El teletrabajo es una modalidad laboral que resulta atractiva para las empresas y los colaboradores, pero no es para todo el mundo.
El auge del teletrabajo el Costa Rica inició en las empresas de servicios del sector privado hace dos décadas, mientras que en el sector público el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) fue la primera entidad en aplicarlo en el 2007.
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En la actualidad el trabajo desde la casa es visto como una opción atractiva para reducir costos en las empresas, aumentar la motivación y productividad del colaborador y generar más empleo a personas calificadas que viven lejos de la compañía.
El Gobierno enfrenta un déficit fiscal del 7,1% del Producto Interno Bruto (PIB) para finales de este año y una de las acciones propuestas para recortar el gasto público es justamente enviar al 10% de la planilla del Estado a hacer teletrabajo.
Los empresarios privados también claman por una mayor implementación del trabajo desde la casa con el fin de reducir las presas, ahorrar recursos y promover la productividad, justo cuando la economía costarricense enfrenta su panorama más difícil desde la crisis financiera del 2008.
Aunque el teletrabajo se erige como una opción cuasi mesiánica para generar ahorros, hay que tener presente que no todos los empleados son aptos para desempeñar sus labores desde la casa.
Existen diferentes elementos relacionados con las funciones del colaborador, la cultura de la empresa y la estructura de su personalidad que hacen apta a una persona para ejecutar el teletrabajo.
Sí pueden teletrabajar
Las compañías o entidades del Gobierno fallan muchas veces en la selección y preparación de su personal para hacer teletrabajo.
En el país solamente el 21% de las empresas privadas y el 29,7% de las instituciones públicas aplican el trabajo desde la casa para sus empleados, de acuerdo con datos del Primer informe sobre el teletrabajo en Costa Rica 2017 realizado por el Centro Internacional para el Desarrollo del Teletrabajo (CIDTT).
Aunque es imposible definir un perfil idóneo para que una persona se convierta en un teletrabajador apto, existen diferentes competencias que se deben evaluar.
Félix Peralta, psicólogo de P&R Consultores, una firma especializada en recursos humanos, explicó que los trabajadores deben tener algunas características básicas en su personalidad para ser considerados.
“Deben tener adaptación al cambio, facilidad en el manejo de conflictos, toma de decisiones, concentración, competitividad, liderazgo, regulación emocional, dominio personal, pertenencia y orientación ética”, detalló Peralta.
De acuerdo con el consultor, los empleados que no cumplen con estas competencias mínimas no deberían acceder del teletrabaj. "Si la empresa cuenta con programas de capacitación puede afinar las condiciones de la persona para que más adelante pueda trabajar desde su casa", explicó.
Una vez que se supera el primer filtro -el de las competencias- la compañía debe evaluar las condiciones de infraestructura de la casa para constatar que cuente con una computadora, un lugar apto para desempeñar sus tareas, buena conexión a Internet y otros elementos que podría requerir.
Incluso hay empresas que ofrecen capacitación o charlas de inducción para los empleados y sus familiares con el fin de que entiendan que el teletrabajo no es igual a días libres o vacaciones. Las personas deben cumplir con el horario y con las labores como si estuvieran en la oficina.
No pueden teletrabajar
El tipo de funciones que desempeña el colaborador en la empresa es otro filtro para acceder al teletrabajo.
La mayoría de empleos operativos quedan fuera porque requieren de la presencia de la persona en la empresa para cumplir con sus tareas.
Los trabajos profesionales, las actividades de servicios o las tareas de oficina, generalmente se adaptan mejor para quienes desean laborar desde la casa.
"En el tema de teletrabajo debemos ser objetivos. No todas las personas ni todos los puestos pueden realizar trabajo en casa, eso estará definido primero por las cargas laborales y por el perfil del puesto que cada empresa o institución establezca", aseguró Pablo Cruz, especialista en psicología organizacional.
Para el especialista también se debe excluir del teletrabajo a quienes tienen elementos de riesgo en su vida personal como por ejemplo casos de violencia intrafamiliar, adicción a drogas o alcoholismo.
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Un elemento que puede pesar para la idoneidad de una persona es la composición de la familia, si el trabajador tiene hijos debe aclarar quién ayudará en el cuido durante la jornada de teletrabajo.
Existen condiciones propias de la personalidad del empleado que lo pueden excluir naturalmente de la posibilidad de hacer trabajo desde la casa.
"Si usted tiene un colaborador que disfruta mucho el contacto con las personas, que conversa y que trata de ser proactivo en sus relaciones interpersonales, es posible que ese empleado no se sienta tan bien cuando le corresponde hacer teletrabajo y más bien su ánimo se reduce", señaló Cruz.
Mientras que una persona que aprecia el aislamiento y los espacios para conseguir mayor concentración podría sentirse más cómoda si trabaja desde la casa.
Retos del teletrabajo
Por supuesto que esta modalidad laboral no está exenta de críticas y desafíos que debe superar con el paso de los años y de acuerdo con las estrategias que utilice cada empresa para implementarla, medirla y mejorarla.
El Informe del CIDTT apunta algunos retos que enfrenta el teletrabajo en la actualidad y ofrece posibles soluciones para superarlos.
1- Aislamiento: El personal que se desliga de la organización informal de la empresa puede dejar de compartir el sentimiento de pertenencia y sentir cierto grado de alejamiento del resto de sus compañeros, ya que en el teletrabajado se produce un cambio en sus relaciones sociales tradicionales.
Solución: Esta situación también se presenta con puestos de agentes vendedores, inspectores, personal de campo que suelen pasar períodos largos de tiempo fuera de las instalaciones del empleador. En un inicio se recomienda aplicar de dos a tres días de teletrabajo, así como mantener una comunicación estrecha sobre actividades formales y extra laborales.
2- Exigencia de nuevas competencias laborales: Existe la posibilidad de que la persona teletrabajadora no posea las competencias para laborar con independencia, lo cual puede afectar la calidad y cantidad del trabajo asignado.
Solución: Detectar que el empleado posee las competencias necesarias y en caso de requerir capacitación, se puede aplicar un programa formativo en este campo.
3- Dificultades de agremiación y participación: El teletrabajador alejado del centro de trabajo podría no estar informado sobre las actividades que se desarrollen en su gremio. También puede ver afectada su elegibilidad en las designaciones de representantes.
Solución: Poner a disposición de las asociaciones gremiales los datos de los trabajadores remotos con la finalidad de facilitarles el acceso a la información y a las convocatorias.
4- Aumento en gastos de servicios para el trabajador: Con frecuencia se plantea la interrogante de cómo se cubre el mantenimiento de los equipos de cómputo, el costo de la conectividad, de los servicios de electricidad, del agua y otros gastos relacionados con sus actividades laborales.
Solución: En primer lugar se debe valorar que el patrono cubra algunos o todos estos gastos, lo que se define por mutuo acuerdo entre las partes. En caso contrario se puede orientar al teletrabajador en la forma de estimar los ahorros que obtiene por motivo de teletrabajar (menos traslados, reducción en los costos de vestido y alimentación) para así determinar que sus costos no se incrementan.
5- Gastos para acondicionamiento en el hogar: En caso de que el trabajador no tuviera un lugar adecuado en su hogar debe realizar el acondicionamiento respectivo.
Solución: Ayudar al teletrabajador a que seleccione un espacio con las condiciones básicas de salud ocupacional, lo cual no implica necesariamente realizar gastos adicionales.
6- Imposibilidad de controlar al trabajador físicamente: Los patronos normalmente argumentan que el control sobre el funcionario se dificulta con la práctica del teletrabajo.
Solución: Seleccionar a trabajadores que se caracterizan por su dedicación, honestidad, principios y lealtad con el cumplimiento de los objetivos institucionales. Además, establecer una dirección por objetivos o resultados que permita definir de forma precisa la ejecución del trabajo. También se pueden desarrollar software de gestión adecuados para las tareas.
7- Pérdida de confidencialidad y seguridad de la información: Existe la posibilidad que los teletrabajadores realicen un uso inadecuado de información sensible para la organización.
Solución: Seleccionar de forma técnica al teletrabajador para reforzar los criterios éticos que debe cumplir en cualquier lugar que labore. De forma complementaria, firmar un acuerdo de confidencialidad y un programa de comunicación constante que refuerce los principios y valores.
8- Cultura Organizacional: Este es uno de los desafíos más frecuentes para aplicar el teletrabajo, debido a los mitos, estereotipos y creencias sobre esta práctica.
Solución: La empresa debe desarrollar un programa de manejo del cambio, tanto para la aplicación del teletrabajo, como para la necesidad de modernizar las prácticas laborales en todos los ámbitos.