A inicios del segundo semestre de 2021 Costa Rica conocería el veredicto que dará el Grupo Especial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), por la demanda que México interpuso ante la imposibilidad de vender la fruta en el mercado nacional.
Esta información la confirmó el multilateral en noviembre anterior a través de su sitio web. Por su parte, el Ministerio de Comercio Exterior (Comex) estimaba recibir la resolución a finales de 2020 pero la crisis sanitaria ralentizó el proceso.
Costa Rica tendrá una audiencia ante el multilateral a principios de marzo y en aproximadamente cuatro meses se dará a conocer la sentencia, confirmó Randall Benavides, presidente de la Cámara de Exportadores e Importadores de Productos Perecederos a EF.
De cara a esta resolución se abren dos escenarios. Si Costa Rica pierde el caso tendría que eliminar la barrera comercial de la fruta y podría enfrentar demandas de empresarios mexicanos en tribunales locales; pero si gana podría mantener la medida que aplica desde el 2015.
México era el principal proveedor de aguacate en el mercado nacional y el promedio de participación entre el 2010 y el 2014 era del 96,28%, según datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
Luego de aplicar una política fitosanitaria para proteger la producción nacional del viroide Sunblotch o mancha de sol (según las autoridades locales), no se volvió a importar el oro verde mexicano a partir de 2016.
Esta medida transformó el mercado del aguacate en Costa Rica y países como Chile, Perú, Honduras y Nicaragua aumentaron su cuota de participación en el mercado nacional.
Los frentes
El escenario más complejo para Costa Rica sería recibir una resolución negativa por parte del multilateral, ya que el proceso podría alargarse en las instancias de la OMC y ocasionaría efectos secundarios.
Para comenzar es importante aclarar que si una nación pierde un caso ante la OMC tiene derecho a apelar la resolución; pero por la paralización que sufre el Órgano de Apelación ―ante la imposibilidad de nombrar nuevos jueces desde finales de 2019―, tanto Costa Rica como México acordaron establecer un mecanismo de arbitraje de apelación, indicó Dyalá Jiménez, exministra de Comercio Exterior.
De esta forma la nación que pierda el caso puede acudir a esa instancia, en caso de ser así y si este foro mantiene la decisión inicial esta se convierte en una sentencia en firme. Bajo el escenario de que Costa Rica pierda se le ordenaría modificar las medidas para la importación del aguacate mexicano Hass por ser contrarias a sus obligaciones, explicó Jiménez.
“Si Costa Rica lo eleva a un tribunal de apelación, el proceso seguiría, pero llevaría un mal antecedente porque un tribunal internacional falló en contra”, aseguró Benavides.
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Ahora bien, si hay un fallo en contra pero la disputa no escala a la instancia de apelación, Costa Rica tendría que retirar la barrera comercial o aplicar una medida complementaria que satisfaga a México. Este sería el escenario más barato para el país según Benavides.
Por su parte, Comex valoraría la posibilidad de apelar hasta que se reciba el informe del Panel de la OMC, indicó la cartera ante consulta de este medio.
En esta coyuntura vale recordar que este caso no solo escaló hasta la OMC sino que también se judicializó a nivel local.
En febrero de 2020 el Tribunal Contencioso Administrativo y Civil de Hacienda condenó al Estado a pagar indemnizaciones por perjuicios a los importadores de aguacate Hass. Actualmente el caso se encuentra en el tribunal de casación.
Este es un antecedente importante pues si el fallo de la OMC es negativo para Costa Rica, el sector privado costarricense y los exportadores mexicanos podrían plantear demandas de resarcimiento en los tribunales locales, comentó Benavides.
El escenario más sencillo es que la resolución del Grupo Especial de la OMC sea favorable para Costa Rica, y bajo este supuesto el país podría seguir operando como lo hace en la actualidad. Porque se consideraría que las medidas vigentes son conforme a la normativa de la OMC, la cual es obligatoria para el país.
Repercusiones
Una resolución negativa para Costa Rica por parte del panel de expertos de la OMC sería un bemol más en materia de comercio multilateral.
“Cuando un Estado adopta una política mercantilista o proteccionista, en el sentido de pretender mercados abiertos para sus exportaciones pero cerrarlos para las importaciones de los demás, de manera sistemática o generalizada, generalmente tiene repercusiones internacionales, tanto políticas, como económicas y legales. Además, por supuesto, tiene repercusiones en la vida de los habitantes de ese Estado”, acusó la exministra de comercio exterior.
Desde el segundo semestre de 2020 hubo una explosión de pulsos comerciales. Con Panamá hay tensiones por las barreras que esta nación impuso a las exportaciones de fresas, lácteos, productos cárnicos, piñas y bananos; con Canadá y Brasil se dio una diferencia porque se aumentó el arancel de las importaciones de azúcar en 27,68 puntos porcentuales, lo que elevó la tarifa de 45% a 72,68%.
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En esta coyuntura una de las incógnitas que se asoma es si México aplicaría alguna medida contra las exportaciones costarricenses; luego del pulso comercial que Costa Rica abrió con Brasil, la nación sudamericana incrementó los impuestos a cuatro productos nacionales en la misma proporción y por el mismo periodo que lo hicieron las autoridades locales.
Las ventas en ese mercado norteamericano no deberían de sufrir ninguna consecuencia, pero con estas prácticas sistemáticas el país va adquiriendo “cierta reputación” en la escena internacional, considera Jiménez.
A noviembre de 2020 las ventas de Costa Rica en México sumaban un monto de $236 millones de acuerdo a cifras de Procomer.
Los cinco principales productos que se exportan hacia ese mercado son aceite de palma; los demás jarabes y concentrados para la preparación de bebidas gaseosas; aceites de palma o babasú en bruto; juntas o empaquetaduras de caucho vulcanizado sin endurecer; y tapones y tapas de metal común.
Transformación del mercado
Aplicar una barrera comercial a la importación del aguacate mexicano Hass abrió las puertas para que Costa Rica importara más fruta desde Chile y Perú. Estas naciones aumentaron su porcentaje de participación entre 2016 y 2019.
No obstante, en el 2020 hubo un giro y otros países ganaron terreno, pues la fruta proveniente de Honduras representó el 30% y la de Nicaragua tuvo un peso del 16,30%, según datos de Procomer de enero a setiembre de ese año.
A pocos meses para que la medida fitosanitaria cumpla seis años de estar en vigencia, el presidente de la Cámara de Exportadores e Importadores de Productos Perecederos indica que se ha percibido una baja en el consumo de la fruta.
“Nosotros hemos percibido una baja en el consumo del aguacate, pasamos del 2015 de una tendencia de 3,5 kilos per cápita a cerca de 1,5 kilos por persona en este momento. La importación cayó a más del 50% comparando el 2015 al 2020, (la baja demanda) puede ser incidencia directa de que el consumidor percibió que la calidad que se traía anteriormente ya no se le da en este momento”.