica (UCR), esa visión ha quedado reflejada en las primeras salidas de Chaves. La separación del cargo de Navarro y la renuncia de Bonilla se anunciaron de forma “inmediatas” y sin mayores explicaciones –lejos de la costumbre histórica de las salidas de otros gabinetes en el pasado.
Una buena explicación para ello, comentó, es precisamente la ausencia de lazos políticos entre Chaves y sus jerarcas, los cuales –cuando existen– usualmente hacen que los presidentes tengan mayor confianza en sus designaciones y más paciencia con ellas.
En otras administraciones, por ejemplo, el cargo de jerarca de Comunicación suele asignarse a personas especialmente cercanas al presidente; sin embargo, en esta ocasión, Chaves otorgó el cargo a Patricia Navarro, una periodista a la que no conoció en su campaña y que no le apoyó con mayor ahínco durante la misma. Además, la exministra Laura Bonilla siempre se ligó a Liberación Nacional (PLN), según recordó Aguirre, y eso habla sobre la complejidad de la “construcción de lealtades” y “la dificultad de gerenciar sin afinidades políticas claras”.
Gobierno ‘personalista’
El gobierno del presidente Chaves es “personalista”. El mandatario resultó electo por su figura y desde entonces ha manejado su gobierno centrado en lo que él mismo aprueba y desaprueba para su gestión. Este es un modelo que, según el politólogo de la UCR, Jesús Guzmán, puede generar más tensiones de las acostumbradas en los gobiernos hasta ahora.
“Una de las primeras cosas que mencionó el presidente fue que él iba a evaluar a sus ministros en términos de lo que consideraba una alineación estratégica con sus objetivos y eso, por supuesto, podría generar cierto tipo de inestabilidad para los ministros”, afirmó. “Habrá que ver si esta salida (la de Navarro) será la tónica o si será un caso aislado, pero el hecho de que no existan lazos partidarios fuertes podría provocar que haya salidas más rápidas o al menos que haya menos estabilidad”.
La exministra de Comunicación manifestó diferencias con el tono del presidente tras salir de su puesto. Dijo en diversas entrevistas que no estuvo de acuerdo con la forma en que el presidente se relacionó con la prensa y, en una breve conversación con EF, señaló que el mandatario “tiene su manera particular de ser” y que eso genera presiones.
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“Eso ya tiene que ver con su temperamento, su carácter y yo respeto su forma de ser”, manifestó. “Hablamos de una persona ejecutiva y, en ese sentido, los ministros vamos en ese barco –o íbamos en mi caso– tratando de dar la talla que se espera”.
Cuestionado sobre las salidas tempraneras de su gabinete, fiel a su estilo, Chaves llamó a pasar la página y evitó brindar mayores detalles. “No tengo más comentarios al respecto”, dijo este 12 de septiembre y remitió a los escuetos comunicados en que se anunciaron los movimientos de gabinete. Las causas están ahí, aseguró; aunque los textos solo mencionan razones generales.
Las dos ministras salientes enfrentaron publicaciones negativas en la prensa. A la exministra de Comunicación se le recriminó la actitud del Gobierno con los periodistas y también recibió señalamientos de “acoso laboral” por parte de trabajadoras despedidas por Presidencia. La exministra de Agricultura, a su vez, recibió la renuncia de uno de sus viceministros por “no entender su forma de gerenciar”.
En ese sentido, Aguirre aseguró que desvincular jerarcas que dañen la imagen del gobierno también puede ser la tónica de una administración que ha demostrado preocuparse por la forma en que se le asimila y su popularidad. “Al presidente no parece gustarle que le hagan quedar mal, al estilo de gerentes en que te despiden ante cualquier error y eso se vincula con su estilo ejecutivo, esa puede ser una hipótesis”, aventuró.
Además de las ministras de Comunicación y Agricultura, el gobierno de Chaves ya suma la salida de diversos viceministros.