El presidente estadounidense, Donald Trump, enfrenta crecientes llamados para ser destituido en virtud de la 25ª enmienda de la Constitución, acusado de incitar los hechos de violencia que terminaron en el asalto de la sede del Congreso el miércoles.
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Adoptada en 1967, la 25ª enmienda de la Constitución establece la normativa para transferir el poder de un presidente de Estados Unidos que muera, renuncie, sea destituido o que por alguna otra razón sea incapaz de cumplir sus funciones.
Ha sido invocada en varias ocasiones, especialmente por Richard Nixon cuando renunció en 1974 y por presidentes que traspasaron temporalmente el poder al vicepresidente mientras se sometían a cirugías.
En octubre pasado, se comentó la posibilidad de que Trump invocara este procedimiento cuando cayó enfermo de COVID-19, pero finalmente no decidió hacerlo.
Pero ahora, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, y su copartidaria Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, lideran las voces que llaman al vicepresidente Mike Pence a invocar la enmienda en los últimos días del mandato de Trump, que termina el 20 de enero.
Los llamados dentro y fuera de las instituciones a usar este instrumento se han incrementado tras las escenas de conmoción vistas cuando una muchedumbre incitada por Trump desbordó el miércoles el cordón de seguridad en el Capitolio, causando destrozos e interrumpiendo por varias horas el procedimiento que finalmente oficializó que Joe Biden derrotó al magnate republicano en las elecciones del 3 de noviembre y será el próximo presidente estadounidense.
Invocada en tres ocasiones
La cuestión de la transferencia de poder de manos del jefe del Ejecutivo comenzó a interesar a los legisladores a finales de los años 1950 en medio de la decaída de salud del presidente Dwight D. Eisenhower.
Pero tomó carácter de urgencia tras el asesinato en 1963 del mandatario John F. Kennedy. La 25ª enmienda fue aprobada por el Congreso en 1965 y ratificada por las necesarias tres cuartas partes de los 50 estados del país dos años después.
La sección 3 de la 25ª enmienda establece la transferencia de los poderes presidenciales al vicepresidente cuando el mandatario declara que está incapacitado para cumplir sus funciones.
La sección 4 imagina una situación en la que el vicepresidente y una mayoría del gabinete determinan que el presidente no es capaz de desempeñar el cargo. Esta sección nunca ha sido invocada.
La sección 3 ha sido invocada en tres ocasiones.
La primera fue en julio de 1985 cuando el presidente Ronald Reagan fue operado con anestesia general para extraerle un pólipo cancerígeno de su intestino.
El vicepresidente George H.W. Bush fue declarado presidente en funciones por unas ocho horas mientras Reagan era operado.
El presidente George W. Bush transfirió temporalmente el poder al vicepresidente Dick Cheney en junio de 2002 y julio de 2007 mientras se sometía a colonoscopias de rutina bajo anestesia.
Tras el atentado contra Reagan en 1981, una carta invocando la sección 3 fue escrita pero nunca enviada.
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Pence no tiene interés
Bajo la sección 3, el presidente le informa por escrito al presidente pro tempore del Senado —actualmente el republicano Chuck Grassley— y a la presidenta de la Cámara de Representantes —actualmente Pelosi— que no es capaz de cumplir sus funciones y que transfiere temporalmente el poder al vicepresidente.
Bajo la sección 4, el vicepresidente y una mayoría de integrantes del gabinete informa a los líderes del Senado y la Cámara Baja que el presidente está incapacitado para cumplir sus funciones y el vicepresidente pasa a ser presidente provisional.
Si un presidente objeta la determinación de que está incapacitado para desempeñar sus funciones, la decisión recae en el Congreso, donde una mayoría de dos tercios en ambas cámaras sería necesaria para declarar al presidente no apto para seguir en el poder.
Pese a las presiones de los demócratas y algunos republicanos, Pence, leal lugarteniente de Trump, se opone a apelar a este mecanismo, según informó el New York Times citando una fuente próxima al vicepresidente.
El exdirector adjunto del FBI Andrew McCabe ha afirmado que el ex fiscal general adjunto Rod Rosenstein amagó la posibilidad de invocar la sección 4 luego de que Trump despidió abruptamente al director del FBI James Comey en mayo de 2017.
Rosenstein niega esas afirmaciones.