El planeta está inmerso en una carrera sin precedentes: en tan solo doce años se deberá evitar el aumento de 1,5 grados Celsius en la temperatura global. Una gran parte del problema se solucionaría al reducir las emisiones de la flota vehicular.
Costa Rica se prepara para esta maratón con el Plan Nacional de Descarbonización, una estrategia de diez ejes que brindaría beneficios por $19.500 millones netos al 2050, tan solo con hacer cambios en tres ejes: transporte público, privado y de carga, según lo dio a conocer Carlos Alvarado, presidente de la República, durante la reunión previa a la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático (Precop 25).
De manera inmediata, el Gobierno también baraja otras acciones. Una de las iniciativas consiste en el trabajo conjunto del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) para facilitar la transición de los empresarios autobuseros de las unidades actuales a autobuses eléctricos.
A pesar de que el país se robustece con diferentes medidas, Rodolfo Solano, viceministro administrativo y de Gestión Estratégica del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), asegura que falta un cambio de conciencia entre el sector productivo y los consumidores.
En el 2021 se abre una ventana de grandes oportunidades para el Ministerio de Obras Públicas y Transportes, ya que en esa fecha vencen todas las concesiones del transporte regulado. La cartera desea promover acciones en sintonía con la descarbonización.
El sector transporte aporta el 24% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y estas se duplicarían en el 2050 si los países no realizan cambios sustantivos en sus políticas, dijo Peter Derek Hof, embajador del Reino de los Países Bajos durante el foro “¿Cómo los países, ciudades y compañías pueden trabajar conjuntamente para acelerar la descarbonización del sector transporte?”, realizado en la Precop 25.
Costo – beneficio
En febrero de 2019 el Plan Nacional de Descarbonización se presentó como la estrategia para ganarle la carrera al calentamiento global. Durante la Precop 25, Carlos Alvarado, presidente de la República, reveló la relación costo-beneficio del proyecto.
“Al medir los 3 primeros ejes del plan hasta el 2050, en transporte público, transporte privado y transporte de carga, los hallazgos de los investigadores proyectan un beneficio de $19.500 millones al hacer los cambios ahí señalados. Deberíamos hacer inversiones de casi $6.000 millones de aquí al 2050, incluyendo los de infraestructura eléctrica para habilitar la electrificación del transporte”, señaló el mandatario.
Las cifras se desprenden de un ejercicio académico realizado por la Universidad de Costa Rica (UCR), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Real Instituto de Tecnología de Estocolmo (KTH) y el Tecnológico de Monterrey.
Aunque la inversión será onerosa, el país podría ganar $11.100 millones en menores costos de operación. Ahí habría una ganancia directa por $5.200 millones netos para el 2050, según el mandatario.
El estudio calcula que los beneficios en términos de salud, mayor productividad ante un menor congestionamiento vial y menos accidentes de tránsito ascenderían a $14.300 millones.
Si bien las ganancias serían efectivas en el largo plazo, de manera inmediata el Gobierno realiza acciones con el ICE y la Aresep para comenzar con la transición hacia la electrificación del transporte público.
Grupo ICE brindará estudios y acompañamiento técnico para facilitar la infraestructura eléctrica básica en los planteles de los operadores que deseen iniciar con el cambio. Esta es una medida para comenzar a despedir a los combustibles fósiles.
Ahora bien, el país no va tan rápido como desea y, según Rodolfo Solano, viceministro administrativo y de Gestión Estratégica del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), hay tres explicaciones para esto.
Primero, el sector privado debe entender la transición como una oportunidad y no como una amenaza –es una inversión y no un gasto–. En segundo lugar, este es un escenario para generar empleo a largo plazo con políticas públicas planificadas. Finalmente, el usuario debe comprender que no solo se trata de cambiar combustibles, sino de transformar su estilo de vida.
Los desafíos que tiene Costa Rica tampoco son ajenos a otras partes del mundo. Alan Mckinnon, profesor de Kühne Logistics University, en Hamburgo, Alemania, también considera que cambiar la menta corporativa es “muy difícil”.
Implementar la transición a energías limpias también es otro reto que enfrenta Europa. En este caso, el desarrollo de infraestructura para electrificar autopistas y poner a andar trenes eléctricos requiere de una gran inversión, de acuerdo con Mckinnon.
Vencimiento de concesiones
El año 2021 es una fecha clave para la descarbonización del sector transporte, ya que durante ese período vence el 100% de las concesiones de todo el transporte público regulado, esto según las declaraciones que Lisa Castillo, asesora del MOPT, hizo a EF.
¿Qué significa esto? Cuando se realicen los procesos licitatorios, los carteles tendrán que responder a la apuesta que hace el país por reducir las emisiones contaminantes. No obstante, la transición será gradual y estará apegada al Plan Nacional de Descarbonización.
“Tampoco podemos negar que hay un aspecto financiero importante que deben considerar las empresas, pero también se deben generar condiciones oportunas de acceso al crédito, y en eso el Gobierno viene trabajando en políticas públicas de acceso al crédito al bajar las tasas de interés”, comentó el viceministro administrativo y de Gestión Estratégica de la cartera.
En este momento se trabaja en un proyecto llamado Mi Transporte G y Z, el cual consiste en colocar autobuses eléctricos en las rutas reguladas para generar métricas, romper tabúes con respecto a la tecnología y aprovechar el ejercicio para capacitar a mecánicos y conductores, de acuerdo con Castillo.
Contar con un servicio limpio, eficiente y seguro es el anhelo del Gobierno para que las familias dejen los vehículos guardados en los hogares y opten por desplazarse en transporte público en un futuro cercano.
“El consumo de combustibles fósiles es tremendo en las familias: hay 2, 3 o 4 carros y el transporte público no se usa como se debería" alegó el viceministro.
Costa Rica es un gran emisor de dióxido de carbono, y una parte sustantiva proviene de la flota vehicular. Durante el 2018 las ventas anuales por productos derivados del petróleo fueron de 3,3 millones de metros cúbicos, lo que representó un incremento del 2% si se compara con la cifra del 2017 (67.655 m³), según el informe anual de ventas de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).