El Salvador se convirtió en setiembre del 2021 en el primer país del mundo en adoptar el bitcóin como moneda de curso oficial y ahora se prepara para lanzar los primeros bonos de deuda soberana sobre blockchain.
El gobierno de ese país planea recaudar $1.000 millones en la primera emisión de los llamados “bonos volcán” entre febrero y marzo de este año, según manifestó el ministro de Hacienda salvadoreño, Alejandro Zelaya.
“A partir de la emisión verificaremos si tenemos también éxito en esta estrategia, que yo creo que sí”, expresó Zelaya en una rueda de prensa realizada en la primera semana del año.
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¿Qué se sabe hasta el momento?
La idea consiste en un paquete de bonos tockenizados pagaderos en dólares con 10 años de plazo y una tasa del 6,5%, los cuales serán lanzados en Liquid, una plataforma blockchain desarrollada por la empresa Blockstream, según explicó Otto Mora, gerente de Blockchain para EY Centroamérica.
La mitad del dinero recaudado se destinaría a la compra de bitcóines. Estas criptomonedas no podrán ser negociadas durante un lustro. Vencidos los cinco años, el gobierno salvadoreño podría vender estos bitcoines y pagar un dividendo adicional para los inversionistas en caso de una apreciación, explicó Samson Mow jefe de estrategia de Blockstream a la agencia internacional Bloomberg.
A la fecha El Salvador ya ha adquirido unos 1.391 bitcoines.
No obstante, para poner en marcha la emisión, el país necesita legislación. Por esa razón, el Ejecutivo salvadoreño, encabezado por el presidente Nayib Bukele, prepara una veintena de proyectos de ley en el ámbito financiero para enviar al Congreso, de mayoría oficialista, con el fin de darle “andamiaje y certeza jurídica” a la propuesta.
Para Mora, el objetivo principal de El Salvador es reducir la dependencia que tiene ese país del dólar y del acuerdo que necesita con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para restructurar su deuda por $1.300 millones, así como recuperar el acceso a los mercados internacionales. Las conversaciones con el FMI se encuentran en pausa desde hace un par de meses.
Además, a pesar de que el país depende en gran medida de Estados Unidos y las remesas que envían los salvadoreños radicados en esa nación, las relaciones entre ambos gobiernos pasan por un momento tenso tras diversos intercambios verbales y la salida de El Salvador de la encargada de negocios estadounidense.
Esta apuesta por los bonos se hace también mientras Blockstream proyecta que el bitcóin llegará a un valor de $1 millón en cinco años. Actualmente su valor roza los $43.000 y su máximo histórico hasta el momento es de cerca de $70.000.
“Bitcoin City”, el gran proyecto
De acuerdo con Bloomberg, la otra mitad se dedicará a infraestructura y minería de bitcóin propulsada por la energía geotérmica del volcán Conchagua, al oriente de El Salvador.
Esta última idea tendrá vida en “Bitcoin City”, un complejo habitacional y de oficinas –similar a una zona franca– que Bukele desea construir en la misma zona del Conchagua para atraer inversiones de la industria de blockchain y criptomonedas.
Esa ciudad planeada sería totalmente ecológica y estará libre de impuestos. El único tributo será un impuesto al valor agregado del 10% que se dedicará a los servicios y la construcción del proyecto.
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Con las posibles ganancias de estas iniciativas, El Salvador espera cubrir las necesidades de financiamiento y el pago del eurobono en enero del 2023.
El ministro Zelaya dijo en la misma conferencia de prensa que ya hay reuniones con algunos potenciales inversionistas que están interesados en adquirir $200 millones.
Impulso al bitcóin
Con este proyecto y otras inversiones, Bukele quiere convertir a El Salvador en un centro financiero mundial.
No obstante, también existen voces críticas contra las decisiones del mandatario en torno a la implementación del bitcóin.
Diversas organizaciones acusan poca transparencia en los procesos y en la compra de bitcoines con recursos públicos, además de que denuncian posible lavado de dinero.
Para Mora, se trata de una decisión atrevida pero que podría acarrear implicaciones políticas.
“Es una apuesta bastante atrevida por parte del gobierno salvadoreño. Si bien hay perspectivas de que el bitcóin suba de valor a largo plazo, en el corto plazo esto le puede generar bastante inestabilidad política al gobierno, especialmente si el precio del bitcóin continúa con la volatilidad tan alta de los últimos tres meses”, comentó el especialista.
Sin embargo, de tener éxito la propuesta se prevé que El Salvador reduzca su dependencia de organismos internacionales.
Además, podría animar a otros países a considerar el bitcóin como un activo de reserva monetaria, pues hoy persiste un alto grado de escepticismo e incertidumbre en torno a los criptoactivos en general.
El FMI y otros entes han recomendado al gobierno salvadoreño no adoptar el bitcóin como moneda de curso legal argumentando que su volatilidad implica riesgos para los consumidores así como para la integridad del sistema financiero del país.