La desigualdad de ingresos en Costa Rica mostró una caída en 2022, tras un pico récord en 2021, pero la razón no es precisamente debido a políticas de redistribución de los ingresos.
La noticia es mala pues la razón principal de este descenso es un empobrecimiento de la población que acercó la distancia entre los distintos grupos sociales.
El país sigue manteniendo niveles altos de desigualdad de ingresos, con base en el coeficiente Gini, pero el indicador en 2022 bajó a niveles cercanos a los del 2007, según el reciente informe del Programa Estado de la Nación (PEN) que utilizó datos de la última Encuesta Nacional de Hogares (Enaho).
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“Aunque en el 2022 el indicador bajó, lo que pareciera es que se da en un contexto de contracción generalizada de los ingresos de la mayoría de los hogares”, explicó Natalia Morales, investigadora del capítulo económico del informe.
El coeficiente del 2022 se ubicó en 0,504 en una escala donde 0 es igualdad completa y 1 es desigualdad absoluta.
En el 2021 la desigualdad de ingresos medida por el coeficiente de Gini se estimó en 0,524, la cifra más alta desde que empezó a calcularse en 1987. El dato de 2022 es muy próximo al 0,502 del 2007.
Aunque desde 1987 se han dado vaivenes en el coeficiente, la tendencia general de las últimas décadas es creciente, es decir, hacia más desigualdad.
En 2001 se dio el incremento más notorio, al que le siguieron varios años de reducción, pero en 2006 el indicador volvió a subir.
La inflación golpea de forma generalizada a los hogares, aunque su impacto se atenúa en los sectores con mayores ingresos. Mientras tanto, en las familias de menores ingresos, las transferencias monetarias del Estado ayudaron a sostenerlas.
Diferencias regionales
El coeficiente de Gini tuvo diferentes comportamientos en las distintas zonas del país. En la región Central bajó significativamente, una disminución que significó que pasó de ser la región más desigual del país en 2021, a la de menor desigualdad este año.
Para 2021, la región Central tenía un coeficiente de 0,516, mientras la Huetar Caribe presentaba el mejor dato, con 0,482.
Otra forma de medir la desigualdad es a través de los deciles, los diez grupos que se obtienen al clasificar a los hogares según su ingreso per cápita.
En julio del 2021, el primer decil (10% de menor ingreso) recibió apenas un 1,4% y el décimo concentró un 33,7% del total, para una relación de 24,3 veces.
“Estas cifras muestran aumentos con respecto a las observadas en los últimos dos años, especialmente en la proporción que acumula el décimo decil, aunque no modifica significativamente la situación reportada en años previos”, dice el PEN.
Para 2021, el ingreso mensual promedio de los hogares del país fue de ¢991.568.
No obstante, en el estudio el PEN indica que hay limitantes en la recolección de información de los hogares más pobres pero también en los más ricos. Además, hay ausencia en las estadísticas del 1% de la población con los ingresos más altos en el país.