Tomar agua de tubo es recomendable en solo uno de cada cuatro países del mundo, según las recomendaciones que ponen a disposición los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) para todo el planeta.
Costa Rica es una de esas 50 naciones; y también es una excepción en el continente americano, donde solo hay cuatro naciones con ese privilegio (Canadá, Estados Unidos y Chile también componen esa lista).
A pesar de su gran tamaño, otros países como México, Brasil o Argentina quedan excluidos.
A nivel mundial, la mayor parte de los países con recomendación favorable de los CDC se ubican en Europa Occidental. Son pocos los países del “viejo continente” con una recomendación desfavorable y la gran mayoría se ubican en Europa del Este.
Apneas hay algunas excepciones de países con recomendaciones favorables que se ubican fuera del suelo europeo, como el ya mencionado caso de los cuatro países de América; Australia y Nueva Zelanda, en Oceanía; Japón y Corea del Sur, en el Pacífico asiático; o Arabia Saudita, en Medio Oriente.
Sin embargo, las recomendaciones son generales. La calidad del agua puede variar entre regiones o pueden existir alertas temporales en puntos específicos de cada país, que se manejan internamente, a pesar de que tengan una recomendación general positiva.
Entre los países que no cuentan con recomendaciones favorables destacan algunos de los más poblados del mundo: China y Rusia son un ejemplo. Tampoco se recomienda beber agua de tubo en ningún país de todo el continente africano.
Retos
A pesar de la recomendación favorable que existe sobre el agua de tubo costarricense, el país tiene retos importantes que atender en relación con la calidad de su suministro hídrico.
Costa Rica se jacta de ser, junto a Chile, uno de los países latinos con el agua más segura para consumo humano, pero los casos de contaminación con materia fecal y agroquímicos ponen en duda esa afirmación.
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En un reciente reportaje publicado por EF, por ejemplo, se explicó el caso de la localidad de Cipreses en Cartago, en donde estudios han detectado clorotalonil en el líquido: un pesticida utilizado para proteger los cultivos de hongos y otras enfermedades fabricado por la empresa alemana Syngenta; y que ha puesto en jaque a todo ese territorio y sus zonas aledañas.
En términos generales, además, hasta un 10% de la población costarricense no recibe agua potable y otro porcentaje adicional podría estar tomando un líquido contaminado sin saberlo, como ocurrió por años en esa región cartaginesa.