La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) prevé dar su visto bueno a una primera vacuna contra el nuevo coronavirus “de aquí a finales de año” para una distribución “a partir de enero”, precisó el sábado 14 de noviembre su director.
“Si los datos son sólidos, podremos dar luz verde a la primera vacuna de aquí a finales de año y comenzar la distribución a partir de enero”, declaró Guido Rasi, director de la EMA, en una entrevista publicada en el diario italiano Il Sole 24 Ore.
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Este organismo tiene como misión autorizar y controlar los medicamentos en la Unión Europea. La Comisión Europea se encarga de dar la autorización final que permite a los laboratorios comercializar su medicamento en todo el bloque.
La EMA apuesta por el desarrollo de seis o siete vacunas diferentes en 2021. El viernes 13 de noviembre recibió “los primeros datos clínicos de Pfizer para su vacuna”, precisa Guido Rasi.
"Hemos recibido los datos preclínicos de AstraZeneca, los de los ensayos en los animales que ya están evaluándose y finalmente hemos tenido varias discusiones con Moderna”, explicó Rasi.
Año de trabajo
Si se saca una vacuna al mercado en enero, sus primeros efectos sobre la propagación del virus “serán visibles en cinco o seis meses, esencialmente el verano próximo", precisó el especialista.
“Está claro que no será posible vacunar a todo el mundo, pero comenzaremos por las categorías más expuestas, como las personas mayores y los trabajadores sanitarios, lo que empezará a bloquear los puentes de transmisión”, apuntó Rasi.
Su posición es que será necesario vacunar a “más de la mitad” de la población europea para “poder asistir a un declive de la pandemia”, lo que requerirá “al menos 500 millones de dosis en Europa”.
“Llevará al menos un año” vacunar a todo el mundo y “si todo va bien, al final de 2021 tendremos una inmunización suficiente”, proyectó Guido Rasi.
El panorama para otras regiones con menor poder adquisitivo es aún incierto. “Si sólo tenemos la vacuna de Pfizer y todo el mundo necesita dos dosis, estamos claramente ante un dilema ético”, afirmó a la AFP Trudie Lang, directora del Global Health Network de la Universidad de Oxford.
En este momento hay más de tres docenas de vacunas en desarrollo, de las cuales 11 se hallan en fase 3, la última antes de pedir una homologación.
La OMS creó la iniciativa Covax, de la cual forma parte Costa Rica, para garantizar una distribución equitativa. Esta reúne a gobiernos, científicos, a la sociedad civil y al sector privado. Pfizer no forma parte de ella, pero “expresó su interés por un eventual aprovisionamiento”, indicó a la AFP un portavoz de la farmacéutica.
El Centro de Desarrollo Global ha dicho que es poco probable que gran parte del primer lote de vacunas llegue a los países más pobres. Basándose en los acuerdos de compras anticipadas con Pfizer, Silverman calcula que 1.100 millones de dosis ya fueron compradas. Pfizer produciría hasta 1.300 millones en 2021.
El tema trasciende la cuestión ética: los datos epidemiológicos evidencian la necesidad de una distribución equitativa.
Investigadores de la Universidad de Northeastern, Estados Unidos, publicaron recientemente un estudio que examina el vínculo entre el acceso a la vacuna y la mortalidad de la COVID-19.
Modelizaron dos escenarios: el primero sobre lo que sucedería si los 50 países más ricos monopolizaran las primeras 2.000 millones de dosis de una vacuna. El segundo, si esta fuera distribuida en función de la población de un país y no de su capacidad para pagar.
En la primera hipótesis, las muertes de COVID-19 se reducirían en un tercio en el mundo, frente a 61% si la distribución fuera equitativa.