Las empresas valoran el teletrabajo, tienen condiciones para aplicarlo, creen que contribuye a la modernización de las organizaciones y, sin embargo, no lo aplican.
Solo un 0,2% de los trabajadores costarricenses aprovechan el teletrabajo en el país, según se desprende de un análisis del Primer informe sobre el teletrabajo en Costa Rica, presentado este jueves por el Centro Internacional para el Desarrollo del Teletrabajo (CIDTT) y el Ministerio de Trabajo.
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El informe destaca la alta proporción de empresas públicas y privadas que valoran positivamente este tipo de medios de trabajo, a pesar de la pequeña cantidad de empleados que trabajan en esta modalidad.
Todos lo quieren, nadie lo aplica
Por ejemplo, pese a que el gobierno estima que un 60% de las instituciones públicas tienen algún programa de teletrabajo, solo la mitad (29,7%) lo aplica y, la mayoría de quienes aprovechan este modo de trabajo, solo lo pueden hacer por un máximo de tres días por semana. Al final, la cifra de trabajadores públicos que teletrabajan se reduce a 2.500 de los 946.612 empleados contratados por entidades de Gobierno Central (0,26%) que hay en Costa Rica.
En la empresa privada sucede algo similar. Al cierre del 2016 la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP) estimaba que solo 21% de las empresas aplicaban teletrabajo. Sin embargo, la gran mayoría (86%) lo aplican a menos de una tercera parte de su planilla.
Además, el teletrabajo parece estar reservado en Costa Rica a perfiles profesionales específicos. La mayoría de personas que teletrabajan se dedican a actividades profesionales, administrativas, de apoyo o de comunicación, donde las posibilidades de tener un empleo por teletrabajo pueden llegar a ser hasta seis veces mayores. Los trabajadores de alta calificación con teletrabajo también triplican en proporción (0,6%) al porcentaje de empleados en Costa Rica con teletrabajo (0,2%).
"Efectivamente. Hay una enorme disonancia" dice Jorge Llubere, coordinador nacional del Programa de Teletrabajo. "El tema cultural está jugando el papel más importante aquí. En las empresas siguen existiendo los paradigmas del pasado donde el jefe tiene que estar vigilando físicamente a los funcionarios. Hay que desarrollar un programa de cambio cultural orientado a que la sociedad costarricensense se focalice en el desarorllo del intelecto y en la fiscalización del trabajo por resultados, no por la presencia física" señala.
Allí, dice Llubere, es importante capacitar a los propios jefes y mandos medios para comprender los beneficios del teletrabajo. El Ministerio de Trabajo, por ejemplo, pretende capacitar a 1200 jefes en el sector público acerca de la aplicación del teletrabajo entre quienes trabajan en sus oficinas.
¿Cuáles beneficios? Además de los ahorros en tiempo y dinero que implica el teletrabajo y la potencial mejora en la calidad de vida de los involucrados, también puede mejorar la satisfacción laboral, aumentar la productividad de los empledos y reducir los costos de la propia empresa.
De hecho, Costa Rica parece poseer cualidades que podrían tener terrenos fértiles para lograr implementar el teletrabajo. El país, por ejemplo, posee una de las penetraciones de Internet más elevadas para América Latina (12% de suscripciones totales a internet fijo y 101% de suscripciones a internet móvil por habitantes) y, aunque aún falta legislación que regule el tema, hay cinco Decretos Ejecutivos vinculados y tres proyectos en la Asamblea que procuran potenciarlo.
Los creadores del informe también resaltan las posibilidades que el teletrabajo podría brindar a poblaciones tradicionalmente apartadas del ambiente laboral, como las personas con alguna discapacidad, las mujeres que realizan labores de cuido o las poblaciones en zonas rurales.