El 2020 será clave para el sector porcino nacional.
Ese año los aranceles de la carne de cerdo para las importaciones desde Estados Unidos y Canadá serán cero, lo que supondría la llegada de más producto al país y una competencia directa para lo que se produce en suelo costarricense.
Según reportes del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), un 90% del consumo nacional de carne de cerdo es abastecido por productores locales.
Con la desgravación arancelaria, ese porcentaje podría verse mermado; aunque no se atreven a dar una cifra de caída absoluta.
Ante el panorama, Renato Alvarado, representante de la Cámara de Porcicultores de Costa Rica, recalcó la necesidad de buscar nuevos nichos de mercado para exportar y aprovechar aún más los destinos en los que se tiene permiso de entrada, como un camino clave para amortiguar la baja esperada en la colocación de producto.
“Mientras se importan 5.000 toneladas métricas por año se exportan 500”, detalló.
Costa Rica registra exportaciones de carne de cerdo a la región centroamericana. Además, cuenta con autorización para exportar a mercados como Japón y China.
“Seguimos con limitaciones. Está bien, llegamos a Japón, pero con cortes muy especiales y a China no hemos concretado ningún envío. Abrimos el mercado sin que, en la práctica, abramos nuevos destinos”, acotó Alvarado.
El reto que enfrentan los productores locales no es poca cosa. Estados Unidos y Canadá son los principales exportadores de carne de cerdo hacia Costa Rica.
Del total importado en 2014, unos $23 millones, Estados Unidos contribuyó con un 38% de las ventas.
En grupo Porcimás se preparan para ese apertura comercial con la consigna de ser más eficientes y eficaces al producir carne de cerdo. Eso sí, sin olvidar la calidad del producto.
Johnny Picado, gerente de la firma que agrupa a 33 productores, aseguró que en la medida en que la compañía y el sector logren una mayor productividad, reducir sus costos de producción, mejorar la comercialización y hasta brindarle valor agregado a la producción, la competencia será justa.
“Estamos ante un gigante como lo es Estados Unidos. La eficiencia a nivel de granja dejará de ser una opción, hay que tener más partos por cerda y carne con menos grasa, por ejemplo”, comentó Picado.
El sector aboga, además, por que cuando se reduzca el arancel cero, el producto costarricense sea distinguido del foráneo.
Esto se lograría incorporando un sello de procedencia en el etiquetado del producto. Una medida que los productores ven como arma para salir victoriosos ante la renovada competencia.
“Tiene que llegar el día en que se cumpla con una norma de etiquetado para diferenciar de dónde procede la carne, que diga cuánto tiempo lleva congelada y hasta si es fresca. Con eso se llegará a beneficiar al productor nacional”, dijo Alvarado.
Desde el Gobierno, concuerdan con la voz de productores y de la cámara sectorial y afirman que los esfuerzos que realizan se harán sentir en el mercado.
“Se han creado cooperativas en al zona norte y sur para agrupar al sector, por ejemplo. Además, las capacitaciones seguirán y estas serán clave”, afirmó Alexandra Urbina, gerente del programa porcino del (MAG).