Cinco hombres mayores de 50 años, que parten desde posiciones muy distintas, son las cartas que tiene sobre la mesa el Partido Liberación Nacional (PLN), este 6 de junio, para escoger a su próximo candidato presidencial, sobre el que recaerá la responsabilidad de intentar evitar un inédito tercer descalabro consecutivo de la agrupación en sus intenciones presidenciales.
Entre ellos hay un expresidente de la República que busca repetir en el cargo más de 20 años después de su primer mandato; uno que ya fue candidato presidencial presidencial y que perdió en los comicios de 2002; dos actuales diputados con experiencia en puestos políticos pero que no se han sometido escrutinios mayores; y un politólogo que se ve a sí mismo como un outsider de la estructura partidaria.
“Son tres candidatos que no se han sometido su voto a consideración popular en las máximas esferas, que se enfrentan a dos más históricos y se conocen más”, explicó a EF la politóloga Eugenia Aguirre, del Observatorio de la Política Nacional de la Universidad de Costa Rica (OPNA-UCR). “Son dos que no es la primera vez que se embarcan en este tipo de procesos contra tres que no son iguales ni parecidos, pero que comparten esa característica”.
EF le reseña el perfil de las cinco personas que aspiran por la nominación liberacionista rumbo a las elecciones presidenciales de 2022. ¿Qué han hecho?, ¿Quiénes les respaldan?, ¿Qué dicen de sus intenciones?
José María Figueres
José María Figueres Olsen (66 años, San José) es el precandidato más conocido, como es lógico por tratarse de un expresidente de la República. El exmandatario busca regresar a Casa Presidencial, 24 años después de que dirigió el país por primera vez entre 1994 y 1998.
Lo hará a pesar de sus fantasmas del pasado, en cuenta el escándalo por el caso ICE-Alcatel, que aún hoy se lo recuerdan todos sus adversarios y que también le genera opiniones negativas, según reseñan distintos estudios de opinión.
Figueres llega a la cita de este 6 de enero sintiéndose ganador: “van perdiendo”, les dijo a sus oponentes este 3 de junio, durante un debate organizado por Teletica.
El hijo del fundador del PLN y caudillo de la guerra civil del 48, ‘Pepe’ Figueres, llega con una larga trayectoria política en sus hombros. Antes de ser presidente, el ingeniero industrial y administrador público fue ministro de Agricultura y el primer ministro de Comercio Exterior del país.
Más recientemente regresó a la política como presidente del PLN entre 2015 y 2016; y en 2017 también disputó y perdió la precandidatura junto con Antonio Álvarez Desanti.
Álvarez luego obtuvo los peores resultados electorales del PLN en una contienda presidencial de su historia; y ahora, cuatro años más tarde, dio su adhesión a Figueres en busca de una mayor unidad partidaria, según dijo. Así lo hizo a pesar de que dijo en 2017 que el exmandatario era un “oportunista” y una figura “descalificada” para gobernar.
Pese a ello, la unión Figures-Álvarez le dio mayor empuje al expresidente, cuya tendencia controla las altas esferas partidarias representadas representadas en la Asamblea Nacional; que mantuvieron la convención interna liberacionista para este 6 de junio, como solo él quería.
Rolando Araya
Rolando Araya Monge (73 años, Palmares) es posiblemente el segundo político que ha estado más expuesto al escrutinio nacional de los cinco precandidatos liberacionistas. No fue presidente como Figueres, pero sí buscó el cargo en 2002, cuando perdió la contienda ante el socialcristiano Abel Pacheco en un balotaje.
Su carrera política se remonta a la década de los 70, cuando fue diputado y también ejecutivo municipal (alcalde) de San José.
Araya, ingeniero químico, también fue ministro de Obras Públicas y ostentó los cargos de secretario general y presidente del PLN, antes de ser candidato presidencial.
A mediados de los 2000 se separó del PLN. Recientemente dijo que la discusión del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, al que él se oponía, pero el gobierno liberacionista no lo hizo, fue uno de sus puntos de quiebre para abandonar las tiendas verdiblancas.
Su vida política pasó apagada desde entonces. Apenas se le reconoció como candidato presidencial por Alianza Patriótica en 2010, un experimento que al final no cuajó y del que salió aún más debilitado.
Su regreso al PLN fue inesperado y disruptivo. Araya defiende un discurso mucho más proteccionista del que, en la actualidad, lleva a la práctica el PLN y algunos partidarios liberacionistas consideran que puede sacar provecho electoral de ser una figura conocida y que capture parte del voto anti-figuerista.
Carlos Ricardo Benavides
Carlos Ricardo Benavides Jiménez (51 años, Puntarenas) es el candidato presidencial de menor edad de los cinco postulantes. Sin embargo, su carrera política ya es extensa y no se ha detenido desde inicios de los 2000, cuando fue por primera vez diputado de la República, un cargo en el que repite actualmente.
Además de diputado, fue ministro de Turismo durante el segundo gobierno de Óscar Arias; y más tarde, repitió asumió esa misma cartera y luego la de Presidencia, en el Gobierno de Laura Chinchilla.
Precisamente la expresidenta es su adhesión de más peso. Ella dice que Benavides tiene soltura en el campo privado y en el político. A ella la conoció Benavides cuando ambos fueron diputados, entre 2002 y 2006.
También apoya a Benavides el exministro de la Presidencia, Rodrigo Arias; con quien también compartió gabinete durante la segunda administración Arias Sánchez.
No obstante, hasta este 6 de junio se evidenciará el real impacto de ambos respaldos en la contienda.
Su paso como ministro de la Presidencia le confiere un gran liderazgo, según sus allegados; sin embargo, también le acarrea acusaciones. Por ejemplo, una exdiputada le acusó en 2012 de pedir votos para destituir a un magistrado (Fernando Cruz) sin razón aparente, algo que él rechazó, según consta en artículos viejos de La Nación.
Más recientemente, Benavides, abogado de profesión, fue presidente del Congreso entre 2019 y 2020; y en el Congreso jugó un rol vital para el impulso de la reforma tributaria de 2018, ante las urgentes necesidades fiscales del país; e impulsó el plan para restringir los procesos de huelga en el sector público y depurar la calificación de ilegalidad de aquellos que no se ajusten a los parámetros de ley.
Roberto Thompson
Roberto Thompson Chacón (61 años, Alajuela) también trabaja como diputado actualmente; sin embargo, su carrera política de mayor peso arrancó en 2006, cuando asumió el Viceministro de la Presidencia en la segunda administración Arias.
Thomspon, que también es abogado, luego despuntó en su carrera política como alcalde de Alajuela en dos períodos consecutivos, de 2011 a 2018, con un respaldo de más de 33.000 personas (60% de los electores posibles) en el segundo término.
Desde 2018 llegó al Congreso como legislador y recientemente coqueteó con la idea de conjuntar al sector municipal del partido detrás suyo, como precandidato. No obstante, es idea finalmente no dio resultados y más bien una mayoría de ese grupo dio su apoyo a Figueres.
No obstante, a Thompson lo apoya el alcalde de San José y excandidato presidencial de 2013, Johnny Araya; quien sigue siendo una figura de peso en el PLN pese a su estrepitosa derrota en la segunda ronda de elecciones de 2014, ante Luis Guillermo Solís , de Acción Ciudadana.
Thompson se percibe como la figura más progresista en temas ambientales del partido. Esa ha sido la bandera con la que ha intentado separarse de la imagen de Carlos Ricardo Benavides, su compañero de fracción legislativa, que se dice a favor de la exploración de gas natural y de la pesca de camarón.
Claudio Alpízar
Claudio Alpízar Otoya (58 años, San José) es el precandidato outsider de la contienda liberacionista. Dice ver su inexperiencia en la práctica política como una ventaja por encima de sus rivales, a quienes acusa de ser parte de la clase tradicional que empujó a Liberación Nacional a sus dos fracasos electorales más fuertes en 2014 y 2018.
También acusa a los últimos políticos liberacionistas de abandonar la tradición socialdemócrata del Partido, principalmente a Thompson y Benavides, actuales congresistas.
Alpízar es conocido por desempeñase como analista político y por el desarrollo de programas televisivos en los últimos años.
El precandidato es el que aparece más abajo en los sondeos de opinión; sin embargo, asegura que estos no son fiables y que espera dar la sorpresa en una contienda de cinco opciones y se antoja más bien impredecible.
Sin previsiones
El PLN llega a este 6 de junio sin estimación alguna sobre la participación que habrá de tener en su proceso interno. El partido recibió 336.852 votos en 2013 (aunque no hubo contienda por la nominación) y 429.828 papeletas en 2017, según los datos suministrados a EF.
No obstante, la apatía por los partidos políticos, la posible participación de personas lejanas de sus tiendas políticas y la amenaza de la COVID-19 son factores que hacen impredecible un proceso en el que Liberación Nacional se juega su apuesta para acceder de nuevo a Casa Presidencial –o pasar cuatro años más lejos de ella.
Para el politólogo, Ronald Alfaro, disputas extensas como la del PLN sirven para dar vigencia a los partidos y construir su identidad; a pesar de que los votantes son cada vez más volátiles y buscan identidades temporales o transitorias más afines a uno u otro candidato.
“Están en un proceso de reconfiguración, no está claro; pero los partidos también necesitan de esta disputa interna, porque genera rivalidad, identidad y estimula”, concluyó.