Si usted es una de las personas que defienden la tesis de que trabajar más horas lo convierte en un empleado mucho más productivo, continúe leyendo, al menos en Costa Rica, esto no sucede así.
Ignacio Gutiérrez, es gerente de proyectos de la firma de servicios corporativos Experian Costa Rica. Actualmente cuenta con varios incentivos en su empresa, entre los que destacan un mínimo de dos días de teletrabajo y un sistema de cumplimiento de objetivos.
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Él administra su tiempo. Aunque debe respetar el horario de oficina, siempre prioriza las tareas que se relacionan con el cumplimiento de las metas y objetivos. Obviamente esa agenda también está estructurada en función del orden en que debe concluir los diferentes proyectos.
Confiesa que el hecho de trabajar dos días desde su casa lo motiva y le permite concentrarse mejor. Sabe que las presas no lo van a atrasar y podrá dedicar esas horas a sus tareas laborales.
La historia de Ignacio no siempre fue así. Antes laboró como ejecutivo de servicio al cliente en un call center, donde tenía que viajar a diario, debía ajustarse a un horario establecido y si quería un poco más de dinero, de seguro hacía horas extras.
Ignacio comparte la idea de que más horas de trabajo no significan ser más productivo. Aunque destaca que eso depende de cada persona. Lo cual en cierta forma es verdad, pero también se relaciona con problemas estructurales de la economía y el mercado laboral costarricense.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) puso el dedo en la llaga y le señaló a Costa Rica sus deficiencias y áreas por mejorar para convertirse en un país con una productividad más alta.
A 30 años de la OCDE
Costa Rica no lo ha hecho mal. Los logros sociales y económicos son significativos, pero el país debe impulsar un mayor crecimiento de la productividad y generar empleo más inclusivo para mejorar la vida de sus habitantes. Así lo señaló el documento Estudios Económicos de la OCDE: Costa Rica 2018.
La productividad de un país es la relación entre la cantidad de productos obtenida en un sistema y los recursos utilizados para generar esa riqueza.
Costa Rica logró una recuperación en su ritmo de crecimiento económico después de la crisis financiera mundial y ahora mantiene un promedio del 4% anual desde 2010.
Después de años de lento crecimiento, la productividad mejoró desde mediados de la década del 2000 y ahora se encamina hacia los niveles de los países de la OCDE, pero está bastante lejos.
El crecimiento promedio de la productividad laboral anual aumentó del 0,6% entre 1993 y 2005 al 3,7% entre 2006 y 2016. La aceleración fue generalizada y se dio en la mayoría de las industrias del país.
Pese a esta recuperación en la productividad, Costa Rica todavía está lejos su aspiración: la OCDE, que registra niveles más altos.
El Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de Costa Rica -relación entre el nivel de renta de un país y su población- apenas alcanza el 39% del promedio de los países de la OCDE y está por debajo de Chile y México, las dos naciones de Latinoamérica que forman parte de este organismo internacional.
La brecha que existe entre el PIB per cápita de Costa Rica y el de la OCDE pone en evidencia el bajo nivel de productividad del país que representa apenas el 36% del promedio de las naciones que integran esta selecta organización.
Costa Rica ostenta el primer lugar del ranking de la OCDE en cuanto a cantidad de horas trabajadas por persona ocupada durante el 2016.
Esto pone al país como la nación donde se trabajó más tiempo con un promedio superior a las 2.200 horas anuales, por encima de México y muy lejos de Alemania, donde ni siquiera alcanzan las 1.400 horas anuales.
La utilización de la mano de obra en Costa Rica está por encima del promedio de la OCDE, e incluso si el país lograra crecer (crecimiento económico) a su tasa más alta de la última década del 3,7%, le tomaría casi 30 años alcanzar el nivel de productividad laboral promedio de la OCDE en la actualidad.
Más tecnología, menos horas
Ahora bien, ¿por qué Costa Rica es el país donde se trabaja más horas y su nivel de productividad laboral es tan bajo?
La respuesta viene en parte por el uso de la tecnología y la automatización de las tareas en las empresas.
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Alexander Mora, exministro de Comercio Exterior y quien lideró en el gobierno saliente el proceso de adhesión de Costa Rica a la OCDE, lo explica con claridad.
"Mientras la estructura productiva de Alemania integró tecnología en sus procesos para hacerlos más eficientes y reducir el tiempo de trabajo, nuestro país todavía tiene mucha manufactura y subsectores que requieren largas jornadas, como algunas actividades agrícolas", señaló.
Esa automatización de las actividades productivas permite que las personas se dediquen a tareas que requieren menos tiempo, pero que solo pueden ser resueltas por seres humanos, mientras que las labores repetitivas o cíclicas son realizadas con el apoyo de máquinas o desarrollos tecnológicos.
Mora señaló que el indicador de productividad laboral que calcula la OCDE contempla factores como las horas de trabajo que se requieren para producir una cantidad de recursos en un país, razón por la cual en Alemania se trabaja menos, pero se genera más riqueza y se reparte mejor entre sus habitantes.
Ángel Gurría, secretario general de la OCDE señaló en un discurso ofrecido el pasado 18 de abril, mientras presentaba los resultados del estudio económico sobre el país, que es un enigma la razón por la que el crecimiento de la productividad es débil mientras la tecnología progresa con rapidez, .
La OCDE analizó el tema y concluyó que ya no se da transferencia de conocimiento entre las empresas que están a la vanguardia tecnológica y aquellas que se quedaron rezagadas. Esta brecha puede explicar porque unos países son más productivos que otros. Pero todavía no es una afirmación.
Los obstáculos
Los retos para que Costa Rica se convierta en un país más productivo son tan comunes que ocupan lugares importantes en la conocida y trillada agenda nacional que se debate en las esferas políticas desde hace años.
El país debe lograr que los recursos que se producen se distribuyan de manera más equitativa entre todos sus habitantes, es decir, atacar la desigualdad. Si esto ocurre, la misma repartición de riqueza ayudará a que las personas se capaciten mejor y obtengan trabajos más calificados que aumentarán la productividad nacional.
Existen otros factores ligados al mercado laboral que se deben cambiar. La OCDE señala que el crecimiento económico del país no se ha traducido en mejoras para que las personas consigan empleo.
Pese a que las personas trabajan más horas en Costa Rica con respecto al promedio de la OCDE, las tasas de empleo son inferiores a las que se registran en esa organización internacional.
Este problema lo dispara el alto nivel de desempleo cuya tasa creció del 9,1% en el primer trimestre del 2017 al 10,3% en el mismo periodo, pero de este año.
La proporción de personas empleadas en la población (51,8% al primer trimestre del 2018) es más baja que en todos los países de la OCDE con excepción de Grecia y Turquía. El fenómeno del desempleo en Costa Rica es elevado desde la crisis del 2008.
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Esta problemática, de acuerdo con el informe de la OCDE, se debe a cambios estructurales pues las industrias que generaban más empleos para la mano de obra poco calificada como el agro, crecieron más lento que la manufactura y los servicios.
El informe Estado de la Nación 2017, evidenció que los productos agrícolas como el café oro y los que se fabrican en la industria de manufactura como aceites, abonos y comidas son los que generan más empleo en el país cuando su demanda aumenta.
Esta premisa es contraria a la dirección del modelo económico de Costa Rica que se enfoca en atraer Inversión Extranjera Directa (IED) y se concentra primordialmente en el régimen de zonas francas.
Los nuevos servicios (especializados) que se ofrecen en estas empresas tienen menor capacidad de multiplicar empleos en el país cuando crece la demanda. Su fortaleza es la generación de valor agregado.
El empleo informal es otro flagelo que el país debe derrotar si quiere ser más productivo.
La informalidad pasó del 43,2% en el primer trimestre del 2017 al 41,4% en el mismo periodo de este año, mientras esto ocurre en Costa Rica la OCDE señala que en el resto de países afiliados este fenómeno registra una tendencia a la baja.
El trabajo informal es más intenso en grupos desfavorecidos como las personas de bajo nivel educativo -poco calificados-, los jóvenes, las mujeres y quienes residen en zonas rurales.
Para ser más productivos...
Los problemas estructurales del mercado laboral y de la economía costarricense generan un desajuste entre las habilidades que necesitan las empresas y la oferta de mano de obra existente, lo que finalmente contribuye a ensanchar la desigualdad.
Para superar estos problemas el país debe poner en marcha un conjunto de cambios que van desde la eliminación de trabas para abrir nuevos negocios, fortalecer el sistema educativo para mejorar la calificación de la mano de obra y llega hasta las reformas políticas.
Elevar la productividad de un país es atacar los problemas de su estructura económica y social. Si la gente de bajos recursos logra acceder a mejor educación podrá forjarse oportunidades laborales con salarios que les ayuden a crecer y dejar su condición socioeconómica.
¿Recuerda a Ignacio? Cuando trabajaba en el call center tenía que cumplir un horario de oficina y hacer horas extras para ganar más dinero, pero luego de estudiar ingeniería industrial se abrió camino a una mejor posición laboral que ahora le permite ser más productivo y ganar mejor, con algunos beneficios en el camino.
La productividad está ligada a factores humanos como la motivación y el desempeño que aumentarán en la medida que sus conocimientos le permitan asumir nuevos retos.
Costa Rica también debe asumir el reto de ser más productiva.