La Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó, este 9 de junio, una ley mediante la cual dará curso legal al bitcóin, 90 días después de su publicación. Esto convertiría al país centroamericano en el primero del mundo que avanza en esa dirección con la moneda digital, pese a las interrogantes que despiertan su alta volatilidad y su falta de regulación.
Entre otras medidas, la ley aprobada por el Congreso salvadoreño faculta la utilización del bitcóin para el pago de todo tipo de bienes y servicios, incluso de impuestos; y también dice que el tipo de cambio lo regulará el propio mercado.
Para garantizar la convertibilidad de bitcoines a dólares, la ley salvadoreña impone la creación de un fondo en esa moneda, con un aporte inicial de $150 millones, según adelantó el presidente Nayib Bukele.
Bukele aseguró que la medida busca promover la inclusión financiera, en un país donde más de dos terceras partes de la población carece de cuentas bancarias, y saltarse las costosas intermediaciones financieras en la transferencia de las remesas que envían miles de salvadoreños de vuelta a su país. En El Salvador, las remesas representan cerca de un 16% del Producto Interno Bruto (PIB) y en 2020 significaron $5.918,6 millones en ingresos.
No obstante, la medida genera altos niveles de incertidumbre. Además de la alta volatilidad de la moneda y su falta de controles internacionales, también se cuestiona su atractivo para disfrazar capitales de dudosa procedencia.
“No hay que satanizar (...) pero puede ser que si hay un lugar donde se reciben bitcoines sin restricción puede parecerse a un paraíso fiscal, en donde se pueden atraer cosas indeseadas”, opinó el economista Douglas Montero, en entrevista con EF.
Vernan Mesén, corredor de bolsa del Grupo Financiero Acobo explicó que las criptomonedas sí pueden ser una solución para disminuir costos de transferencia; sin embargo, agreó que el bitcóin no necesariamente es la mejor opción “en costos y en velocidad”.
“Muchas de las personas que están apoyando el bitcóin como inversión, hablan de él como un resguardo de valor y no como un medio de pago”, aseguró.
No obstante, El Salvador avanza con su idea. Bukele anunció una asociación con la empresa Strike, especialista en pagos digitales, para el desarrollo de infraestructura financiera.
Por su parte, el director general de esa compañía, Jack Mallers, aseguró que su compañía buscará construir la infraestructura “más inclusiva” en la historia humana, en entrevista con el programa TechCheck de la cadena televisiva CNBC.
Altos riesgos
Los registros de CoinDesk, el sitio especializado en bitcóin y criptomonedas, dan cuenta de la alta volatilidad de los precios del bitcóin. Este es uno de sus principales riesgos de la propuesta salvadoreña, según coinciden sus críticos.
Por ejemplo, el bitcóin pasó de los $58.788,21 a $34.259,55 entre el 8 y el 23 de mayo. Es decir, su precio cayó un 41,7% en 15 días. El último registro de cambio, hasta el 10 de junio, es de $37.127,19 por bitcóin.
Según aseguró Mallers a CNBC la volatilidad no tendría por qué ser un problema, pues el sistema salvadoreño no obligaría a la población a mantener sus bitcoines.
No obstante, esto no suprime el riesgo de volatilidad, según explicaron Montero y Mesén. El cambio de precio siempre afectará a alguna parte, ya sea al Gobierno, o a los negocios y remeseros.
“Por ejemplo, un salvadoreño en Los Ángeles recibe dólares, los cambia a bitcoines y los envía a sus familiares en un primer momento. Luego, en un segundo momento, ese dinero llega a El Salvador, donde se venden los bitcoines. Ahí hay un riesgo de cambio entre uno y otro momento (...) puede ser que el Gobierno defina por reglamento que se respetará el precio inicial, pero ese riesgo alguien lo tendrá que asumir”, aseguró Mesén.
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La nueva ley salvadoreña llega a una economía dolarizada en la que ya de por sí El Salvador no controla su masa monetaria.
Según Bukele, la nación centroamericana también se podría convertir en un hub de minería de bitcoines, aunque no ha dado mayores detalles de esa afirmación.
Aunado a los riesgos de volatilidad y vacíos en la regulación, hay otro factor que genera incertidumbre sobre el bitcóin y es la puerta de entrada que se abre hacia los “criptofraudes”.
Un reportaje del diario The Wall Street Journal evidenció que, pese a que el activo está encriptado y es casi imposible de hackear, los estafadores han encontrado en la falta de regulación y el anonimato del dinero digital un mecanismo para timar a usuarios.
Según la Comisión Federal de Comercio (FTC por sus siglas en inglés) los consumidores informaron haber perdido casi $82 millones por estafas criptográficas durante el semestre de octubre de 2020 a marzo de 2021, 10 veces más en la comparación interanual.
Pese a que esto es un riesgo latente la regulación de El Salvador no cuenta con un plan de contingencia al respecto. Sí menciona que se educará financieramente a la población.
Para El Salvador, los riesgos también son macroeconómicos. El país actualmente negocia una facilidad de crédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI), entidad que ya advirtió durante una conferencia de prensa que la adopción de bitcóin como moneda genera una serie de implicaciones que requieren de un análisis muy cuidadoso.
“El equipo del FMI se reunirá con el presidente de El Salvador hoy”, destacó el vocero del Fondo, Gerry Rice a la agencia de noticias Bloomberg. “La adopción del bitcóin levanta una serie de cuestiones macroeconómicas, financieras y legales que requieren un análisis muy cuidadoso, así que estamos dando seguimiento cuidadoso a los acontecimientos. Los criptoactivos presentan riesgos significativos y las medidas regulatorias efectivas son muy importantes”.
En Costa Rica
En Costa Rica el Banco Central (BCCR) ha realizado varios análisis de las implicaciones del uso de los criptoactivos en años anteriores.
El BCCR por el momento sostiene que el país no registra suficientes usuarios de monedas digitales y opta por que estas surjan sin reglamentos.
Consultado por EF sobre la decisión de El Salvador, el presidente del emisor, Rodrigo Cubero, aseguró que Costa Rica cuenta con “una ventaja competitiva en cuanto al proceso de bancarización y plataformas digitales”, como Sinpe Móvil.
Dijo que pensar en un utilizar le bitcóin o cualquier moneda digital para dinamizar una economía puede ser “exagerado”, aunque podría ser que funcione como una eventual solución para buscar “mayores eficiencias”.
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En una entrevista para La Nación, el consultor en estructuras de datos en blockchain y representante de la Asociación Blockchain Costa Rica, Otto Mora, explicó que al ser un recurso en cantidades limitadas, el bitcóin es más común como método de ahorro o inversión que como método de pago.
Costa Rica tiene ventajas como la digitalización de sus servicios y el proceso de bancarización, lo cual permite que las monedas digitales sean solo una opción alternativa y no el único medio para mover dinero sin comisiones.
Actualmente pese a que las comunidades de criptoactivos siguen creciendo, este no ha sido considerado como un mecanismo de pago.
Para el economista Montero, es falso que se pueda hablar del bitcóin como un dinamizador. “Si yo vendo pupusas, las vendí en bitcoines y al otro día crecen un 5% es buenísimo, pero si mañana más bien cayeron un 5%, ¿cuánto me afecta?”, concluyó.