La Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) del 2017, arroja datos que demuestran las grandes diferencias en cómo invierten el tiempo los hombres y las mujeres de Costa Rica.
La encuesta con cobertura nacional, donde se abarcaron 4560 viviendas y 11.400 personas de 12 años y más, demuestra que la “segmentación sexual del trabajo ha sido el obstáculo más estructural” para el desarrollo de las mujeres, según Alejandra Mora, ministra de la Condición de la Mujer.
Esa segmentación se visualiza claramente en las diferencias entre el tiempo invertido entre el trabajo remunerado y el no remunerado, según el sexo.
En cuanto al trabajo doméstico no remunerado, el tiempo social promedio o promedio de horas semanales dedicadas a la actividad, las mujeres dedican casi nueve horas a la limpieza y mantenimiento de vivienda y 14 minutos a la preparación de alimentos.
Los hombres, en contraparte, dedican casi cuatro horas a la limpieza de la vivienda y la misma cantidad de tiempo en la preparación de alimentos, donde la diferencia es de más de 10 horas.
En general, el trabajo doméstico no remunerado, da resultados con diferencias muy marcadas. Las mujeres le dedican 35:49, mientras los hombres solo dedican 13:42. Más de 22 horas de diferencia.
Caso contrario en el trabajo remunerado donde los hombres dedican 35:51 mientras las mujeres solo 15:51. 20 horas de diferencia.
Semanalmente estos aspectos resaltan aún más.
El trabajo remunerado representa solo un 9,4% del tiempo de las mujeres mientras que para los hombres un 21,4%. En el trabajo doméstico no remunerado los papeles se invierten y las mujeres le dedican un 21,3% de las horas semanales mientras los hombres únicamente un 8,2%.
En tiempo libre y formación, los datos son más equitativos.
Mientras las mujeres invierten 32 horas a tiempo libre, los hombres gastan 37:48. En actividades de formación las mujeres utilizan 6:52 y los hombres 7:00.
Por rangos de edad las brechas se incrementan. En el trabajo doméstico no remunerado, el tiempo social promedio de las mujeres es mayor que el de los hombres en todos los grupos de edad. Sin embargo, entre los 20 y 35 años y 36 y 54 años las diferencias son de más de 25 horas entre las hechas por hombres y por mujeres.
Según Irma Sandoval, académica de la Universidad Nacional (UNA), hay un patrón que demuestra que las cosas no han cambiado y que hay una brecha muy marcada entre los tipos de trabajo.
En actividades de apoyo, cuido personal y cuidado de la salud hay una brecha más que visible. Por ejemplo, el cuido de personas totalmente dependientes, las horas invertidas por las mujeres representan un 80,4% mientras que las gastadas por hombres apenas un 19,6%.
“Seguimos teniendo las mismas brechas y seguimos haciendo lo mismo que nuestras abuelitas”, señaló Alejandra Mora sobre los resultados de la encuesta.
Según la Ministra, hay un dato que podría demostrar y significar a futuro un cambio y es el tiempo invertido por los hombres en el apoyo educativo de los hijos: las mujeres invierten 2 horas, mientras los hombres gastan 1: 42 en este rubro.