El Salvador amaneció este lunes sumido en una fuerte crisis política, luego de que el domingo el presidente Nayib Bukele ingresara al Congreso rodeado de fuerzas militares y diera un ultimátum a los legisladores para que aprueben un polémico crédito.
En una acción sin precedentes en la vida política del país, soldados del ejército fuertemente armados con fusiles de asalto y polícias antimotines entraron el domingo al llamado Salón Azul de la Asamblea Legislativa, previo a la llegada de Bukele para rezar frente a los diputados.
El conflicto se desató por la negativa de los legisladores a aprobar un préstamo de $109 millones que el Ejecutivo requiere para la compra de equipamiento del ejército y la Policía y que es clave para mantener en marcha un plan en contra de las violentas pandillas.
"Estamos ante una crisis política que requiere soluciones estructurales muy profundas, porque en medio de todo este entramado está la gente que está harta de la clase política", advirtió el analista Dagoberto Gutiérrez.
Tras su insólita aparición en el Congreso, Bukele se dirigió a sus seguidores fuera del recinto parlamentario y desde una tarima en la calle lanzó un ultimátum a los diputados, dándoles una semana para aprobar el crédito.
No obstante, el presidente del Congreso, Mario Ponce, anunció este lunes que suspende "hasta nuevo aviso" la sesión plenaria convocada para esta jornada y cuyo único punto a tratar era la aprobación del crédito.
La decisión fue duramente criticada por Bukele, quien no cuenta con ningún representante en el Legislativo.
"Los diputados están ofendidos (por lo ocurrido el domingo). Así que castigarán al pueblo no aprobando los fondos que prometieron aprobar hoy. De nuevo mintieron. No es de extrañarse. Lo hacen siempre", escribió en Twitter.
El diputado del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Jorge Shafick Handal, calificó de "autoritario" al gobernante y recalcó que hay aspectos del préstamo "que todavía se deben revisar" antes de aprobarlo.
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"No es con caprichos ni con autoritarismos que se van a hacer las cosas", señaló Handal.
Tras la fuerte presencia de militares la víspera, este lunes los alrededores del Congreso lucían como un día normal, sin soldados y con las calles tranquilas.
"Asustó ver a tanto soldado y policía en el edificio de la Asamblea Legislativa, parecía un golpe de estado, da miedo ver esas situaciones", dijo a la AFP Marcos Salguero, que maneja un pequeño negocio de comida cerca del Centro de Gobierno, el complejo de edificios de dependencias de Estado, entre ellas el Congreso en San Salvador.
Rechazo al Congreso
Gutiérrez opinó que el conflicto puntual se solucionará con la aprobación del préstamo, pero deja una advertencia: un "pueblo que expresa odio y hasta rencor hacia los diputados y es lo que el gobierno utiliza".
Según el analista, el hartazgo de la población con los legisladores proviene del hecho de que "no han hecho nada por ayudar a mejorar las condiciones de seguridad, salud, educación y empleo".
Y esta percepción, añadió, es utilizada por el Ejecutivo. "Mientras eso no cambie la gente los va a detestar y el gobierno va a presionar usando el apoyo de la gente", sostuvo.
El politólogo Saúl Hernández coincide en que Bukele "ha sabido identificar" en el deterioro político de los partidos políticos representados en el Congreso la mejor arma para "presionar".
No obstante, considera que el Ejecutivo ha hecho alarde de "un abuso de poder y funciones" al militarizar el Congreso.
"Hay una manipulación de la gente que está hastiada con su liderazgo político y que encuentra en la figura del presidente una salida ante problemas que no han sido resueltos en mucho tiempo, como la inseguridad", añadió Hernández.
Épocas sombrías
A criterio de Hernández, los hechos del domingo “sin duda alguna han causado una terrible imagen internacional sobre la forma de hacer política de este gobierno”.
Pero cree que "la presión internacional, que ha llamado al diálogo para resolver los problemas", puede hacer que el gobierno module su discurso.
Amnistía Internacional recordó que el despliegue militar y policial en el Congreso no hace más que recordar "las épocas más sombrías" de la historia de El Salvador, y señaló que el presidente Bukele debe "salvaguardar" el legado de los Acuerdos de Paz que pusieron fin a una guerra civil de doce años el 16 de enero de 1992.
La Unión Europea también se expresó con “gran preocupación” por el enfrentamiento.