El sector del transporte marítimo está sintiendo de frente las consecuencias de la pandemia del nuevo coronavirus, que complica el movimiento de mercancías, lo que despertó incluso el temor una escasez de productos, pero una mejora de la situación en China tranquiliza.
"Los centros neurálgicos del transporte (marítimo) se ven afectados", advirtió el jueves Kitack Lim, secretario general de la Organización Marítima Internacional (OMI), en un vídeo publicado en la página web de la organización.
"En estos tiempos difíciles, la capacidad del sector para suministrar bienes vitales, incluidos los suministros médicos y los alimentos, será fundamental para responder a esta pandemia y, en última instancia, superarla", agregó.
La marina mercante es un eslabón esencial en la cadena de suministro de muchos productos cotidianos vendidos en los supermercados, que fueron asaltados en las últimas semanas por clientes aterrorizados ante la pandemia y las medidas de confinamiento contra la propagación del COVID-19.
Las autoridades en todos los países intentan tranquilizar a la población ante el temor a la escasez, pero, según un estudio de la firma Retail Economics publicado a principios de mes, el suministro a través del canal de la Mancha a la mayoría de los minoristas británicos se vio perturbado.
"Necesitamos su ayuda. Pedimos que todo el mundo preste atención a su forma de comprar", escribieron las principales cadenas de supermercados del Reino Unido en una carta publicada en los diarios nacionales el domingo y el lunes, y varias de ellas anunciaron que estaban racionando la venta de ciertos productos.
Dificultades para atracar
"La situación es especialmente problemática cuando se trata de atracar", explica a la AFP Guy Platten, secretario general de la Cámara Naviera Internacional (ICS). "Los buques a veces se ven obligados a esperar 14 días", subraya.
La OMI subrayó que varios puertos están cerrados, ya que las autoridades de algunos países intentan reducir la circulación de bienes y personas para frenar la propagación del COVID-19.
La ICS pide el acceso de los buques de transporte de mercancías "a los puertos de todo el mundo" y cambios de tripulación "más fáciles", dado que en algunas zonas del mundo son complicados.
Por el contrario, la fuerte disminución del transporte de pasajeros -las restricciones a la libertad de circulación afectan ya a más de 500 millones de personas- también está animando a algunas empresas “a concentrarse en lo sucesivo en el transporte de mercancías”, explica Jean-Marc Lacave, delegado general de los armadores franceses.
Así por ejemplo, la empresa DFDS, que tiene una fuerte presencia en el mar del Norte, tuvo que interrumpir su enlace de transporte de pasajeros entre Oslo y Copenhague, pero su división de logística "seguirá sirviendo a sus clientes como lo hace hoy en día", dice en su página web.
Brittany Ferries, que opera enlaces a través del Canal de la Mancha pero también a Irlanda y España, dijo el martes que desde el domingo y hasta nuevo aviso sus barcos sólo transportarán mercancías.
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Vientos favorables
China, país donde surgió el nuevo coronavirus pero que no ha tenido ninguna contaminación local en su suelo desde el jueves, está dando señales de recuperación económica y una bocanada de aire fresco a algunos armadores.
La actividad se ha reanudado en más del 90% fuera de la provincia de Hubei --la más afectada por el virus-- aseguró el martes el poderoso comité de planificación.
"Tras una desaceleración de seis semanas, la actividad de exportación está volviendo a la normalidad con un repunte en los volúmenes y un probable efecto de recuperación para reponer las existencias", dijo a la AFP una portavoz del armador francés CMA-CGM.
“Desde principios de marzo, los volúmenes que salen de Asia han aumentado en un 50% por semana y se espera una recuperación del 100% a finales de mes”, añadió.