En Costa Rica existe registro de 227 colegios privados y dentro de sus paredes estudian más de 29.200 estudiantes de secundaria, según los registros oficiales de matrícula del Ministerio de Educación Pública (MEP) para el año 2023.
Esa es una cifra representa apenas el 7% de la matrícula total de alumnos de secundaria en el país.
La gran mayoría de estas instituciones de enseñanza son pequeñas.
Para poner los datos en contexto, la institución privada con una mayor matrícula en el país es el Colegio Lincoln School, con 594 alumnos.
Los colegios privados con una matrícula más grande de Costa Rica, aparte del ya citado Lincoln School, son el Colegio Técnico Profesional CIT, de Belén; el Colegio Saint Clare, de La Unión; el Bilingüe Nueva Esperanza, de Santa Bárbara; el La Salle, de San José; y el Marista, de Alajuela, en ese orden. Ellos seis son los únicos que superan los 400 alumnos, entre todos los centros educativos del sector privado.
A ese grupo les siguen otros como el Agropecuario de San Carlos, el Humboldt, el Miravalle, el Calasanz y el Santa Ana, entre otros.
Sin embargo, los colegios privados en su mayoría son chicos. La matrícula del Lincoln School (el colegio más grande de entre los privados) la superan 234 colegios públicos y más del 80% de los centros de educación privada no tienen más de 200 estudiantes a su haber.
Los cinco colegios privados más chicos de todos son el Centro de Inclusión Educativa Cienak, de Belén; el Adventista de Monteverde, ubicado en ese cantón; el Green House School, de Alajuela; el Colegio Heraldos del Evangelio Internacional, de Goicoechea; y el Sibö Formación Integral, de Santa Ana. Todos ellos cuentan con menos de una decena de estudiantes en sus matrículas.
Una cuota pequeña
La oferta de los colegios privados se ha vuelto más atractiva en los últimos años, ante la crisis educativa que ha afectado con mayor intensidad a las instituciones del sector público. El Programa Estado de la Nación enfatizó en sus últimos dos informes del Estado de la Educación que los “apagones educativos” provocados por las huelgas de docentes, la pandemia y los rezagos en materia de conectividad han profundizado las desigualdades que ya existían desde antes entre la mayor parte del sistema de educación público y el privado.
Sin embargo, los colegios privados captan a muchos menos estudiantes que los públicos.
A pesar de que los colegios privados representan una cuarta parte de todos los centros de secundaria en Costa Rica, apenas reciben a un 7% de los estudiantes totales de ese nivel académico.
Esta cifra describe un escenario en que hay una alta oferta de colegios privados (más de dos en promedio por cantón), pero reciben a una proporción muy pequeña de la población.
Esta tendencia se puede deber a múltiples factores. Algunos de los más posibles son los costos de la educación privada (que suelen ser sustancialmente más altos que los de la educación pública); así como la menor capacidad de los centros privados para captar más estudiantes (ofreciendo las mismas condiciones) y el costo de contratación de personal.
Estos datos también permiten suponer una menor concentración de estudiantes en las aulas de los centros privados que en las de los centros públicos.
Los colegios privados promedian unos 128 alumnos por cada centro educativo (25 por grado académico, usando como referencia las modalidades de cinco años); mientras que el sector público promedia 478 estudiantes (96 por generación) y los colegios subvencionados unos 582 (116 por año de estudios).