Permanecer sin fluido eléctrico es uno de los obstáculos para la producción, pero también afecta la calidad de vida de los habitantes de un territorio. En Costa Rica, esta situación es más frecuente en unos cantones que en otros.
La calidad de este servicio está influenciada por factores como la geografía, el clima o la gestión de la empresa distribuidora a cargo de la electricidad en su área de cobertura específica.
El Índice de Competitividad Nacional (ICN) 2023, realizado por el Consejo de Promoción de la Competitividad (CPC), midió dos indicadores sobre el servicio eléctrico para conocer cuál es la estabilidad y la duración de los cortes de luz en cada uno de los 82 cantones, con base en datos de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) para el año 2022. En este ranking aún no aparecen de forma independiente los nuevos cantones de Monteverde y Puerto Jiménez.
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Menos cortes
El primer indicador que mide el ICN, en términos sencillos, es qué tanto se va la luz en un cantón; cuántas veces al año.
En esta estadística, algunos municipios cartagineses resaltan entre los demás por tener menos interrupciones en promedio. Alvarado y Oreamuno presentan menos de dos cortes al año y son los cantones con el servicio más estable. A estos les siguen Paraíso, el central de Cartago y Jiménez. Estos lugares son atendidos por la Junta Administrativa del Servicio Eléctrico Municipal de Cartago (Jasec).
Otros cantones de la Gran Área Metropolitana (GAM) como San José, Alajuela, La Unión o Belén también poseen servicios con menos cortes al año, en promedio.
Por el contrario, Quepos es el cantón que presentó más interrupciones en el año de estudio del índice, con 15,1 cortes entre sus residentes. Al municipio puntarenense le siguen Mora y Osa.
Quepos y Osa son abastecidos por el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), mientras que Mora recibe electricidad de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL).
En total, un grupo de 19 cantones tuvo más de 10 cortes al año.
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Con respecto al ICN 2022, Oreamuno repite entre los primeros dos lugares, mientras que Mora está una vez más entre los lugares con más inestabilidad en el fluido eléctrico.
No obstante, las cifras muestran una mejora general. El año anterior Talamanca fue el cantón con más interrupciones, pues llegó a 25. Otros sitios estuvieron en torno a los 20 cortes. Este año la cifra máxima se redujo a 15.
En 22 territorios se incrementó la frecuencia promedio de interrupciones del servicio, contrario a la situación nacional, en la que ese promedio bajó de 10,3 a 7,8 episodios por año.
En Pérez Zeledón y Zarcero la cantidad de interrupciones se duplicó entre 2021 y 2022.
Horas desconectados
El segundo indicador medido por el ICN tiene que ver con el tiempo promedio anual que duran esas interrupciones. Es decir, de todas esas ocasiones que se va la luz, medido en el primer indicador, cuánto duran los cortes al año.
Un cantón, por ejemplo, puede tener menos cortes al año pero sumar más minutos sin electricidad que otro con más suspensiones.
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En este caso, Oreamuno lidera este ranking, pues los habitantes de ese cantón estuvieron sin luz un promedio de 2,8 horas al año, el menor tiempo de todo el país.
Cartago, Moravia, Paraíso, San Rafael y San José tuvieron tiempos de desconexión por debajo de las cuatro horas al año.
Mientras tanto, en Quepos, Guatuso y Talamanca, los residentes sufrieron más de 20 horas en promedio sin luz durante el año 2022.
Zarcero tuvo la mayor afectación, pues pasó de 1,2 a 9,7 horas.
La inestabilidad del servicio afecta la competitividad de cada cantón, pues tiene implicaciones parar la producción en las industrias y comercios, al tiempo que afecta es estilo de vida en los hogares.