Tres de cada cuatro mujeres en Costa Rica (76%) preferirían trabajar en lugar de dedicarse exclusivamente a las actividades familiares.
Así se desprende de la última encuesta desarrollada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la firma Gallup en 142 países alrededor del globo.
En Costa Rica, los resultados de la encuesta revelan que un 30% de las mujeres preferirían poder dedicarse exclusivamente a un empleo remunerado y otro 46% estaría dispuesto a acceder a un empleo que les permita conciliar el trabajo con las tareas familiares. Solo un 22% preferiría quedarse en la casa.
La proporción de mujeres que preferirían trabajar salta a un 90% si la pregunta se le hace exclusivamente a aquellas con edads entre 15 y 29 años.
Las preferencias de las mujeres, sin embargo, chocan con la realidad costarricense. A pesar del alto porcentaje de mujeres que preferirían contar con un empleo remunerado, la tasa de ocupación femenina en Costa Rica alcanza a solo un 39,5%, según los datos del último trimestre del 2016 de la Encuesta Continua de Empleo, del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Un cuarto de los hombres preferirían que las mujeres no trabajaran
El fenómeno costarricense no es disímil con respecto al resto del mundo. En el globo hay una proporción similar de mujeres (70%) que afirman que preferirían poder trabajar, en lugar de hacerse cargo de las tareas domésticas. Un dato que –según declaró en un comunicado Guy Ryder, Director General de la OIT– demuestra la necesidad de implementar políticas que le permitan a ellas acceder a opciones como el cuido, para involucrarse con más fuerza en el mercado laboral.
También revela retos culturales compartidos. En el resto del mundo hay una proporción similar al 25% de hombres costarricenses que preferiría que las mujeres se quedaran en la casa, a fin de ocuparse de tareas domésticas, de cuido, o similares.
En el país, un 5% de personas encuestadas dijo estar en desacuerdo con que una mujer trabaje en un empleo remunerado fuera de la casa. La gran mayoría de esas respuestas fueron emitidas por personas de baja escolaridad.
Los datos de la OIT se desprenden de una encuesta efectuada a mil costarricenses cara a cara en marzo del 2016. El margen de error de la encuesta es de 3,7 puntos.
Desigualdades en el país
Los resultados de la encuesta de la OIT se suman a un grupo de indicadores preocupantes para la situación femenina en el empleo. En Costa Rica, un tercio de las mujeres en edad de trabajar se dedican exclusivamente a las tareas domésticas. Esa proporción es tres veces más elevada de la que se puede observar en los países desarrollados de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).
Si trabajan, las mujeres también tienden a recibir salarios más bajos. Según el Informe del Estado de la Nación del 2016, el salario promedio de una mujer en Costa Rica es de un 84,6% del que tienen en promedio los hombres. Sus salarios suelen ser mucho más bajos en áreas como la manufactura o el comercio, donde incluso pueden recibir menos de un tercio de lo que ganan los hombres.
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Ascender en puestos laborales también les es más complejo. Según estima la OCDE en un informe del 2016, solo un tercio de los puestos gerenciales en Costa Rica son asumidos por mujeres, frente a una participación masculina en estos cargos de más de un 66%.
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El emprendedurismo, también fuerte entre las mujeres, ofrece otro rostro oscuro para las costarricenses.
La informalidad suele ser más alta para las mujeres y –según el Informe del Estado de la Nación– la gran mayoría de emprendimientos en condiciones de alta informalidad son dirigidos por personas de este género, que enfrentan dificultades de acceso a créditos o recursos para poder sostener sus proyectos.
El futuro de las mujeres también pinta brechas importantes. Las difíciles condiciones para acceder a un empleo y la carga social impuesta al género femenino también explican que la gran mayoría de jóvenes que no estudian ni trabajan en Costa Rica sean mujeres y que la tasa de ninis entre ellas suba conforme lo hace su edad.
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En Costa Rica, la diferencia entre hombres y mujeres para las tasas de “ninis” es de 3,9 puntos porcentuales cuando los jóvenes tienen entre 15 y 19 años. Esa disparidad se quintuplica conforme se avanza en edad, hasta llegar a una distancia de 20,7 puntos porcentuales de diferencia para quienes alcanzan un rango de entre entre 25 y 29 años.