La reciente visita de Marco Rubio, secretario de Estados de los Estados Unidos, dejó varias cosas claras: Washington vuelve a poner su atención en el Istmo, considera a la influencia de ciertas empresas chinas como una “amenaza” y está dispuesto a ejercer una política donde ser amigo de los norteamericanos es bueno, y crearle problemas malo.
Según Rubio, en su discurso en Casa Presidencial el 4 de febrero, la soberanía económica y la seguridad de los países se ven “amenazadas” por las operaciones de ciertas empresas chinas que se instalan en el país. A la vez, felicitó a Costa Rica por las acciones que ha tomado en materia de ciberseguridad y que han tenido el efecto de excluir a Huawei como proveedor de la tecnología 5G.
El pulso entre Estados Unidos y China suma ya años, pero el retorno de Donald J. Trump a la Casa Blanca ha elevado el grado de tensión con anuncios de aranceles a las importaciones asiáticas del 10%, así como los dimes y diretes con Panamá en torno a la supuesta influencia de Pekín en la operación del Canal de Panamá.
Los vecinos del sur son un claro ejemplo de como la rivalidad entre ambas potencias mundiales se derrama y le complica la vida a otras naciones que hasta el momento han mantenido lazos amistosos tanto con Washington como con Pekín.
Es la posición de Costa Rica que estableció relaciones diplomáticas con China en el 2007, tras romper un vínculo de 60 años con Taiwán. Con EE.UU. mantiene relaciones diplomáticas desde 1851.
“Para Estados Unidos es necesario ganar aliados que han estado cercanos a China. Por eso viene presionado a Costa Rica para que se aleje de China y se convierta en el aliado número uno en esa confrontación”, comentó Carlos Murillo, especialista en relaciones internacionales y director del Observatorio del Desarrollo de la Universidad de Costa Rica.
![04/02/2025 Casa Presidencial, visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio al país, lo acompaña el Sr presidente Rodrigo Chaves, fotografía: Marvin Caravaca](https://www.elfinancierocr.com/resizer/v2/3IR423WVZJDYVKVMF2NWLWDKBE.jpg?smart=true&auth=49db99b2ee30028857b9ac4ac60e4503a8c2c599ed94256538e5b179a7d6872e&width=4256&height=2832)
Recomendación de EE. UU.
La agenda de Estados Unidos para la región centroamericana parece girar en torno a controlar el flujo migratorio que presiona sus fronteras, elevar la cooperación en materia de seguridad y lucha contra el narcotráfico, y limitar la influencia que durante décadas China ha cultivado en el Istmo.
Costa Rica no escapa de las ‘recomendaciones’ que lanza EE.UU. Ya lo dijo Rubio en su visita a Zapote: “Una de mis prioridades es asegurar que la política extranjera de Estados Unidos es una política de la cual es mejor ser amigo que enemigo. Es mejor ser aliado que alguien que crea problemas”.
Las palabras del secretario de Estado provocaron que el exmandatario y Premio Nobel de la Paz, Óscar Arias, afirmara que EE.UU. es una “nación en búsqueda de un enemigo”. La segunda administración de Arias se encargó de romper lazos con Taiwán y crear una relación diplomática con China en el 2007. De hecho, Costa Rica fue el primer país de la región en establecer relaciones con la República Popular de China.
Ante la crítica, Rodrigo Chaves enfatizó que él no recibe órdenes de EE.UU. El mandatario aclaró que Rubio no le dio lineamientos a seguir, sino palabras de felicitación y admiración ante las acciones del gobierno en distintos campos.
Si bien los lazos de Costa Rica con ambas potencias mundiales se mantienen en firme, las acciones tomadas por las autoridades en los últimos años muestran un guiño hacia el país norteamericano y viceversa.
Estados Unidos (EE.UU.) calificó a Costa Rica en el 2023 como un lugar seguro para invertir en la producción de microprocesadores. Este voto de confianza fue el primero que dio públicamente la administración Biden a un país latinoamericano en tema de semiconductores.
![Costa Rica -China](https://www.elfinancierocr.com/resizer/v2/B2OSZQRC5BEOBOYD2GDO7Q4ECI.jpg?smart=true&auth=9e0820dc16e97d157420ce1498a1276f883e7601cf5af9e4795d085e5d8a6d14&width=4961&height=2605)
Costa Rica en medio de las fricciones
Los estadounidenses tejen una dinámica geopolítica compleja para desprenderse de la dependencia asiática de chips y llevar a países ‘aliados’ la industria de semiconductores de manera segura.
Biden firmó una ley –conocida como Chips Act–, la cual dispone de $500 millones para ayudar a que otros países mejoren sus condiciones para albergar operaciones de las empresas fabricantes de chips.
Como respuesta a la disposición de EE.UU., Costa Rica creó una Hoja de Ruta para el Fortalecimiento del ecosistema de Semiconductores en el país, la cual fue declarada de interés nacional.
Otra de las amenazas que plantea el gobierno norteamericano da pie a una puja tecnológica. De hecho, fue el propio Trump, en su primera administración, quien impuso una serie de restricciones al uso de tecnología distribuida por Huawei aduciendo, entre otros motivos, preocupaciones de seguridad.
La posición de la administración Chaves está clara en esa línea. En el 2023 se tomó medidas que efectivamente excluyen a Huawei y cualquier empresa de origen chino, como proveedor de tecnología 5G mediante el Decreto Ejecutivo 44196-MSP-MICITT.
El Reglamento sobre Medidas de Ciberseguridad Aplicables a los Servicios de Telecomunicaciones Basados en la Tecnología de Quinta Generación Móvil (5G) y Superiores, establece que las empresas que provengan de países que no han ratificado el Convenio de Budapest sobre ciberdelincuencia no serán tomadas en cuenta.
Al año siguiente, el gobierno costarricense presentó una denuncia penal contra la auditora general del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y la empresa Huawei. A la compañía china se le atribuyen presuntos delitos de estafa, cohecho propio, tráfico de influencias e influencia en contra de la Hacienda Pública.
Tras esas acciones, Wang Xiaoyao, embajadora de China en Costa Rica, negó que Huawei suponga un riesgo a la seguridad nacional.
Enlace comercial con las potencias
Costa Rica mantiene tratados de libre comercio (TLC) con ambas potencias. El Cafta-DR y el TLC con China son dos sombrillas comerciales que estimulan el enlace entre el país y dichas naciones.
El territorio costarricense también es parte de la Franja y la Ruta que traza China en su expansión comercial. De esa estrategia son parte 140 países y más de 30 organizaciones internacionales.
De acuerdo con Murillo, el acercamiento del país con EE. UU. no representa un riesgo a la relación que se sostiene con los asiáticos. “China ve las relaciones en función de Taiwán. Saben que si rompen relaciones, de inmediato Costa Rica restablece su vínculo con Taiwán”, aseguró.
![Contenedor con la bandera de Costa Rica siendo levantado por una grúa en un puerto, simbolizando comercio internacional y acuerdos económicos.](https://www.elfinancierocr.com/resizer/v2/27Y3RKLWLVHFBOQ744Z3DYRBQU.jpg?smart=true&auth=02a566639f34bc519af665e4532cb547578e4ea944976f2227bbc2166f1022fd&width=500&height=334)
La balanza comercial de Costa Rica pesa a favor del país norteamericano. El 47% de las exportaciones se dirigieron hacia EE. UU. en el 2024 y representó un total de $9.285 millones; mientras que los envíos a China registraron un ingreso de $369 millones en el mismo periodo, según la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
Los productos chinos sí tienen peso en las importaciones nacionales, aunque no supera a EE. UU. El monto de importaciones desde China es $4.537 millones inferior a lo registrado con los norteamericanos.
“La velocidad a la que ha crecido el espacio para capitalizar el potencial exportador de nuestro país hacia China se ha visto mermada para el caso de productos de origen vegetal y animal, importantes en la canasta exportadora costarricense, por la necesidad de suscribir con ese país protocolos sanitarios y fitosanitarios que habiliten la exportación de tales productos”, explicó Manuel Tovar, ministro de Comercio Exterior.
El Cafta impacta de mayor manera la economía costarricense. Esto no solo lo muestra el movimiento de mercancías, sino la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED) donde el 2023 reflejó una inyección económica de $2.701 millones por parte de EE. UU., frente a $3 millones de China.
En el 2024 el principal producto exportado a tierras estadounidenses fueron ‘otros dispositivos de uso médico’. En el caso de China se envío mayormente ‘otras agujas y catéteres, cánulas e instrumentos similares’. Es decir, ambos países aportaron compras a la industria que sostiene la dinámica comercial local: el equipo de precisión y médico.
Por otra parte, las importaciones están interconectadas ya que el diésel es el producto que más se le compra a EE.UU., mientras que desde China se trae mayormente automóviles para el turismo o para el transporte de personas.
Tovar agregó que “aunque China es un mercado con retos logísticos significativos, con una cultura distinta a la de otros socios comerciales y que plantea desafíos como el idioma, estamos procurando abrir mercado para otros productos que nos ha resultado complejo en la interacción con las autoridades chinas”.