“Si en el tema de ingresos tributarios Costa Rica fuera un estudiante, podemos decir que el país está cursando noveno año y los países de la región ya van por la Universidad”.
Esa es la apreciación de Fernando Rodríguez, viceministro de Ingresos, sobre el desempeño del país en el cobro de tributos.
Para el 2015, Costa Rica se ubicó en la posición número cuatro, de entre seis países centroamericanos, en la categoría de nación que más ingresos tributarios recaudó como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB).
Una reforma tributaria que no llega y la necesidad de modernizar los sistemas informáticos nacionales, se vuelve prioridad para pensar en, por lo menos, recortar distancia con los países vecinos.
Avance minúsculo
De acuerdo con el informe “Perfiles macrofiscales de Centroamérica”, elaborado por el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), la carga tributaria de Costa Rica se ubicó en un 13,7% del Producto Interno Bruto (PIB) para el 2015.
El porcentaje significa un aumento de 0,5 puntos porcentuales por encima de lo percibido un año atrás. Sin embargo está por debajo de cargas tributarias como las que reporta Nicaragua u Honduras del 15,4% y 16,3% de la producción, respectivamente.
“Costa Rica no hizo una reforma fiscal, podemos pensar que esa mejora se debe a una administración tributaria más eficiente”, explicó Abelardo Medina, economista del Icefi.
Fueron los impuestos a las ventas y al consumo los que aportaron más a los números nacionales; pero carecen de dinamismo.
Si bien en conjunto contribuyeron con un 40,4% del total recaudado, solo crecieron un 6,7% en el último año.
En este punto, la Contraloría General de la República ya había advertido sobre el dinamismo del impuesto a la ventas y sobre cómo Costa Rica debía optar por otra fuente de ingresos tributarios.
Según el informe del ente contralor , el rendimiento o efectividad del Impuesto General sobre las Ventas mostró un descenso significativo. Mientras en el 2008 el impuesto representaba un 39% del total de la recaudación tributaria o un 6% del PIB, en el año 2014 dicho tributo alcanzó solo un 36% del recaudo (un 4,7% del PIB).
Entonces, ¿hacia dónde debe moverse el país?
Cambios vitales
Gravar los servicios se perfila como uno de los movimientos iniciales.
“Todos los países de Centroamérica, a excepción de Costa Rica, tienen Impuesto de Valor Agregado (IVA). Una reforma se vuelve indiscutible”, agregó Medina.
En la misma línea de cambios a la legislación, dar el paso hacia una renta mundial, es parte de las opciones que se barajan para robustecer a la administración a través de nuevos instrumentos.
Aunado a ello, el aspecto tecnológico se muestra como una salida esencial para que la recaudación tributaria pueda dar saltos importantes.
La introducción de una factura electrónica y la eventual utilización de declaraciones pro forma (donde la Administración se anticipe y le proponga al contribuyente su propia declaración de renta), se enlistan como remedios en el corto plazo, que además, permitirían mejores cruces de información y un mayor control fiscal.
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“El año pasado dimos un salto con la puesta en marcha del sistema de Administración Tributaria Virtual (ATV). Además, se modernizó una plataforma como el Tic@”, citó el viceministro Rodríguez.
De igual forma, crear un mecanismo efectivo para incorporar al sector informal es otra salida en la dirección correcta.
Claro está, que las medidas tengan efecto dependerá de cuánto la administración logre convencer a más ciudadanos.
“La gente tiene que llegar a percibir que se estén utilizando bien los impuestos. Ahí es cuando la moral tributaria se vuelve positiva”, concluyó Medina.