Recién empieza este 2025 y los fuegos electorales de cara al próximo año ya se reactivaron.
Desde el oficialismo, la portavoz fue la jefa del gobierno en el Congreso, Pilar Cisneros; quien planteó como una posibilidad real que el presidente Rodrigo Chaves renuncie a su cargo antes de tiempo para buscar una diputación y fortalecer a su movimiento de cara a las próximas elecciones legislativas.
“Es algo que podría convertirse en realidad, sí”, aseguró este 6 de enero al medio Extra Radio. “Es una decisión muy personal de Rodrigo Chaves, y él decidirá si lo hace o no lo hace, pero la opción está”, puntualizó.
La idea no es nueva y se menciona desde hace varios meses en corrillos políticos.
Incluso Chaves la había señalado desde el 26 de septiembre pasado en una entrevista con Radio Columbia, en la cual se refirió a ella como un simple rumor, aunque tampoco lo descartó.
“No es una idea descabellada”, dijo en aquel momento; también se planteó escenarios como liderar una nueva Asamblea Constituyente o hasta irse del país al finalizar su mandato. “No he llegado a la conclusión definitiva”, había declarado.
Lejos de la Presidencia, por otra parte, van surgiendo posibles contendientes frente al oficialismo. No hay uno solo de los principales partidos de oposición en los que no existan posibles contendientes y cada día parecen surgir más.
La eventual renuncia
Los artículos 108 y 109 de la Constitución Política establecen los requerimientos y las incompatibilidades para buscar una diputación en Costa Rica. Entre ellos, se señala que no podría buscar ese cargo “el Presidente de la República o quien lo sustituya (...) dentro de los seis meses anteriores a la fecha de la elección”.
Esto quiere decir que un mandatario solo podría buscar una curul en Cuesta de Moras si deja su cargo como mandatario seis meses antes de los comicios.
En esa línea, las próximas elecciones están programadas para el 1.° febrero de 2026, por lo que Chaves tendría que dejar el cargo el 31 de julio próximo si se decanta por esa vía.
Según la diputada Cisneros, la idea es “muy valedera y digna de considerar”, pues ayudaría a capturar la mayor cantidad de votos en las elecciones legislativas en favor del oficialismo.
Aún se desconoce cuál será el partido político que utilizará el gobierno para intentar continuar en Zapote; sin embargo, el presidente goza de altos índices de popularidad y su movimiento busca redituar de ello. Cisneros ha dicho que la carencia de partido podría solucionarse fácilmente. Desde su punto de vista, han surgido múltiples partidos que se autodenominan ‘chavistas’ y que podrían servir como nuevo ‘taxi’.
Chaves llegó a la Presidencia por medio del Partido Progreso Social Democrático (PPSD), pero finalmente se distanció de la agrupación fundada por la diputada Luz Mary Alpízar. A ella incluso la ha llamado “Judas” (traidora) en varias ocasiones, luego de disconformidades por decisiones que tomó en el Congreso y de otras diferencias previas, que surgieron desde la campaña electoral.
La idea de renunciar al principal cargo de elección popular del país para buscar otro puesto es inédita en la historia costarricense. No existe un solo antecedente desde que se publicó la Constitución Política en 1949.
Además de Chaves, los actuales ministros de su gabinete que quieran aspirar por la Presidencia o la Vicepresidencia de la República en 2026 tendrían que renunciar a su cargo un año antes de los próximos comicios.
Esto quiere decir que tendrían que renunciar en lo que resta de este mes de enero. Así lo establece el artículo 132 de la Constitución, el cual dice que no podrá ser elegido en esos cargos quien “el que haya sido ministro de Gobierno durante los 12 meses anteriores a la fecha de la elección”.
En ese sentido, se especula sobre los posibles intereses de personas como Laura Fernández y Mauricio Batalla, actuales ministros de la Presidencia y de Obras Públicas. Fernández había declarado a EF que permanecería en su cargo “hasta que el presidente Chaves dispusiera lo contrario o hasta que termine el gobierno”.
La Constitución prohíbe a los ministros optar por diputaciones, sin especificación temporales.
(Múltiples) contendientes
Las intensiones de Chaves son otro síntoma de la incertidumbre que planea en este nuevo año preelectoral sobre la política costarricense, marcada por la alta confrontación del presidente con la oposición, la alta fragmentación de los partidos políticos y el poco ánimo de colaboración entre los mismos como tendencia generalizada.
Según los politólogos Ronald Alfaro y Carolina Ovares Sánchez, esto hace previsible una larga, “pesada” y “turbulenta” campaña política a partir de este 2025.
Esto se evidencia también en el surgimiento de candidatos y precandidatos de oposición, cuya cuenta rebasa los dedos de la mano.
Si bien hay figuras como Eliécer Feinzaig o Fabriciom Alvarado que parecen tener el camino abierto para candidatearse con sus respectivos partidos, Liberal Progresista (PLP) y Nueva República; en los partidos tradicionales apenas empiezan a aparecer precandidatos.
Por un lado, Liberación Nacional elegirá a su próximo candidato el próximo 6 de abril en una convención abierta; mientras que la Unidad Social Cristiana lo hará el 22 de junio, en convención cerrada.
En el PLN han anunciado su intención de participar como precandidatos el exministro Enrique Castillo, el economista Marvin Taylor, y los diputados Gilberth Jiménez y Carolina Delgado. Además, el secretario general de la agrupación, Miguel Guillén, dijo recientemente que el exsuperintendente de Pensiones y expresidente de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Álvaro Ramos, se uniría a la contienda verdiblanca en las primeras semanas de enero.
“Sé bien que, durante varios meses, ha estado valorando con mucha seriedad su inscripción“, comentó recientemente; aunque el economista ha preferido no referirse públicamente sobre el tema por el momento.
Ramos fue nombrado como máximo jerarca de la CCSS por el presidente Rodrigo Chaves al inicio de su gobierno en 2022, pero fue destituido meses después, luego de diferencias de criterio sobre el manejo de la institución pública y sobre el pago de aumentos salariales atrasados. Luego de su salida, Ramos lanzó duras críticas sobre la gestión del mandatario y sobre muchos de sus planteamientos.
Por otra parte, en el PUSC, el economista Juan Carlos Hidalgo recientemente renunció como presidente del partido: un movimiento que anticiparía su precandidatura.
Además de Hidalgo, se conoce el interés del diputado Leslye Bojorges.
En el caso del Frente Amplio, la agrupación tampoco tiene todavía una candidatura presidencial definida. Actualmente lleva adelante un proceso de renovación de estructuras que llegaría hasta julio de 2025 y, posteriormente, definiría la persona que iría a las papeletas presidenciales en la segunda mitad del año. Nombres como José María Villalta o los actuales diputados Andrés Robles o Sofía Guillén son solo algunos de los mencionados.
En cuanto al Partido Acción Ciudadana, que ocupó el gobierno entre 2014 y 2022, el fundador de la agrupación Ottón Solís dijo que la exprimera dama Claudia Dobles podría ser la persona elegida. “Yo creo que va a haber una excelente candidata”, dijo sobre ella al canal de televisión regional TV Sur en septiembre pasado. Ella, sin embargo, contestó que era “pronto para hablar de candidaturas”, aunque tampoco desmintió la posibilidad.
Fuera de los partidos más viejos, también se conoce la muy posible candidatura de la exdiputada del Movimiento Libertario y exministra de la Presidencia de la actual administración, Natalia Díaz Quintana. Ella renunció desde 2024 al gobierno, y es la fundadora y cara principal del Partido Unidos Podemos, que con solo seis años de existencia pasó de disponer de una a nueve alcaldías entre 2020 y 2024, y en 2022 sumó un 1% de los votos para la presidencia.
A todas estas figuras habrá que sumar también muchas caras inesperadas.
Solo en las elecciones de 2022 participaron 25 partidos políticos por la Presidencia de la República y 36 por diputaciones: un número que este año incluso podría aumentar.