La noticia cayó como un balde de agua fría sobre las proyecciones del negocio de Jorge López, propietario de los tres restaurantes Agüizotes, uno de ellos ubicado en Parque Viva.
La suspensión de eventos masivos que emitió el Gobierno, el pasado lunes 9 de marzo, como medida para prevenir el contagio del nuevo coronavirus en Costa Rica, llega en un momento en el que la desacelerada economía nacional apenas empezaba a dar pequeños tintes de recuperación.
“Ya nos informaron sobre la cancelación de todos los eventos de marzo en Parque Viva y eso golpea todas nuestras proyecciones de ingresos del mes. En los restaurantes que tenemos en Barrio Escalante ya percibimos una caída del 25% en las ventas desde el lunes”, indicó López.
El freno a los eventos masivos como conciertos, espectáculos públicos, fiestas patronales, ferias, turnos, conferencias, entre otros; conlleva una cadena de afectación para las empresas −de todos los tamaños− que venden sus productos y servicios en esas actividades.
Mientras tanto los organizadores de conciertos, encuentros turísticos, competencias deportivas como carreras de atletismo, comerciantes y emprendedores tratan de salvar sus ganancias con posibles reprogramaciones en el futuro bajo una nebulosa de incertidumbre que no les permite planear con claridad porque, ¿quién sabe a ciencia cierta por cuánto tiempo se prolongarán las medidas?
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La suspensión inicial de eventos se impuso por 15 días, pero es una orden sujeta a revisión que se podría extender por más tiempo. Así lo recordó Victoria Hernández, ministra de economía.
Planear sin certezas
Pensar en planes a futuro es complicado. Juan Carlos Peña, vocero de Primo Entertainment, empresa productora de los conciertos de Guns N’ Roses (18 de marzo) y Gracias Totales Soda Stereo (2 de abril), explicó que de momento lo toman como una suspensión de los espectáculos con el objetivo de buscar una nueva fecha a futuro.
“Primo Entertainment informa que el show de Guns N’ Roses será reprogramado a partir del decreto emitido por el presidente Carlos Alvarado junto con el Ministerio de Salud en relación con el coronavirus COVID-19. La seguridad y el bienestar de los asistentes son definitivamente nuestra prioridad”, indicó la empresa en un comunicado.
Las complejidades para los productores de este tipo de eventos pasan por situaciones como buscar nuevas fechas en las complicadas agendas de los artistas internacionales, hasta suspender contratos con empresas de sonido, seguridad, alimentación y mercadeo entre otros.
La productora NVIVO, que organiza el concierto Costa Rica Music Festival con el artista Yanni, pactado inicialmente para el 21 de marzo, también se vio en la obligación de suspender la actividad y buscar nuevas fechas para reprogramar.
Otras actividades que tuvieron que suspenderse en el país son las carreras de atletismo. Rodolfo Villalobos, vocero de la empresa Grupo Publicitario, explicó que ya cancelaron ocho que estaban agendadas para marzo en Costa Rica y una en Panamá.
“Esta medida sí genera un impacto económico para todo el medio. En el caso nuestro, por ejemplo, las medallas vienen de China y hay que pagarlas sin importar si las carreras se realizan o no, es un gasto que tenemos que enfrentar sin tener el apoyo de los patrocinadores y sin contar con todas las inscripciones”, agregó Villalobos.
En el sector de eventos turísticos también se reportó impacto negativo. Se suspendieron cerca de 17 actividades planeadas para desarrollarse en Costa Rica durante marzo en el Centro Nacional de Convenciones, salones de hoteles, entre otros foros.
María Amalia Revelo, ministra de turismo, confirmó la cantidad de actividades canceladas y dijo que una encuesta preliminar realizada a 30 empresas de la industria turística nacional mostró una proyección de caída en el volumen de negocio que rondará entre 2% y 4%.
Golpe en tiempos adversos
Ahora bien, ¿cuál impacto resulta mayor para la economía del país, la suspensión de eventos masivos o las consecuencias de no hacerlo?
Las restricciones impuestas por el Gobierno para cortar las cadenas de contagio del coronavirus afectan a varios sectores y a algunos subsectores, como, por ejemplo, el de los eventos.
“Aunque el golpe para este subsector es significativo, se trata de una industria que no tiene un peso tan grande, es mayor la afectación del coronavirus para la economía y el turismo como un todo, que los impactos de las medidas adoptadas por el Ejecutivo”, apuntó el economista Eli Feinzaig.
Los temores que se desataron a nivel mundial afectan directamente a la industria turística, a las líneas aéreas y al comercio en general. La suma de estos factores podría llegar a disminuir significativamente la visitación al país, sobre todo en temporada alta.
La pandemia del nuevo coronavirus −que provoca COVID-19− cae como un dardo certero sobre una desacelerada economía nacional que a finales del año pasado empezó a mostrar pequeñas señales de leve recuperación.
La producción del país, medida por el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE), mostró una tasa interanual del 2,8% a diciembre del 2019. El crecimiento medio anual para fue de 1,9%, inferior al 2,6% registrado un año atrás.
Todos los sectores de la economía crecieron hacia finales del 2019, excepto la construcción y los servicios públicos (agua y electricidad).
Sin embargo, las perspectivas internacionales son negativas. El brote de COVID-19 aumentó la incertidumbre sobre la recuperación del crecimiento mundial, redujo los precios de las materias primas −especialmente del petróleo− y acrecentó la volatilidad en los mercados financieros.
La alerta se desprende el Comentario sobre la Economía Nacional publicado por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), el pasado 2 de marzo.
A nivel doméstico, el repunte del crecimiento en la producción nacional estuvo acompañado de mejores resultados en las encuestas que miden la confianza de los agentes económicos (empresarios y consumidores).
Pero no se puede negar que el panorama cambió con la llegada del COVID-19 al país.
Los comerciantes empiezan a resentir caídas en sus ventas, menor afluencia de personas a los locales y solo aquellos que se dedican a la venta de suministros básicos o de limpieza reportan un crecimiento. Así lo detalló Yolanda Fernández, presidenta de la Cámara de Comercio de Costa Rica.
Del lado de los emprendedores ven el vaso desde las dos perspectivas: por un lado hay afectación para todos los negocios encadenados a los eventos masivos, pero, por otra parte, consideran que se abren oportunidades para las empresas de limpieza, los vendedores de suministros, supermercados y tiendas de abarrotes.
“En todas las crisis hay ganadores y perdedores. Por supuesto que esperamos un golpe a la economía y que eso se traslade a algunos negocios de sectores específicos como el turismo. También creemos que se abren oportunidades para que los emprendedores puedan impulsar sus negocios y ayudar a las personas”, comentó Carlos Peña, presidente de la Cámara Nacional de Pymes (Canapymes).
Aunque es muy pronto para cuantificar los efectos negativos en las diferentes industrias de la economía, los actores del mercado nacional coinciden en que la incertidumbre provocada por el coronavirus tendrá impactos adversos en el el crecimiento de algunos negocios.