Más empleos y reactivación económica. Esa es, en resumen, la promesa del proyecto de Ley del cannabis para uso medicinal y terapéutico y del cáñamo para uso alimentario e industrial (21.388).
El texto, presentado por la diputada independiente Zoila Volio, propone crear nuevos trabajos en las distintas líneas de la producción. Al cierre del 2019 la tasa de desempleo —antes del impacto de la COVID-19— había alcanzado el 12,4%, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC).
La posibilidad de producir cáñamo en el país se volvió llamativa para el Poder Ejecutivo en medio del golpe económico de la pandemia. El presidente de la República, Carlos Alvarado, mencionó la iniciativa como uno de los proyectos a impulsar para la recuperación del país. A pesar de que ahora le parece una buena idea, el mandatario lo dejó por fuera de la convocatoria para sesiones extraordinarias que terminó el 30 de abril.
Qué es el cáñamo, en qué se puede usar, cómo ayudaría a generar más empleos y en qué se diferencia de la marihuana, son solo algunas de las principales dudas que surgen de esta iniciativa. EF las explica.
Cáñamo ≠ marihuana
El cáñamo es una planta de la variedad de la cannabis sativa. Sí, la misma que produce la marihuana. Pero el cáñamo y el cannabis no son iguales.
La gran diferencia está en los usos que permiten ambos cultivos. El cáñamo es la variedad no psicoactiva. Mientras la marihuana contiene Tetrahidrocannabinol (THC); el cáñamo contiene cannabidiol (CBD), que no es psicoactivo pero que sí tiene alcance en aplicaciones médicas.
Para Volio la diferencia es clara. “Es como sembrar dos matas de frijoles, por fuera se ven iguales, las dos tienen vainicas, pero una da frijoles negros y la otra, frijoles rojos”, explicó la legisladora.
El cáñamo tiene múltiples usos en la industria, desde textiles, hasta alimentos. De esta diversidad sale la idea de sembrarlo en Costa Rica como un producto que venga a acuerpar al golpeado sector agrícola.
Empleo e industria
La posibilidad de crear una cadena de empleos con mano de obra calificada y no calificada se desprende de la industria que abriría para el país, la producción de cáñamo industrial y cannabis medicinal. Que el Ejecutivo considere ahora el proyecto se debe, según Volio, a que con la iniciativa se va “a la segura” con la generación de puestos laborales.
La demanda internacional por cáñamo y cannabis para uso medicinal y recreativo son crecientes. Para el 2019, el mercado mundial de cannabis se estimó en $344.000 millones anuales, según datos del Informe Global del Cannabis: Perspectiva de la Industria 2019, publicado por New Frontier Data.
El mismo reporte señala que el mercado se extiende a más de 50 países a nivel global que tienen legalizado el consumo de cannabis, de alguna forma. Esto se traduce en más de 263 millones de personas ya identificados como consumidores.
Solo en los Estados Unidos, 33 estados han legalizado el consumo de cannabis medicinal. Otros 14 territorios han legalizado el consumo para uso recreativo. Esto agrupa a un total de 223 millones de personas, en este país, que tienen posibilidad de consumir algún tipo de producto derivado del cannabis.
Y mientras los consumidores aumentan, también crece el dinero que produce la industria. En el 2014, Estados Unidos produjo $3.100 millones en cannabis medicinal. Al 2019 ese número había crecido a $6.000, según datos de New Frontier Data. El total de las ventas legales está proyectado crecer un 14%, por año, por los próximos cinco años. Para el 2025, las proyecciones para Estados Unidos son de $30 billones.
El cáñamo no se queda atrás. Se proyecta que el mercado mundial de cáñamo industrial crezca de $4.600 millones en 2019 a $26.600 millones para 2025, registrando un crecimiento anual del 34%, de acuerdo con el estudio del Mercado de Cáñamo Industrial por Tipo y Región: Pronóstico Global para 2025, publicado por Research and Markets en 2019.
El crecimiento del mercado del cáñamo está impulsado por factores como el aumento de la legalización del el cultivo industrial, las propiedades funcionales de la semilla de cáñamo y el aceite, su uso en aplicaciones alimentarias y un número creciente de enfermedades crónicas, de acuerdo con el estudio.
Un estudio publicado por Deloitte Canadá en 2017 detalló que, si Costa Rica se convirtiera en productor de cannabis medicinal, para suplir apenas un 10% de la demanda global, tendría que producir, aproximadamente, 61.865 kg por año. Estos datos, de acuerdo con Volio, deben ser nuevamente analizados post pandemia.
Oferentes de cannabis medicinal en el mundo
FUENTE: PROJECT BLOOM - MEDICAL CANNABIS ECONOMIC ANALYSIS, DELOITTE CANADA, SUMINISTRADO POR LA DIPUTADA ZOILA VOLIO.. || J.C. / LA NACIÓN.
El potencial particular del cáñamo, ya fue estudiado por el Ministerio de Comercio Exterior (Comex). En el marco del programa Descubre existe un perfil para la producción, transformación y exportación de cáñamo. Según destaca Comex, el producto tiene “demanda internacional, viabilidad agronómica y capacidad de competir en mercados internacionales”.
El proyecto presentado por Volio ya tiene un texto sustitutivo trabajando en conjunto con el diputado José María Villalta del Frente Amplio (FA). En este nuevo documento se establece que es libre el cultivo, la producción, la industrialización, la comercialización de cáñamo o cannabis no psicoactivo y sus productos o subproductos, para fines alimentarios e industriales. Es decir, que estas actividades, al contrario que las de cannabis medicinal, no requerirán de autorización previa especial, más allá de las licencias de toda actividad productiva agropecuaria o agroindustrial.
En el país ya se importan pequeñas cantidades de cáñamo en diferentes presentaciones, según datos de Comex. También recalcaron que el cultivo y procesamiento de cáñamo es compatible con el plan de descarbonización del país, como sustituto de materiales plásticos y como fijador de carbono.
“Costa Rica tiene las condiciones agroecológicas para la producción de cáñamo industrial. Dependiendo de la escala, eso podría atraer el establecimiento de industrias para la fabricación de textiles, papeles, materiales de construcción, medicamentos, etc.”, respondió Comex a la consulta hecha por EF en diciembre pasado.
Dinero limpio
El proyecto de ley también establece que se brindará asistencia técnica para pequeños productores agropecuarios. Además, que las personas tendrán la posibilidad de acceder a créditos del Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) y se autoriza a los bancos comerciales del Estado y al Banco Popular, a dar créditos diferenciados y promover programas de apoyo para estas actividades.
Este punto es trascendental si se compara con el comportamiento internacional del mercado. Aunque la industria del cannabis medicinal y de uso recreativo, cada vez gana más adeptos y dólares a nivel global, la banca sigue viendo con recelo el dinero producido por estos medios.
Aunque en Estados Unidos cerca de la mitad de los estados ya aprobaron el uso del cannabis en algún tipo de consumo, el gobierno federal todavía clasifica la marihuana como una droga de “Lista 1”, al lado de la heroína. Esto quiere decir que los bancos que manejan dólares de marihuana pueden ser acusados de lavado de dinero. Por lo tanto, las empresas tienen que trabajar con efectivo lo que complica la recaudación de impuestos de los negocios.
En 2019, la Cámara de Representantes votó para avanzar en la legislación que permitiría a los bancos proporcionar servicios a las compañías de cannabis en los estados donde es legal.