Históricamente, Costa Rica ha sido uno de los países de centroamérica con ingreso de Inversión Extranjera Directa (IED). De 1990 al 2016, el país fue el segundo en la atracción de este tipo de inversión medida como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), con un 4,3%, solo por detrás de Panamá que cerró en 6,2%
Sin embargo, en los últimos años la inversión en Costa Rica no ha crecido al ritmo que mostró en épocas pasadas.
¿Qué pasa si se compara el país con el resto de la región?
Costa Rica sigue estando por encima de Guatemala y El Salvador en la atracción de IED medida como porcentaje de la producción.
Si la comparación es con los países fronterizos, la historia cambia. Costa Rica no puede comparar su ritmo de inversión con el que se observa en los vecinos del sur, pero tampoco con el que viven los vecinos del norte.
En Panamá, la inversión extranjera directa pasó de representar un 6,9% del PIB en el período 2001 - 2010 a un 8,2% en el 2011 - 2016.
Nicaragua creció aún más. En los mismos períodos, el influjo de IED creció de representar un 5% de la producción a un 7,1% según la comparación hecha por el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), a partir de datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (Cepal).
Incluso los datos del Icefi colocan a Honduras con un crecimiento más acelerado que el tico. Pero el caso hondureño es particular. En el país del triángulo norte reina la inseguridad que se refleja en el la medición del costo comercial del crimen y la violencia, factor en el que btuvo la posición 135 de 137 en el Índice de Competitividad Global del 2017 - 2018.
Como región, Centroamérica tiene problemas de corte competitivo serios que ahuyenta a las empresas que buscan territorios para expandir sus operaciones. Estos problemas no son homogéneos.
La corrupción, el nivel de crimen y delincuencia, la oferta en infraestructura son los principales factores que afectan a Guatemala, Honduras y El Salvador. La burocracia gubernamental aparece en un segundo plano.
Costa Rica y Panamá tienen los mejores niveles de atracción de inversión extranjera, pero Panamá falla en el fortalecimiento institucional, el suministro a la educación primaria y a la salud, así como en educación superior y capacitación.
Costa Rica sí resuelve los “peros” panameños pero falla grandemente en otras materias. El principal factor que hace difícil hacer negocios en Costa Rica, durante el período 2017 - 2018 es la ineficiencia gubernamental y la burocracia. El segundo obstáculo es la falta de infraestructura.
Estos factores han disminuído el crecimiento costarricense en cuando al porcentaje de inversión extranjera directa reflejado en el PIB. Tanto así que este rubro pasó de representar un 5,2% en el período 2001 - 2010 a un 4,8% en el 2011 - 2016.
¿A qué se debe el estancamiento tico?
Según el Índice de Competitividad Global del 2017 - 2018, Costa Rica se ubica en la posición 47 de 137 países. El más alto de todos los países centroamericanos incluso por encima de Panamá. Sin embargo hay un factor específico en el que está por debajo de casi todos los países: el ambiente macroeconómico.
Alcanzando la posición 79 del índice y solo superando a El Salvador que en esta categoría se ubica en la posición 85, Guatemala (54), Honduras (52), Nicaragua (51) y Panamá (11) dejan muy rezagada a Costa Rica.
¿Qué se refleja dentro de este factor?
Según el mismo índice, los elementos que afectan el ambiente macroeconómico son el balance presupuestario del gobierno, el ahorro nacional bruto, la inflación, la deuda del gobierno y la calificación crediticia del país.
El balance presupuestario del gobierno es el indicador más bajo de Costa Rica. Se ubica en la posición 103 de 137.
El ahorro nacional bruto por su parte, alcanza la posición 96. Al ser consultado sobre el tema, Abelardo Medina investigador del Icefi, hace una advertencia: no puede haber más inversión pública o privada porque no hay el suficiente nivel de ahorro.
La falta de inversión pública en Costa Rica responde al serio problema presupuestario que atraviesa el país.
Durante el 2017, Costa Rica fue que más contrajo los gastos de capital en Centroamérica. Solo invirtió el 1,9% del PIB. Guatemala y El Salvador, que son los dos países con menor crecimiento económico de la región, invirtieron un 2,2% y 2,4% respectivamente. Según Medina, esto desmotiva la producción.
La inversión privada nacional tampoco se puede incrementar por falta de ahorro, mientras que la inversión extranjera choca de frente con los factores que hacen al país menos atractivo, donde destaca la ineficiencia del Estado.
Otro factor que pesa, según el Icefi es el deterioro de la infraestructura costarricense, como consecuencia de la disminución del ritmo de la inversión pública. Esto a la vez responde al hecho de que el país ha tenido un enfoque casi completo en intentar solucionar el problema fiscal, dejando de lado otros problemas.
“Costa Rica siempre le ganó al resto de la región en prácticamente toda la infraestructura en general. Infraestructura física, infraestructura en educación, infraestructura en salud pero se les olvidó que esa infraestructura tiene un costo. El tratar de mantener ese nivel de carreteras, ese nivel de empleo público, ese nivel de salud pública, ese nivel de educación pública tiene un costo. Y no han subido para nada los impuestos desde hace un buen tiempo” detalló Medina.
A excepción de Guatemala y sin contar a Panamá que cuenta con los ingresos del canal, todos los demás países de la región han aumentado su carga tributaria en los últimos años.
Nicaragua aprovecha
Mientras Costa Rica pasa de ser el favorito en atracción de inversión extranjera directa en Centroamérica, a quedarse rezagado en la materia, otros países del istmo sí se mueven en busca de la inversión.
Durante el período 2011 - 2016 Costa Rica ocupó el cuarto lugar en cuanto a lo que esta inversión representa en el PIB, por debajo de Panamá, Honduras y Nicaragua. Pero es este último país el que sobresale.
Según el informe del Icefi, gran parte de la inversión que ha captado Nicaragua en los últimos años, es inversión que estaba originalmente colocada en el Triángulo Norte de Centroamérica, es decir, en Guatemala, Honduras y El Salvador.
La razón del abandono de las empresas a estos países, responde principalmente al problema de inseguridad tan grande en el que viven. Además, Nicaragua les ha ofrecido a estas empresas, ventajas tributarias similares a las que se ofrecen en el resto de la región, pero con un plus: la seguridad.
El vecino del norte cerró el 2017 como el país más seguro de Centroamérica, según las estadísticas regionales de homicidios.
Pero hay otro motivo que impulsa el incremento exponencial de la inversión extranjera directa en Nicaragua y es el trato preferencial del gobierno para con las empresas.
El gobierno de Daniel Ortega ha sobresalido en comunicación con las empresas. Así lo detalla Medina, quien señala que es una de las principales razones de que las compañías migren a Nicaragua. Además, asegura que según lo conversado con gremios empresariales, es normal que reciban visitas de funcionarios y empresarios nicaragüenses que los invitan a irse migrar.
Actualmente ni la infraestructura física ni la humana en Nicaragua son suficientes para quitar inversión en Costa Rica. Al menos no de manera inmediata.
Según Medina, si se mide el avance que el país ha tenido, a mediano o largo plazo la historia podría ser otra. Si Nicaragua continúa avanzando en el fortalecimiento de infraestructura, podría ser que en el futuro sí logre restar inversión de capital extranjero a Costa Rica.
Otro cuento es el de Panamá, donde el pedazo más grande de la inversión se coloca en el gremio financiero en el que los demás países de la región, no han tenido gran injerencia. Sumado a esto, están las grandes inversiones que el país ha hecho en infraestructura con carreteras y el metro.
Mientras Panamá se aleja del resto de la región, el rezago de Costa Rica podría significar, por el contrario, que los números ticos se acerquen a los del resto de países de Centroamérica.