¿Imagina usted llegar a vivir en lo que sería un área de 18 mesas de ping-pong ?
Se trata de obras que no sobrepasan los 75 metros cuadrados (m²) de área y ubicados especialmente en la Gran Área Metropolitana (GAM).
Construcciones con tamaños más pequeños que ese concentran la mayor cantidad de unidades habitacionales a nivel nacional, según datos aportados por la Fundación Promotora de la Vivienda (Fuprovi), con base en estadísticas de construcción del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).
Por ejemplo, para el 2015, los permisos de construcción de viviendas menores a los 75 metros cuadrados representaron cerca de un 56% del total de solicitudes para ese año.
Una modificación en la estructura de los hogares, producto de una reducción en las tasas de fecundidad, y hasta una transformación de los mercados laborales, salen a la luz como las principales causas que motivan este tipo de de construcciones.
Mientras esa transformación sucede en la oferta, el acceso al financiamiento no se aleja de los cuestionamientos y se muestra como el principal reto para consolidar la tendencia.
En menos espacio
De acuerdo con la información suministrada por la Fundación, la cantidad de permisos para edificar viviendas entre los 50 y los 75 metros cuadrados sufrieron un incremento del 10% en 2015 si se compara con un año atrás.
Es decir, se pasó a tramitar casi 400 nuevas unidades habitacionales en los últimos doce meses.
Con ello, reportó un total de 251.320 metros cuadrados tramitados para el 2015.
Tal cantidad significará una inversión real equivalente a ¢62.911 millones por parte de los impulsores de las obras.
Las viviendas menores a los 50 metros cuadrados, categoría que aglutina a la mayoría de las edificaciones de interés social, crecieron a un ritmo del 9% en el último año.
Este tipo de residencia tiende a estar más presente en la GAM.
Del total de viviendas construías a nivel nacional menores a los 75 metros cuadrados, el 39% se ubicó dentro del GAM.
En su investigación, Fuprovi tomó en consideración los permisos de construcción residencial tramitados ante cada municipalidad a nivel nacional para la generación de los datos.Estos no diferencian por tipo de financiamiento ni por tipo de solución (vertical u horizontal). Al mismo tiempo, se excluyó del cálculo reparaciones, ampliaciones y demoliciones.
Causas que presionan
Las vivienda más pequeñas son el reflejo de los cambios profundos que experimenta la sociedad costarricense.
Según el informe del Estado de la Región, la estructura y composición de los hogares en Centroamérica experimenta una transformación. Si bien el tipo de hogar predominante sigue siendo el nuclear conyugal con hijos, su proporción ha tendido a disminuir.
En Costa Rica, por ejemplo, la reducción de este tipo de hogares fue de 8,8 puntos porcentuales entre los años 1990 y 2010.
Aunado a ello, la cantidad de hogares unipersonales o conformados por una pareja aumentaron en 2,2 puntos porcentuales y 3,6 puntos, respectivamente, a nivel nacional.
“Hay una postergación de la primera unión conyugal, un menor número de hijos por pareja y mayor espaciamiento entre los embarazos”, cita el informe.
Los cambios generacionales se hacen sentir en la oferta inmobiliaria. La presencia y las necesidades de generaciones como la de los millennials , es decir, jóvenes entre 20 y 35 años, llaman a ese cambio de paradigma.
Vivir en la ciudad, cerca del centro de trabajo o viendo de lejos los problemas de movilidad urbana que aquejan a país, es vital para un nuevo tipo de consumidor.
“Hay un cambio generacional importante. Estamos ante jóvenes profesionales que buscan otro tipo de comodidades: cercanía al trabajo, por ejemplo. Entonces salen en busca de espacios más funcionales”, explicó Franklin Solano, investigador de Fuprovi.
Nuevas características
Las desarrolladores lo saben y están buscando formas de atender esta demanda.
En la pasada edición de la feria Expocasa y Decoración, al menos cuatro desarrolladoras tenían a los millennials como su foco de atención. La oferta ya no se concentraba en amplios espacios, sino que se enfocaba en centros para yoga y ejercicios, cines, wifi en áreas comunes y hasta área de mascotas.
URBN Escalante fue uno de ellos. Este ofrece apartamentos desde una habitación (62 metros cuadrados) hasta tres habitaciones (100 metros cuadrados). Lo complementan área de BBQ, terraza bar y estudio de yoga, entre otras amenidades.
Torre Amón, Vive Desarrollados y Azenza Towers completaban la lista.
Esta última, y de acuerdo con su página oficial, no dista de las características compartidas y con soluciones que van desde los 56 m² en adelante.
Acceso: un tema pendiente
Si bien este tipo de obras responde a necesidades específicas, sus costos se muestran como el principal reto para consolidar la tendencia.
Estimaciones de Fuprovi indican que para acceder a un crédito de ¢75 millones, por ejemplo, se requiere de un ingreso mensual superior a los ¢2, 4 millones.
Datos de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho 2015) aseguran que solo el 9,8% de los hogares del país registran ingresos en esa línea.
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“Un 90,2% de los hogares no reúne las condiciones para acceder a la oferta de vivienda de acuerdo con los datos expuestos. También es claro que alguna gente esté dispuesta a pagar más a cambio de esas comodidades”, detalló Solano.
La inversión para adquirir un departamento en desarrollos como los mencionados superan los $89.000.