El ministro de Hacienda, Elian Villegas, asegura que el país se queda corto en sus explicaciones al Fondo Monetario Internacional (FMI) para justificar el atraso en la aprobación de los proyectos del ajuste fiscal que se convinieron con el organismo multilateral.
“Uno lo intenta (dar explicaciones al FMI sobre el trámite), pero hay un momento en el que ya las explicaciones no son suficientes (...) hay proyectos que están ahí (en la Asamblea) desde enero y no han sido conocidos a esta fecha”, declaró en entrevista con EF.
Las declaraciones de Villegas se suman a las que del presidente de la República, Carlos Alvarado, en tono de reproche al trámite del Congreso.
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El mandatario comentó en atención a la prensa –también este 26 de noviembre– que “el acuerdo con el Fondo está en riesgo” y que “cada quien tendrá que asumir su responsabilidad”, según recogió el perdiódico La Nación.
Desde el punto de vista del jerarca de Hacienda, el país deberá avanzar en su ajuste fiscal tanto como sea posible antes de que termine este 2021. Señaló que el Fondo Monetario no dispone de mucho tiempo más y recordó que los atrasos del país ya casi alcanzan un semestre completo.
El presidente dice públicamente que el acuerdo con el FMI está en riesgo. ¿De qué tamaño es ese riesgo?
— La misión del Fondo fue muy clara en decir que los requerimientos cuantitativos –los requisitos que tenían que ver con el stock de deuda, con las reservas monetarias o con el déficit fiscal– estaban holgadamente cumplidos. Pero también fueron claros en que el país necesita consolidar un ajuste de mediano y largo plazo, y que para eso necesita avanzar en la agenda de ingresos.
En la medida en que nosotros logremos avanzar con la agenda de ingresos que está en la Asamblea Legislativa, alejamos cualquier fantasma que exista sobre peligros en el acuerdo con el Fondo. Se hace necesario un avance en esa agenda y ese es el tema de fondo. Nosotros como país tenemos que aprobar los proyectos de ley en la Asamblea Legislativa.
Desde el Poder Ejecutivo hemos hecho todos los cambios que nos han sugerido y que hemos visto razonables; pero sí ocupamos un empuje por parte de la Asamblea Legislativa.
Se ha pospuesto el resultado final de la segunda revisión del FMI y el desembolso del programa de financiamiento. ¿Hay alguna fecha en la que estos proyectos deban estar aprobados?
— Nosotros deberíamos cumplir lo más pronto posible, porque el Fondo tiene que finiquitar su revisión y sus procesos internos para sus informes a las gerencias internas y al board. Todo eso toma tiempo y debería ser en el mes de diciembre.
Ya estamos en una situación en la que debemos aprobar los proyectos y avanzar. Se debe tomar la decisión, como país y como sociedad, de que vamos a avanzar en el ajuste. Estos proyectos ya tienen un año en el conocimiento de la Asamblea Legislativa, no son proyectos que nos sacamos de la manga y que presentamos anteayer, son proyectos de hace un año y que son pequeños.
También hemos generado toda la asesoría técnica que se ha requerido, todo lo hemos puesto ahí; así que lo único que resta es avanzar. El tiempo en este momento ya no es un amigo nuestro y lo que debe hacer la Asamblea Legislativa es aprobar los proyectos y seguir adelante.
Podemos decir entonces que hay una necesidad expresa de aprobar los proyectos en diciembre.
— Más bien si se pudieran aprobar todos el próximo martes, mucho mejor, para que queden aprobados en noviembre.
Recuerde que habíamos hablado de junio, cuando presentamos la agenda. Pasó ese mes y luego tratamos de que fuera en julio. Ya en este momento estamos en noviembre, y hay proyectos que ni siquiera han sido dictaminados en su comisión o, poer aún, como el de exoneraciones que fue rechazado.
¿Hay alguna comunicación con el Fondo en este momento para explicar la situación de los proyectos o es imposible?
— Lo que pasa es que es muy difícil explicar cómo es que hay proyectos que están ahí desde enero y no han sido conocidos hasta esta fecha.
El rendimiento en materia de ingresos fiscales ha sido mejor del esperado este año y así lo han evidenciado ustedes mismos y algunos diputados. ¿Cómo impacta esa realidad en el ajuste fiscal que inicialmente se planteó?
— Hemos podido rebajar (los requerimientos de nuevos ingresos) de aquel un 1,17% del PIB que mencionamos a inicios de año a menos de un 0,9% de la producción. Pero nosotros el año pasado cerramos con un déficit financiero de 8,3% del PIB y este año la proyección es que vamos a cerrar con un déficit dle 5,8% del PIB, tal vez menor.
Esto lo menciono porque vamos a cerrar con déficit y eso significa que, a pesar de que nos está yendo mejor y hemos obtenido superávits primarios, la plata que nos está sobrando en ese rubro es insuficiente para pagar los intereses de la deuda y entonces debemos ir a pedir más plata prestada.
Las personas que nos vayan a leer pueden imaginar que tienen un crédito en el que su ingreso no les alcanza y tienen que ir a pedir más plata prestada para pagar intereses de ese crédito. Esa es la circunstancia en la que nosotros estamos, por eso ocupamos que los superávits primarios sean constantes y más altos de los que tenemos. Nosotros aspiramos llegar a 2023 con un superávit primario de más de un 1% del PIB y seguir en esa tendencia creciente.
Hasta que no logremos que ese superávit primario crezca lo suficiente para pagar los intereses de la deuda, no podremos disminuir la cantidad de deuda que tenemos. Por esto no podemos decir que el trabajo esté hecho, aunque nos haya ido bien hasta este momento. Hay que ser disciplinados con el gasto y aprobar ingresos.
En la Asamblea Legislativa algunos diputados, incluido el jefe de la Unidad Social Cristiana, Pablo Abarca, hablan de tomar un receso en enero si el Gobierno continúa impulsando esta agenda. ¿Qué implica esa postura para el acuerdo?
— La Asamblea Legislativa es un actor de importancia para toda esta agenda y muchas otras más, como los empréstitos para disminuir el costo del financiamiento. Esto solo se puede hacer con los diputados presentes en la Asamblea Legislativa.