Fondos de inversión que administran colectivamente cerca de $4 billones de dólares en activos pidieron el martes a Brasil que detenga la deforestación de la Amazonía, en una carta abierta en la que advierten que la pérdida de biodiversidad y las emisiones de carbono derivadas de esta práctica plantean un “riesgo sistémico” para sus carteras.
Fondos de países de Europa, Asia y Sudamérica expresaron sus temores a que el gobierno en Brasilia esté usando la crisis de COVID-19 para impulsar la desregularización ambiental que podría “poner en peligro la supervivencia de la Amazonía”.
"Nos preocupa el impacto financiero que la deforestación y la violación de los derechos de los pueblos indígenas puedan tener sobre nuestros clientes y sociedades participadas, al incrementar potencialmente los riesgos de reputación, operativos y regulatorios", dicen en la carta.
Si bien es probable que el confinamiento relacionado con la pandemia de coronavirus haga disminuir en varios puntos porcentuales las emisiones de carbono en el mundo, el aumento de la deforestación en la Amazonía podría incrementar la contribución anual de Brasil al calentamiento global.
Activistas ecologistas advierten que 2020 está en camino de ser el año más destructivo para la mayor selva del planeta, con incluso más pérdidas que por incendios forestales, que el año pasado desencadenaron protestas en todo el mundo.
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Un total de 829 kilómetros cuadrados en la Amazonía brasileña, 14 veces el área de Manhattan, se perdió por la deforestación solo en mayo, de acuerdo con datos satelitales del Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (INPE).
Esto fue un 12% más que el año pasado, y el peor mes de mayo desde que comenzaron los registros en agosto de 2015.
Activistas acusan al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, escéptico del cambio climático, de alentar a los responsables de la deforestación con llamados a legalizar la agricultura y la minería en tierras protegidas.
Los gestores de fondos, que controlan colectivamente más de $3,75 billones en activos, exhortaron a la administración Bolsonaro a mostrar un “claro compromiso” en reducir la deforestación y proteger los derechos indígenas.
Seiji Kawazoe, del Sumitomo Mitsusi Trust Asset Management –una de las más de dos docenas de empresas que firmaron la carta abierta el martes– dijo que evitar los impactos negativos del cambio climático se ha convertido en una preocupación principal para la compañía.
“La Amazonía es una de las principales áreas de selva tropical a las que afecta el cambio climático y nos hemos unido la carta para pedir una acción urgente del gobierno para evitar tomar medidas que tengan un impacto negativo en el cambio climático”, declaró a la AFP.
La mayoría de los signatarios de la carta son miembros del Investor Initiative for Sustainable Forests, en la que participan firmas que están expuestas a la deforestación por sus inversiones en la producción de soja y ganado.
Entre los fondos representados en la misiva se encuentran el británico LGPS Central, el francés Comgest, y KLP, el mayor fondo de pensiones de Noruega.
"Como instituciones financieras, vemos la deforestación y los impactos asociados en la biodiversidad y el cambio climático como riesgos sitémicos para nuestras carteras", escriben.