El sueño de muchas personas en Costa Rica es crear un emprendimiento que sea exitoso, rentable y que con el tiempo pueda crecer hasta consolidarse como una empresa formal.
Para impulsar ese anhelo en un contexto de desaceleración económica, el Gobierno ofrece instrumentos como el crédito con el Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) y la simplificación de trámites.
Sin embargo, vale la pena plantear la pregunta: ¿cuánto tiempo sobreviven las empresas en Costa Rica?
El más reciente Informe Estado de la Nación 2019, publicado la mañana de este miércoles por el Programa Estado de la Nación (PEN), reveló una serie de conclusiones que permiten entender la sobrevivencia de las empresas por sector económico, tamaño, destino de sus productos o procedencia del capital impulsor.
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Las empresas costarricenses tienen un 90% de posibilidades de llegar a su primer año de vida, frente a un 99% para las extranjeras. Pero la expectativa cambia cuando se trata de conquistar un quinquenio, las nacionales logran un 63% de posibilidades mientras que las extranjeras un 86%.
La ilusión de alcanzar los 12 años de trabajo para una firma costarricense se ve reducida a un 49% de probabilidades.
También existen diferencias relacionadas con el tamaño de los negocios. Las opciones de sobrevivencia de una microempresa (de 1 a 10 empleados) a los cinco años es del 61%, esta cifra marca una brecha importante si se compara con el 95% registrado para las grandes compañías (101 o más trabajadores).
Este dato cobra especial relevancia si se considera que las pymes representan el 97,5% del parque empresarial nacional y dentro de ese rubro, las micro tienen el mayor peso relativo con 108.070 compañías de las 133.765 que contabilizó el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) en 2017.
La capacidad de sobrevivir de los negocios depende de su habilidad para innovar, adaptarse a nuevas demandas del mercado y enfrentar la competencia. El desempeño de los emprendimientos y las compañías es un indicador clave que determina la evolución de la economía.
No se puede obviar que el bajo dinamismo de la producción costarricense provoca un escenario desfavorable para el crecimiento de las empresas. Esta coyuntura evidencia que las políticas públicas no deben enfocarse sólo en la creación de nuevos emprendimientos, sino también en la expansión y consolidación de los que ya existen.
Otra forma de entender la probabilidad de vida de los negocios es mediante la división de exportadores y no exportadores.
Las compañías que venden sus productos fuera del país tienen una tasa de supervivencia del 88% para el periodo de 12 años (2005-2017), mientras que las enfocadas en el mercado doméstico alcanzan un 49% en ese indicador.
Esto quiere decir que por cada 100 empresas productoras para el consumo interno, 51 mueren antes de cumplir doce años de operación, frente a las 11 exportadoras que cesan sus funciones en el mismo plazo.
El análisis por sector económico apunta a que los negocios dedicados a actividades enganchadas principalmente al sector construcción (”Otros secundario” en el gráfico) enfrentan el panorama más difícil con apenas 44% de probabilidades de llegar a los cinco años y 31% de alcanzar los 12 años.
Estos datos se contraponen con otros sectores de la economía como comercio, nuevos servicios, agroexportadores no tradicionales y zonas francas (“Otros” en el gráfico) que tienen un 73% de oportunidad de vivir a los cinco años y un 60% de sobrepasar la década.
Pese a que la investigación no ahonda en las razones por las cuáles se producen estas diferencias, sí indica que podría tratarse de factores como: brechas en innovación, productividad, capital humano, apoyo institucional y estructuras de mercado.
Muertos y zombis
19.203 empresas cesaron sus operaciones en el país entre 2005 y 2017, esto quiere decir que en promedio murieron 1.746 negocios por año durante ese periodo.
Aunque algunas de estas compañías no generaban actividades productivas −se conocen como empresas zombis que son insolventes o insostenibles−, o bien, fueron sustituidas por otros emprendimientos, su desaparición se traduce en la pérdida de empleos y en efectos negativos para los sectores encadenados.
“El crecimiento de la economía depende del desempeño de los emprendimientos. Si la mayoría de empresas tiene dificultades para crecer, reactivar la economía será aún más difícil”, señala el informe.
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Con el objetivo de comprender mejor la evolución de los negocios por su tamaño, los investigadores construyeron un “panel puro” con las 21.290 compañías que sobrevivieron entre 2005 y 2017, para esto excluyeron a los que murieron y a los que se crearon nuevos en ese lapso.
La conclusión de este ejercicio mostró que la mayoría de las empresas en Costa Rica tienen dificultades para crecer.
Mayoría de negocios con dificultades para crecer
88,5% de las microempresas mantuvieron el mismo tamaño entre 2005 y 2017.
FUENTE: INFORME ESTADO DE LA NACIÓN 2019. || J.M. / EL FINANCIERO.
Del total de microempresas que existían en 2005, el 88,5% de las que no murieron tenían exactamente el mismo tamaño doce años después.
Mientras que si se revisan los cambios de las que eran pequeñas en el 2005, un 31,5% más bien redujo su tamaño (pasaron a micro), 48% se mantuvo y 20% logró crecer.
Vida afuera de la GAM
Los negocios de la región Central-GAM, Huetar Norte y Huetar Caribe tienen niveles de supervivencia a los cinco años superiores al 63%, se trata del registro más alto al hacer zoom in en las diferentes zonas del país.
Fuera de estas regiones el chance de llegar al lustro en el mercado es inferior al 66%.
Las diferencias en las condiciones que reciben los proyectos empresariales en los territorios ponen en evidencia que el acceso a servicios, la ayuda de las instituciones públicas, la tecnología y la calidad de la infraestructura son desiguales entre regiones.
En los cantones de las regiones Chorotega y Pacífico Central las posibilidades de sobrevivencia son las más bajas. Para los negocios ubicados en los cantones de las zonas Central-GAM, Huetar Caribe y Central-Periferia se reflejó un comportamiento muy diferente con opciones que rondan entre 57% y 66% (a nivel regional) de llegar a los cinco años.
En la región Huetar Norte se detectó una tendencia muy alta de supervivencia entre los diferentes cantones. Este hallazgo podría incentivar esfuerzos de alianzas público-privadas como, por ejemplo, la Agencia de Desarrollo de la Zona Norte (ADZN).
Para llegar a todas estas conclusiones sobre las probabilidades de las empresas de mantenerse vivas, los investigadores del Informe Estado de la Nación 2019 analizaron una nueva fuente de información publicada por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), la base de datos se llama Registro de Variables Económicas (Revec).
En junio del 2018, el Central publicó el Informe sobre el acceso de las micro, pequeñas y medianas unidades productivas, a los servicios financieros. En este documento se detallan algunos factores que limitan el acceso de las compañías a créditos como los que se colocan en el SBD.
Uno de los principales hallazgos es que cerca del 80% de las micro, pequeñas y medianas empresas consideran que no necesita recursos porque cuenta con el capital propio para impulsar su negocio.
Al 22% no le gusta o le da temor adquirir una deuda, 17% no tiene tiempo o encuentra un exceso de trámites para lograr un préstamo y 11% aseguró que las condiciones son desfavorables para buscar apalancamiento financiero.
Siete de cada diez micro, pequeñas o medianas empresas conocen la existencia de Banca para el Desarrollo, pero sólo el 17% de estos negocios, que ya recibieron créditos, lo hizo mediante el sistema estatal diseñado para ese fin.
Podcast
Este año, el Programa Estado de la Nación se alió con la plataforma Dvrgente para producir una serie de seis episodios de podcast en los que se abordan, mediante conversaciones, los temas desarrollados en el último informe.
Manuel Avendaño, periodista de economía y política de EF, conversa con Pamela Jiménez, coordinadora del capítulo sobre Oportunidades, estabilidad y solvencia económicas.