La agricultura es el único sector que resistió al impacto de la pandemia de coronavirus en Brasil y debería atenuar una recesión récord este año, gracias a la soja y la ganadería impulsadas por las exportaciones.
“Si todo parara, podríamos vivir; pero si el campo deja de producir, pereceremos”, declaró el presidente Jair Bolsonaro, que promueve la expansión agropecuaria hacia la Amazonía y el Cerrado, la sabana brasileña.
El PIB brasileño se contrajo 1,5% en el primer trimestre del año respecto al trimestre anterior, lastrado por la industria (-1,4%) y los servicios (-1,6%), en tanto que la agricultura creció 0,6%.
Para 2020, el Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA) prevé una contracción del PIB de 6%, aunque con un crecimiento de 2% de la agricultura.
Según el IPEA, ese resultado positivo contribuirá también a atenuar la caída de la industria debido a su impacto en la producción de alimentos, el segmento de mayor peso en la industria de transformación de Brasil.
Exportaciones récord
Las exportaciones del agro registraron un crecimiento interanual de casi 8% en los primeros cinco meses del año, apuntaladas por una depreciación de cerca de 30% del real frente al dólar.
Actualmente, representa casi la mitad de la facturación externa de Brasil, frente a 42,7% el año pasado.
“Fuera de algunos pequeños problemas de logística, el funcionamiento del sector fue bastante preservado desde el inicio de la pandemia y el cambio ayudó mucho a reforzar nuestra competitividad”, dijo el secretario de política agrícola del Ministerio de Agricultura, Eduardo Sampaio.
Las exportaciones de soja y de sus derivados alcanzan niveles históricos (con un alza de 25,8% respecto al periodo enero-mayo de 2019), gracias a una producción récord capaz de satisfacer la demanda creciente de China.
El país asiático, principal socio comercial de Brasil, absorbe casi un 63% de sus exportaciones del "complejo soja".
“China compró más soja que de costumbre. Probablemente acumula reservas porque se prepara a una posible segunda fase de su guerra comercial con Estados Unidos”, señala Luiz Fernando Gutierrez, analista de la firma Safras e Mercado.
También aumentaron las exportaciones de carne (+13%), debido al cierre de muchos mataderos en Estados Unidos, a la demanda china de carne de cerdo a causa de la gripe porcina que diezmó los criaderos de ese país y al surgimiento de nuevos mercados.
Renato Conchon, coordinador económico de la Confederación nacional de la Agricultura (CNA), dice que todos esos factores permitieron dar salida a la producción hacia otros países, en un contexto de reducción de la demanda interna.
Las ventas de café y azúcar también obtuvieron buenos resultados.
Sectores en dificultad
La demanda interna bajó para los cultivadores de hortalizas, obligando a los agricultores a vender a precios inferiores a los de producción.
La agricultura familiar (que representa un 80% de las explotaciones brasileñas) fue duramente golpeada por el cierre de los mercados y los restaurantes en el marco de las medidas adoptadas contra la covid-19.
Los agricultores familiares pidieron un respaldo mayor del Programa de Adquisición de Alimentos (PAA), que absorbe una parte significativa de su producción.
Pero los $100 millones de dólares que les fueron atribuidos representan “apenas la mitad” del monto solicitado, indica Antonio Rovaris, secretario de la Confederación nacional de agricultores familiares.
Dirección amazonía
Al llegar al poder en 2019, Bolsonaro quiso “fusionar” los ministerios de Agricultura y de Medio Ambiente.
Ante las resistencias encontradas, incluso entre exportadores preocupados por la imagen de Brasil, el mandatario de ultraderecha nombró ministro de Medio Ambiente a Ricardo Salles.
Salles es partidario de la apertura de las vastas zonas protegidas y de las tierras indígenas a las actividades agrícolas y mineras.
Esa política, según las organizaciones no gubernamentales ecologistas, explica el fuerte incremento de la deforestación, que podría alcanzar un nuevo récord este año.
“Somos amigos de los indígenas, pero hay una industria de la demarcación de tierras”, dijo Bolsonaro en una entrevista con la televisión Band News.
Bolsonaro cuestiona el derecho de los indígenas, conquistado después de décadas de lucha, para beneficiarse del uso exclusivo de las tierras que ocupan desde hace generaciones.