Más allá del votante, hay una serie de controles que se establecen en el proceso electoral y el día propio de las elecciones para garantizar transparencia y confianza. Entre esos esos están los agentes electorales, quienes desempeñan diversas funciones en las diferentes fases del proceso.
Los miembros de las juntas cantonales, los miembros de las juntas receptoras de votos, los auxiliares electorales y los delegados son algunos ejemplos, ¿pero cuál es el rol que cumplen estas personas en los procesos electorales de Costa Rica?
Para profundizar en este tema, EF conversó con Héctor Fernández, director general del Registro Electoral y de Financiamiento de Partidos Políticos del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).
Además, Fernández expuso las razones que inciden para que esta institución no tenga personal de planilla como miembros de mesa y explicó cuáles son los controles que han permitido generar confianza en el proceso electoral.
¿Qué son agentes electorales?
Son todas aquellas personas que tienen un rol específico en las diferentes fases del proceso electoral, pero sobre todo el día de las elecciones.
¿Cuáles son los agentes electorales en Costa Rica?
Fernández mencionó que algunos de ellos son los miembros de las juntas cantonales, los integrantes de las juntas receptoras de votos, los auxiliares electorales, los fiscales de mesa, los encargados de transmisión de resultados, los delegados y los asesores electorales.
“Son más de 100.000 personas que participan el día de la elección y que hacen posible que las juntas estén abiertas todo el día y velamos porque todas las personas que quieran votar puedan hacerlo sin ningún tipo de problema. Hay otras personas de otras instituciones que nos ayudan desde Fuerza Pública, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), etc., en una comisión interinstitucional que velamos desde que ninguna calle esté cerrada (...) hasta que si cortaron el agua o la luz en un centro de votación se pueda restablecer a la mayor brevedad”.
— Hector Fernández, director general del Registro Electoral y de Financiamiento de Partidos Políticos del TSE
¿Quiénes son estos agentes?
Los miembros de las juntas cantonales son electores propuestos por los partidos políticos con candidaturas inscritas. Estas personas tienen que ser acreditadas y juramentadas por el órgano electoral.
“Las juntas cantonales (una por cantón) cumplen el requisito de ser por lo menos tres propietarios y tres suplentes, y el 100% son representantes de partidos políticos”, comentó el jerarca.
Los integrantes de las juntas receptoras de votos también son personas propuestas por las agrupaciones políticas que poseen candidaturas inscritas. Sin embargo, cuando la junta no tiene al menos tres miembros, los auxiliares electorales fungen como integrantes de estas.
De acuerdo con Fernández, los auxiliares electorales son personas que el Tribunal busca y los capacita para que puedan aclarar las dudas que tengan los miembros de las juntas receptoras de votos.
Asimismo, los fiscales de mesa o fiscales generales son personas nombradas por los partidos políticos que tienen candidaturas inscritas. Además, deben ser acreditadas por el TSE para que representen a las agrupaciones ante las juntas receptoras de votos, las juntas cantonales y el Tribunal.
Por su parte, los encargados de transmisión de resultados son personas que el TSE busca, “muchos son personas que trabajan en centros educativos y han ayudado en varios procesos”, según el funcionario.
Los delegados realizan una labor más permanente en el organismo electoral pero no son funcionarios de planilla de esta institución, al contrario, prestan un servicio ad honorem.
Mientras que los asesores electorales sí son funcionarios de planilla del TSE y hay, por lo menos, uno en cada cantón, dependiendo del tamaño del cantón pueden haber dos o más.
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¿Cuáles son las funciones de cada uno?
- Miembros de juntas cantonales: Ratifican los centros de votación. Coordinan la entrega del material electoral y la integración de las juntas receptoras de votos de su cantón.
- Miembros de juntas receptoras de votos: Reciben los votos de los costarricenses, completan la documentación electoral y hacen el escrutinio provisional en cada una de estas juntas una vez que se cierran las urnas.
- Auxiliares electorales: Velan porque la junta receptora de votos ejecute, de manera correcta, las funciones que le corresponden. Asesoran a los miembros partidarios de las juntas en caso de dudas como, por ejemplo, cuáles son los votos que se pueden considerar nulos. De ser necesario, deben asumir las funciones de quienes integran la junta receptora de votos, es decir, pasan a ser miembros de mesa.
- Fiscales de mesa o fiscales generales: Vigilan que el proceso electoral se lleve a cabo con transparencia.
- Encargados de transmisión de resultados: Colaboran, sobre todo, al cierre de la votación y su obligación es transmitir a la sede central el resultado de la mesa de votación. “Hay personas que transmiten el resultado de más de una mesa, depende del centro de votación en que esté incorporado”, dijo Fernández.
- Delegados: Regulan todo lo relativo a las actividades proselitistas (manifestaciones o actos realizados por las agrupaciones políticas) en sitios públicos y el día de la elección tienen una función “importante” en los centros de votación, debido a que tienen que velar por el cumplimiento de la legislación, por ejemplo, que los que estén trabajando en las mesas tengan la acreditación ya sea de fiscal o de miembro de mesa, etc.
- Asesores electorales: Organizan la elección en el cantón, asesoran a las juntas cantonales, coordinan qué día llega el paquete con el material electoral a las juntas cantonales, quién va a recibirlo, tienen que revisar y verificar que todo vaya completo, saber quién va a tener ese material en custodia. Además ayudan el día de la elección a coordinar que todas las juntas de su cantón estén abiertas a las 6 a. m.
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¿Por qué el TSE no tiene personal de planilla como miembros de mesa?
Responde a una razón de volumen, contestó el funcionario del TSE.
Fernández explicó que regularmente en el Tribunal trabajan alrededor de 1.200 y 1.300 personas para el proceso electoral, y contratan a más personas de servicios especiales que están por plazo fijo, “pero a lo sumo unas 300″.
Para esta ocasión se deben instalar “casi 7.000 juntas receptoras de votos”, por lo que no tendrían la posibilidad de ni siquiera tener un funcionario en cada mesa.
“Sume, si son tres propietarios y tres suplentes por mesa, en 7.000 mesas son más de 42.000 personas. Imagínese lo que es pagarle un salario a 42.000 personas para que estén un mes o dos meses”, expresó el director general del Registro Electoral y de Financiamiento de Partidos Políticos del TSE.
¿Cuáles controles son los que han permitido generar confianza en el proceso electoral?
“Eso se lo debemos a la constituyente de 1949″, dijo Fernández, agregando que antes de ese año se vivía una crisis de credibilidad en los procesos electorales de Costa Rica, pues las personas no confiaban.
Por mandato de la Constitución Política de 1949 se creó el órgano electoral.
Asimismo, ha sido fundamental que el Registro Civil esté bajo la jerarquía del TSE, pues esto permite que con el documento de identidad que se otorga todos los días a las personas que van a solicitarlo, se vaya conformando, diariamente, un padrón electoral.
“Hasta cuatro meses antes de la elección tenemos el número exacto de personas que tienen el derecho a votar y el Tribunal a través del Registro Civil y con base en una distritación que se hace en todo el país, que es otra facultad, dividir los distritos administrativos en distritos electorales para facilitarle el voto a las personas”, dijo.
Esto da garantía de que las personas empadronadas son las que van a emitir el sufragio en el centro de votación correspondiente, y no en cualquier parte del país.
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También le brinda seguridad al proceso electoral, el hecho de que la cantidad de papeletas que envía el TSE coincide con el número exacto de las personas que están inscritas para votar en determinada junta. De tal forma, que si 500 personas estaban inscritas en la junta receptora de votos y solo fueron a votar 200, tienen que sobrar 300 papeletas, si no es así, esa mesa puede ser anulada; ejemplificó Fernández.
Otro mecanismo de control que ha ayudado es que para dar por válida una papeleta, esta tiene que llevar -en la parte de atrás- la firma de los miembros de mesa, mismas que el TSE tiene registradas y le permiten saber que esas personas sí estaban ahí a esa hora y eran quienes tenían que firmar.
Además, para evitar cualquier tipo de suplantación de identidad, se tienen que adjuntar las firmas de las personas que se presentaron a votar y el padrón registro contiene la fotografía del votante, para que cualquier fiscal o los otros miembros de mesa verifiquen que efectivamente se trata del elector que se apersonó.
De acuerdo con el funcionario del Tribunal, el padrón registro es un documento de gran importancia, debido a que es como la bitácora de toda la elección y asienta quiénes estaban actuando ese día como miembros de mesa o como fiscales.
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Por su parte, el doble escrutinio que se realiza en Costa Rica resulta “importante”, pues primero se tiene, de manera provisional, la contabilidad de votos o los resultados que dan las juntas receptoras de votos, y después todo el material electoral debe devolverse al TSE para que los magistrados, con la presencia del fiscal de partidos políticos, vuelvan a revisar la documentación.
“El resultado de las elecciones finalmente se da en varios documentos: hay una certificación de votos que se le entrega a cada fiscal acreditado por los partidos políticos, uno que se llama mensaje para la transmisión de datos, hay una certificación del resultado de la votación (...) y finalmente el original, que queda en el padrón registro que es el acta de cierre. Si hay alguna inconsistencia es cuestión de revisar otros documentos (...) ahí están todas las papeletas votadas. Es cuestión de volverlas a contar para saber exactamente cuál fue el resultado”, manifestó Fernández.
“Yo creo que a raíz de que desde el año 53 que se organizan elecciones todos estos controles le han permitido a la gente confiar y hoy por hoy tenemos una alta credibilidad y confianza de que el resultado es efectivamente el producto de las papeletas votadas por los ciudadanos”.
— Hector Fernández, director general del Registro Electoral y de Financiamiento de Partidos Políticos del TSE