Las perspectivas para el litio en los próximos años lucen favorables de la mano de la electromovilidad.
El éxito de Tesla -cuya capitalización bursátil hace algunos días bordeó los $800 mil millones, ubicándola como el fabricante de automóviles más valioso del mundo y más que duplicando el valor conjunto de sus competidores más cercanos, Volkswagen y Toyota- y la necesidad de avanzar hacia tecnologías más verdes están atrayendo a los gigantes de la industria automovilística que buscan una tajada de este prometedor mercado.
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Parte de esta carrera involucra tomar posiciones en la fabricación de baterías, pieza clave de los vehículos eléctricos, y por supuesto en el litio, que es su componente clave. Esto explica los recientes acuerdos suscritos entre firmas automotrices y tecnológicas.
Para marzo se espera que las conversaciones que Hyundai Motors y Apple reconocieron hace un par de semanas se cristalicen en un acuerdo, en virtud del cual la coreana concretaría a partir de 2024 la fabricación del esperado Apple Car.
Aumenta demanda
A esto se suma el acuerdo entre el fabricante de automóviles chinos Zhejiang Geely y la taiwanesa de tecnologías y proveedora de Apple, Foxconn. Pero el interés de las automotrices va más allá e incluye acceder directamente al suministro de litio. Una prueba de ello la dio hace unos meses la propia Tesla, que anunció planes para extraer el metal en Estados Unidos.
A juicio del sénior consultant de CRU Strategies, Francisco Acuña, estas señales son el anticipo de un cambio en el mercado del litio. “Estamos viendo que cada vez hay una mayor integración vertical de la cadena de valor del litio porque las automotrices están intentando abarcar lo más que puedan para asegurar suministro y bajar los costos”, explicó.
Estos acuerdos “responden a un cambio en el mercado, donde los clientes de litio no necesariamente son sus usuarios directos, sino que actores que están bastante más adelante en la cadena de producción”, complementa Pablo Altimiras, vicepresidente sénior de Negocios Litio y Yodo de SQM, compañía que acaba de firmar un acuerdo con LG Energy Solutions para suministrarle del orden de 55 mil toneladas de carbonato e hidróxido de litio entre 2021 y 2029.
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Sobre esta base y según anticipan en CRU, se espera que este año el consumo mundial de litio se incremente en unas 50 mil toneladas, respecto de las cerca de 330 mil toneladas registradas en 2019, según datos de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco). En un horizonte de mediano plazo, la directora de estudios de Vantaz, Daniela Desormeaux, proyecta que el consumo del metal se triplicará hacia el fin de la década.
“Hoy la electromovilidad representa un tercio de la demanda por químicos de litio y hacia 2030 representaría cerca de un 75% a 80%”, afirmó. Otros productores locales de litio, como el Grupo Errázuriz, no descartan alternativas en este contexto. El gerente de Nuevos Negocios de la firma, José Joaquín Matte, comenta que han entablado algunas conversaciones en este sentido a través de Cidef, la filial del grupo dedicada a la venta de vehículos.