Los 57 diputados que componen la Asamblea Legislativa tienen la misma remuneración probable. Esto quiere decir que pueden cobrar el mismo monto máximo todos los meses, aunque no siempre lo hacen, porque sus ingresos se reducen si faltan a su trabajo.
¿Por qué ocurre esto? La Ley de Remuneración de los Diputados de la Asamblea Legislativa (7.352) establece desde 1993 que los congresistas deben de recibir una misma retribución. Esta se divide en una asignación mensual fija y otra por gastos de representación, cuyas magnitudes varían dependiendo de la cantidad de ausencias de los jerarcas en sus funciones.
La remuneración es la misma para todos, incluso si ostentan puestos superiores. No existen pagos adicionales o sobresueldos en favor de quienes ejercen la Presidencia o las Secretarías del Directorio.
A pesar de que los diputados obtienen remuneraciones, estas no se entienden legalmente de la misma manera que los demás salarios comunes y corrientes de la población. Al tratarse de personas que ejercen puestos de representación pública y no de trabajadores contratados en sentido estricto, los congresistas tienen un modelo de compensación distinto.
¿Cuánto cobran los diputados?
Los diputados de la República pueden cobrar hasta ¢4 millones mensuales, si no faltan al Plenario Legislativo.
De ese gran total, ¢2,96 millones corresponden a la asignación mensual fija y ¢1,04 millones a los gastos de representación.
El monto, sin embargo, puede bajar dependiendo de la cantidad de ausencias de cada legislador.
Por ejemplo, en diciembre de 2024 hubo 31 congresistas que cobraron el monto máximo; pero otros 26 no lograron hacerlo, según los registros oficiales de remuneraciones del Poder Legislativo.
En ese mes, incluso hubo diputados como Luz Mary Alpízar de Progreso Social Democrático (PPSD) y Fabricio Alvarado de Nueva República (PNR); quienes cobraron solo ¢2,67 millones.
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Además de su remuneración mensual, los legisladores reciben varias retribuciones en especie adicionales, a modo de viáticos. Entre ellos, 500 litros de combustible mensuales para consumir a discreción; así como servicios de telefonía y de choferes; aunque ciertos legisladores renuncian a utilizarlos.
La administración de la Asamblea Legislativa había explicado a EF que a los diputados se les otorga el dinero para pagar hasta 500 litros de gasolina regular; es decir, ¢324.000 adicionales por mes que solo pueden gastar en ese rubro.
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Frente a otras autoridades
La remuneración de los legisladores es más baja que los nuevos salarios globales establecidos para el Presidente de la República (¢5,57 millones), los vicepresidentes (¢5,29 millones) y los ministros de gobierno (¢4,17 millones).
No obstante, esos salarios globales apenas se están empezando a aplicar en las personas nuevas en los cargos; no en las que ya estaban desde antes de la entrada en vigor de la Ley Marco de Empleo Público (10.159).
Por ejemplo, el presidente Rodrigo Chaves cobra ¢2,9 millones (tres cuartas partes del sueldo de un diputado), pues ingresó al cargo antes de que se definiera la nueva escala de salario global para su cargo y el del resto de principales autoridades del Poder Ejecutivo.
La remuneración de los diputados también es más alta que la de muchos ministros por el mismo motivo.
Según datos obtenidos luego de consultas a todas las carteras de gobierno, EF logró identificar que hay al menos ocho ministros que ganan salarios de entre los ¢3,5 millones y los ¢4 millones.Ellos son Nogui Acosta, de Hacienda (¢3,95 millones); Anna Katharina Müller, de Educación (¢3,74 millones); Arnoldo André (¢3,48); Francisco Gamboa, de Economía (¢3,89 millones); Manuel Tovar, de Comercio (¢3,58 millones); Andrés Romero, de Trabajo (¢3,58 millones); Paula Bogantes, de Ciencia y Tecnología (¢3,48 millones); y Mary Munive, de Salud (¢3,94 millones).
En cambio, los salarios de los diputados son todos menores que los de los magistrados del Poder Judicial. Los sueldos netos (ya habiendo restado las deducciones de ley) de los más altos jueces del país van de los ¢3,63 millones a los ¢6,05 millones, en la actualidad; aunque se definieron nuevos salarios globales brutos para las nuevas personas que vayan siendo elegidas para reemplazar a los actuales jerarcas que irán de ¢4,86 millones a ¢5,38 millones.
Otros altos funcionarios del país, en cambio, cobran mucho más dinero. Por ejemplo, el presidente del Banco Central, Róger Madrigal, y la contralora general, Marta Acosta, reciben ¢5,74 millones mensuales.
La Ley de Empleo Público determinó que los nuevos salarios globales son exclusivos para los funcionarios que ingresan por primera vez a la planilla del Estado. Los funcionarios que hayan ingresado antes y que tengan salarios inferiores deben de esperar hasta que sus aumentos regulares les permitan llegar al nuevo sueldo; mientras que, aquellos con salarios más altos, deben mantener sus remuneraciones congeladas hasta llegar a ese mismo punto.
Frente al resto del país
En comparación con el grueso de los asalariados formales del país, según los datos del Sistema Centralizado de Recaudación (Sicere), los diputados ganan un salario muy exclusivo.
El Sicere es el sistema que registra los más de 1,7 millones de salarios formales que se pagan a nivel nacional.
Según los datos disponibles hasta agosto, solo un 1% de los salarios que se cobran en el país superan los ¢4 millones; lo cual corresponde a solo unas 15.700 remuneraciones.
Si se suman los recursos que reciben en especie, entonces el porcentaje se reduce aún más. Solo el 0,8% de los salarios del país son de más de ¢4,4 millones.
Incluso si se usa como referencia la remuneración más baja cobrada por un diputado en diciembre (¢2,6 millones), la cifra sigue siendo alta. Únicamente un 3,4% de los sueldos formales en Costa Rica son de más de ¢2,6 millones mensuales.