Si levanta la mirada, el expresidente José María Figures ve dos techos que le dificultan crecer de cara a la segunda ronda de las elecciones presidenciales, la cual se disputará el próximo 3 de abril y en la que deberá aumentar sus niveles de respaldo de manera importante si quiere dejarse el puesto en Zapote.
El panorama es difícil. Hasta un 69,6% del electorado dice tener una impresión “mala” o “regular” del exmandatario, y hasta un 49,1% dice que es definitivamente “mala”, según el más reciente estudio de opinión del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica (CIEP-UCR).
A eso se suma que el Partido Liberación Nacional (PLN) ha demostrado una debilidad histórica para enfrentar el desgaste acumulado tras ostentar el poder más tiempo que cualquier otra agrupación de la historia reciente; lo cual ya le ha deparado derrotas en los balotajes anteriores a los que ha accedido.
Sí, Figures triunfó en primera ronda con una ventaja de más de 10 puntos porcentuales (p.p.) sobre su principal competidor; sin embargo, apenas sumó poco más de 570.000 votos. El número representa solo una cuarta parte de las personas que votaron y un 16% del padrón en general.
Además la ventaja obtenida en las urnas durante la primera ronda parece que se evapora pues la más reciente encuesta del CIEP, hecha a 40 días del balotaje, lo coloca 10,6 puntos porcentuales por debajo en intención de voto que su rival, el exministro Hacienda Chaves, del nuevo Partido Progreso Social Democrático (PPSD).
Una imagen negativa
La expresidenta de la República, Laura Chinchilla, ya lo advertía hace poco menos de un año, cuando ya se conocía sobre el deseo de Figures de aspirar por la Presidencia de la República bajo la bandera de Liberación Nacional. “Creo que sus posibilidades de crecer más allá de la familia liberacionista y de convocar a los costarricenses, a partir de la evidencia que tenemos hoy, son más limitadas”, señalaba.
Aunque en semanas recientes brindó su apoyo a la candidatura de Figures, la expresidenta apoyó al diputado y exministro (de Turismo y de la Presidencia), Carlos Ricardo Benavides, en la contienda interna liberacionista; por considerar que había “otros candidatos con mucho nivel de conocimiento, pero muchas opiniones negativas”, según dijo a La Nación.
La apreciación de Chinchilla se basaba en evidencia fiable. Estudios de muchos años anteriores a la contienda ya evidenciaban el rechazo de un amplio sector de la población al expresidente Figueres; y la más reciente encuesta del CIEP-UCR señala que casi una mitad del electorado todavía tiene una mala imagen suya.
A pesar de que repite que nunca fue enjuiciado por ello, mucho del rechazo en contra Figures proviene del caso ICE-Alcatel, dado a conocer en 2004; así como de su permanencia fuera del país por un período de siete años.
Según el más reciente estudio del CIEP, hasta un 61,3% de las personas consultadas considera que Figueres efectivamente cometió un acto de corrupción en ese entonces y solo un 38,7% dice no saberlo o no creerlo.
Además, un 47,1% de las personas consultadas –casi el mismo porcentaje que dice tener una “mala” imagen del exmandatario– señala que eso influirá “mucho” en su decisión electoral de abril próximo; mientras que solo un 21,1% dice que influirá “poco” y un 31,8% que nada.
La encuesta se realizó entre los días 22 y 24 de febrero de 2022, a 40 días del proceso electoral, y contó con la participación de 1.013 personas. El margen de error estimado es del 3,1 puntos porcentuales.
El pasado podría ser para Figures como un bulto pesado que le impida alzar vuelo, según el coordinador de la encuesta del CIEP, Ronald Alfaro. “Es como cuando uno quiere subir algo o levantar vuelo, pero cargando un peso que no lo permite o que al menos se lo dificulta”, comentó el politólogo e investigador.
De larga data
Figures además enfrenta otro problema de cara a la segunda ronda: el rechazo acumulado por un sector de la población en contra de Liberación Nacional, su partido y el de su padre.
Según comentó la politóloga Carolina Ovares-Sánchez en una reciente entrevista con EF, el expresidente alcanzó una importante ventaja en primera ronda, pero carga toda una historia liberacionista de la cual se podría extraer logros, pero también yerros.
“En el caso de Figueres, su partido no es el de gobierno, pero lo ha sido en muchas ocasiones”, apuntó la investigadora. “El PLN es el partido más grande, más tradicional y más viejo que tenemos (...) eso implica el reto de plantear al electorado una visión prospectiva, a futuro, porque si apunta al pasado se le puede empezar a sacar todos los problemas de corrupción que lleva en cola y en la misma figura del expresidente”, añadió.
El rechazo de parte del electorado al PLN ya se reflejó en dos segundas rondas previas: las de 2002 y 2014. En la primera, el socialcristiano Abel Pacheco barrió con una diferencia de 15,9 puntos porcentuales sobre el liberacionista Rolando Araya; y en la segunda, el expresidente Luis Guillermo Solís del Partido Acción Ciudadana, le sacó una diferencia histórica, de 55,6 puntos a Johnny Araya (quien ya para entonces se había rendido públicamente).
Las únicas elecciones ganadas por Liberación en lo que va de este siglo (las de 2006 y las de 2010) las consiguió con votaciones superiores al 40%, en primera ronda, con Óscar Arias y Laura Chinchilla a la cabeza. En 2018, Liberación obtuvo sus peores resultados de la historia y ni siquiera accedió al balotaje, su más fuerte castigo por parte del electorado.
En ese escenario, al PLN se le ha recriminado no conseguir renovar sus liderazgos y Figures, precisamente, es parte de esa vieja historia que el Balcón Verde reivindica con fuerza pero con la que obtiene pocos réditos fuera de sus tiendas.
Un retador con debilidades
Rodrigo Chaves, el retador de Figueres, lleva la ventaja en los estudios de opinión de cara a segunda ronda. Eso podría deberse a que quizás ha logrado representar mejor una idea de “cambio” que su contrincante. Ese es un valor que se ha convertido en el ‘santo grial’ de la política costarricense.
Según los datos de la encuesta del CIEP, Chaves acumula un 46,5% de la intención de voto por encima de Figures (35,9%) y de los indecisos (15,3%).
A fin de cuentas, el paso de Chaves por la gestión pública como ministro de Hacienda de la actual administración no superó los 180 días, y eso le ha hecho mostrarse como una propuesta anti establishment. Además, el haber conseguido como mano derecha a la periodista y ahora diputada electa Pilar Cisneros –una eterna crítica de la política que por años pronunció acalorados discursos en las ediciones estelares de uno de los principales noticieros televisivos del país– le ha servido para ello.
Sin embargo, Chaves no está libre de opiniones negativas y eso deja el escenario todavía abierto para eventuales sorpresas.
Según encontró el CIEP, un 27,4% de las personas encuestadas también tiene una mala imagen de Chaves y un 29,2% una regular. Si se suman las opiniones negativas y regulares, Figures alcanza un 69,6% y Chaves un 56,6%.
“Quizás algunas personas digan: ‘bueno sí, yo tengo una opinión negativa de esa persona’ y eso le haga no votar por ellos; pero existirán los que voten aún a pesar de eso”, afirmó Alfaro. “Hay que dar tiempo al tiempo para ver qué tan pesadas son las cargas o si, por ejemplo, alguno de los dos logra desarrollar una estrategia para librarse de ellas”.
Las opiniones negativas, además, las pueden compartir las mismas personas sobre ambos candidatos y no son excluyentes. Ese factor hace aún más viable que una persona se decida por no votar en cualquier momento o por escoger la opción que vea “menos mala”.
Mucho dependerá de qué tanto varíe la opinión pública sobre los candidatos. A fin de cuentas, el proceso electoral es cada vez más personalista.
Chaves también tiene en su contra su propio escándalo, por conductas inadecuadas de naturaleza sexual que le acarrearon una sanción en el Banco Mundial. Según el estudio del CIEP, a un 33,6% le pesará “mucho” ese tema a la hora de votar; aunque el porcentaje restante dice que “poco” (21,7%) o “nada” (44,7%).