Los líderes de las siete naciones más industrializadas acordaron este viernes nuevas sanciones para “privar a Rusia de la tecnología, el equipamiento industrial y los servicios del G7 que sostienen su maquinaria de guerra” en Ucrania.
"Hemos reafirmado nuestro compromiso en hacer frente común contra la guerra de agresión ilegal, injustificable y no provocada de Rusia contra Ucrania", declararon los jefes de Estado y de gobierno del grupo de las principales democracias industrializadas.
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El paquete, anunciado en una cumbre en Hiroshima, Japón, incluye restricciones a las exportaciones de bienes “críticos para Rusia en el campo de batalla”, así como medidas contra entidades acusadas de llevar material al frente en beneficio de Moscú.
Estados Unidos ya dio la tónica este viernes al anunciar nuevas sanciones contra Moscú para restringir el acceso de Rusia a “productos necesarios para sus capacidades de combate”.
Concretamente, Washington prohibirá las exportaciones estadounidenses a 70 entidades en Rusia y otros países.
Reino Unido anunció a su vez medidas contra el sector minero ruso, y en particular la industria del diamante.
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En su comunicado, el G7 se comprometió igualmente a “restringir el comercio y el uso de diamantes extraídos, tratados o producidos en Rusia”, haciendo uso para ello de las tecnologías de seguimiento.
El comercio de diamantes está valorado en $4.000 a $5.000 millones anuales, y supone una importante fuente de ingresos para el Kremlin.
“El G7 continúa unido ante la amenaza de Rusia y firme en su apoyo a Ucrania”, declaró el primer ministro británico, Rishi Sunak.
Emiratos Árabes Unidos, India y Bélgica, miembro de la UE, figuran entre los principales importadores de diamantes rusos.
Los dirigentes del G7 podrán presentar directamente sus argumentos en favor de esta medida al primer ministro indio Narendra Modi, cuyo país mantiene relaciones militares estrechas con Rusia y se negó a condenar la invasión de Ucrania.
India, junto con Brasil e Indonesia, forma parte de los ocho países no integrantes del foro que fueron invitados a Hiroshima.
Una manera para el G7 de acercarse a países reticentes a condenar a Moscú, y en los que China realiza cuantiosas inversiones.