El precio del dólar ha caído cerca de un 10% con respecto al colón en los últimos 12 meses. El descenso ha sido vertiginoso y se acentuó desde la segunda mitad de 2022. En junio pasado, el tipo de cambio escaló hasta casi los ¢700: pero actualmente cayó por debajo de los ¢600.
El tipo de cambio tiene un impacto indirecto sobre la inflación y eso es reconocido. En un país que importa la mayor parte de lo que consume, el precio de la moneda extranjera implica una presión al alza o la baja para la factura final al consumidor.
No obstante, el “efecto traslado” no es inmediato y no ocurre para todos los bienes y servicios.
En parte por eso, los precios relacionados con recreación, alimentación y turismo siguen al alza actualmente, en momentos en que el colón se aprecia; mientras que otros como los del sector transporte (incluidos los combustibles) sí bajan.
¿Por qué ocurre todo esto? La respuesta es multifactorial.
El ‘efecto traspaso’
Es reconocido que existe una relación entre el tipo de cambio y la inflación en países como Costa Rica, con altos niveles de importación para el consumo y la producción. Dicho efecto se conoce como “efecto traspaso” y actúa de forma proporcional. Es decir, un aumento en el precio del dólar se suele traducir en mayores precios para el consumidor y un comportamiento a la baja actúa de forma contraria.
El efecto, sin embargo, no es inmediato y no siempre ocurre de forma definitiva.
Róger Madrigal, presidente del Banco Central, explicó que algunos productos importados experimentan un efecto más rápido de la caída del precio del dólar; pero otros pueden hacerlo más lentamente o no recibirlo del todo.
Un ejemplo de un tipo de productos en que existe una relación inmediata es el de los combustibles. Las gasolinas son importadas por el Estado a través de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) y sus precios están regulados por la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep); lo cual implica que un dólar “más barato” se traduce directamente en menores costos de importación y menores precios para la población.
La línea de eventos no es tan directa en otros casos. Los ahorros por menores costos de importación también pueden quedar en manos de la persona o la empresa importadora. Además, la formación de los precios suele ser más compleja para la mayoría de productos, al contemplar otras variables adicionales al tipo de cambio, como la competencia entre oferentes.
“Es un hecho que Costa Rica es un importador de materias primas. Parte de los costos de producción importados deberían reducirse; pero corresponde a la estructura de mercado (hacer el traspaso)”, explicó Madrigal. “Ya hemos visto, por ejemplo, casos en que se reducen algunos aranceles, pero no necesariamente los comerciantes le trasladan eso al consumidor, quizás por problemas de competencia”.
Muchas de las cadenas de producción, además, requieren tiempo para reflejar los cambios en sus costos finales. Esto implica que los costos a los que hoy un productor compra sus materias primas se pueden reflejar en los precios en las semanas o hasta meses posteriores.
En el caso nacional, la inflación se ha desacelerado en los últimos meses, según los reportes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Sin embargo, el comportamiento es más pronunciado en algunos bienes y servicios que otros.
La mayor influencia ha sido por el precio de los combustibles. Los insumos relacionados con el transporte (incluidas las gasolinas) presentaron disminuciones continuas en el último cuatrimestre de 2022; mientras que los gastos en recreación, alimentación y servicios de alojamiento, entre otros, han seguido al alza.
Un difícil manejo
Este escenario implica riesgos y decisiones complejas para el sector empresarial.
Esteban Devoto, director de Operaciones de tiendas Universal, afirma que el comportamiento del tipo de cambio obliga a compañías como la suya a realizar un monitoreo todos los días. Según señaló, Universal realiza actualizaciones mensuales de precios, pero la volatilidad reciente del tipo de cambio es difícil de gestionar.
“El reto esta en que la volatilidad, en cualquier tema central del negocio, requiere que las decisiones sean de menor plazo y de constante revisión. Esto afecta no solo la estrategia de precios para ventas al detalle, sino también el tipo de negociaciones que se hacen, ya que en ventas institucionales o negocios de distribución (mayoreo) se hacen acuerdos de largo plazo y los procesos de cobro pueden ser largos”, detalló.
Pese a ello, consideró que la coyuntura actual sí ha permitido a la empresa ofrecer precios más bajos al consumidor.
La situación, sin embargo, no es igual en todos los sectores.
La industria del turismo, por ejemplo, advirtió de efectos negativos por la apreciación del colón, este 16 de enero. El sector argumenta que la subida en el tipo de cambio reduce considerablemente su competitividad.
Según señaló la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), la caída del precio del dólar de junio a la fecha ha implicado una merma de cerca del 18% en los ingresos y el flujo de efectivo del sector (unos ¢128 por dólar), pues sus empresas comercian principalmente en moneda extranjera.
Fernando Naranjo, presidente de Consejeros Económicos y Financieros (Cefsa), también consideró que la apreciación del colón y el abaratamiento de las importaciones tiene un efecto que puede ser delicado para los pequeños y medianos empresarios que componen la mayor parte de la economía costarricense: un sector que ya está estancado en materia de crecimiento.
Desde su punto de vista, el margen para competir de los productores locales podría achicarse si los productos importados se abaratan a magnitudes más altas de las que la economía interna puede enfrentar.
Críticas e intenciones
Naranjo, además, es parte de una corriente de economistas que considera que el Banco Central ha hecho poco por evitar el desplome del dólar, como una manera de “bajar forzadamente el proceso de aumento de los precios internos”.
“Una forma de lograr eso es incidir en apreciar el colón y a mí me parece que eso es una política incorrecta, porque va a afectar la producción nacional. En la medida en que se abaratan las importaciones de otros países, se encarece la producción interna y aumenta el costo de las exportaciones a otras naciones”, comentó. “Quizás el impacto no se vea a corto plazo, pero en seis meses o un año podríamos ver una economía que crece menos”.
Madrigal, sin embargo, sostiene que ese tipo de insinuaciones son infundadas y que la autoridad monetaria no ha buscado ese efecto activamente. Por el contrario, en una conferencia de prensa el 18 de enero, recordó que el BCCR ha captado en el mercado cambiario unos $1.042 millones más de los que ha colocado durante los últimos siete meses.
Según subrayó el jerarca del emisor, impactan más sobre el precio del dólar factores como un menor precio internacional de las materias primas, mayores niveles de inversión extranjera en Costa Rica, la recuperación del turismo y las cosechas de productos estacionales, entre otros factores.