Estados Unidos anunció el martes 17 de mayo la flexibilización de algunas sanciones contra Venezuela para promover el reinicio del diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición respaldada por Washington, que ambas partes ya mostraron intención de retomar.
La administración de Joe Biden dijo que el "alivio de sanciones" se refiere sobre todo a una "licencia limitada" otorgada a la estadounidense Chevron en el contexto del embargo al crudo venezolano, que Washington aplica a Caracas desde 2019 con la esperanza de forzar la salida de Maduro, cuya reelección desconoce por considerarla resultado de un proceso fraudulento.
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La exención “autoriza a Chevron a negociar los términos de las posibles actividades futuras en Venezuela” pero “no permite cerrar ningún nuevo acuerdo con PDVSA (Petróleos de Venezuela, S.A, la. petrolera estatal venezolana)”, explicó a periodistas un alto funcionario estadounidense.
La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, afirmó que se "ha autorizado a empresas petroleras estadounidenses y europeas para que negocien y reinicien operaciones en Venezuela", pero insistió en que no es suficiente.
"Venezuela aspira a que estas decisiones de los Estados Unidos de América inicien el camino para el levantamiento absoluto de las sanciones ilícitas que afectan a todo nuestro pueblo", tuiteó.
El responsable estadounidense, que habló bajo condición de anonimato, dijo que próximamente se anunciaría "otra medida", pero aseguró que ninguna acción conllevará "un aumento de ingresos para el régimen".
Según reportes de prensa, Estados Unidos eliminaría de su lista de personas sancionadas a Carlos Erik Malpica Flores, un sobrino de la primera dama de Venezuela y exfuncionario de alto rango de PDVSA.
En reunión de trabajo para planes a futuro, en el rescate del espíritu de Mexico pic.twitter.com/YubOmQI8nZ
— Gerardo Blyde (@GerardoBlyde) May 17, 2022
“Rescate del espíritu”
Washington dijo que la decisión con relación a Venezuela estaba "vinculada a un acuerdo" entre el gobierno de Maduro y la Plataforma Unitaria, que agrupa a los principales partidos de oposición, "para reanudar las negociaciones" en Ciudad de México, lanzadas en agosto para buscar soluciones a la crisis política venezolana.
Horas después, el representante de Maduro en las pláticas, Jorge Rodríguez, y el jefe de la delegación de la Plataforma Unitaria, Gerardo Blyde, publicaron en Twitter el mismo mensaje: "En reunión de trabajo para planes a futuro. En el rescate del espíritu de México", junto a una foto en la que se estrechan las manos.
Según el funcionario estadounidense, la presión sobre Caracas se aflojó "a pedido del gobierno interino" de Venezuela encabezado por Juan Guaidó, a quien Estados Unidos reconoce como presidente encargado desde enero de 2019, cuando Maduro asumió un segundo mandato.
"Insistimos en la urgencia de reiniciar de inmediato el mecanismo de México en favor de los venezolanos", tuiteó el martes Guaidó, y ratificó la exigencia opositora en la mesa: "elecciones presidenciales y parlamentarias libres y justas".
En un comunicado, la Plataforma Unitaria pidió una fecha y agenda para retomar las pláticas en México.
Maduro anunció en marzo una reactivación "con mucha fuerza" del diálogo con la Plataforma Unitaria, el cual ordenó suspender en octubre tras la extradición a Estados Unidos de Alex Saab, señalado de ser su testaferro.
Días antes, el mandatario había recibido la visita de emisarios de Biden en Caracas, que llevó a la liberación de dos estadounidenses detenidos en Venezuela y la promesa de reiniciar las conversaciones.
El viaje se produjo luego de que Estados Unidos prohibiera las importaciones de petróleo ruso por la invasión rusa de Ucrania.
Pero el funcionario estadounidense negó el martes que las medidas anunciadas tengan relación con "los precios del petróleo".
Cumbre y tensiones internas
La decisión sobre Venezuela se conoce un día después de que Washington levantara una serie de restricciones a Cuba, y en medio de tensiones por la IX Cumbre de las Américas, de la que Biden será anfitrión en junio en Los Ángeles, y que México y otros países de la región amenazaron con boicotear si hay países excluidos.
La Casa Blanca no comunicó aún la lista de invitados, pero el alto funcionario descartó que la flexibilización de las sanciones tenga que ver con los comentarios del presidente mexicano.
"Estamos enfocados en promover un diálogo viable que conduzca a resultados concretos", dijo sobre Venezuela, enfatizando que la política de sanciones se "calibrará" para reducir la presión si se avanza hacia la restauración democrática, o incrementarla si el proceso se descarrila.
Pero la estrategia genera tensiones políticas internas.
"Darle a Maduro un puñado de dádivas inmerecidas para que su régimen prometa sentarse a negociar es una estrategia destinada al fracaso", opinó Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado e influyente miembro del Partido Demócrata de Biden.
Su colega republicano, Marco Rubio, acusó a Biden de "apaciguar" dictadores y cuestionó que "los simpatizantes marxistas de la administración Biden dirijan la política exterior de Estados Unidos".
Dieciocho legisladores demócratas del ala izquierda del partido pidieron la semana pasada a Biden levantar las sanciones contra Venezuela y continuar dialogando con Maduro.