China y Estados Unidos mantienen un pulso comercial que podría tener repercusiones en distintas partes del mundo. En marzo el presidente Donald Trump dio rienda suelta a las medidas proteccionistas y estableció un 25% de arancel para las importaciones de acero y 10% para las de aluminio.
El mandatario eximió del pago a Canadá, México -sus socios comerciales del Nafta-, la Unión Europea y otros países, pero dejó de lado una de las economías más grandes del planeta: China. Esto generó una respuesta inmediata del gigante asiático que amenazó con subir los aranceles a las exportaciones estadounidenses.
El impacto fue inmediato para Costa Rica y desde el 23 de marzo comenzó a regir el pago de aranceles para las exportaciones de los metales, según anunció el Ministerio de Comercio Exterior.
Ante la medida, el gobierno costarricense reaccionó y ahora está a la espera de que la administración Trump determine si le puede dar o no, un tratamiento especial a las ventas de los metales.
Las tensiones arancelarias entre ambas naciones -con las que Costa Rica mantiene relaciones comerciales - podría ser el presagio de una guerra comercial, y sus repercusiones impactarían la economía costarricense en otros ámbitos.
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Por un lado Estados Unidos es el principal socio comercial y las exportaciones totales hacia ese mercado sumaron $4.305 millones durante el 2017. Mientras que las ventas hacia el gigante asiático se dinamizan cada vez más, durante el 2017 experimentaron un crecimiento de 141% y representaron $111 millones.
Aunque aún es prematuro saber con certeza cuáles serían las consecuencias si se agravan las relaciones comerciales entre las potencias, las empresas estadounidenses podrían pensar dos veces si llevan sus operaciones al extranjero, por lo que Costa Rica podría experimentar un impacto en la Inversión Extranjera Directa (IED).
En el lado positivo de la balanza, la estrategia comercial de Estados Unidos podría abrir una puerta para que otras economías coloquen sus bienes en China.
¿Qué está pasando?
La disputa comercial entre las economías más grandes del planeta se dio tras la decisión del presidente Trump de imponer aranceles a las exportaciones de acero (25%) y aluminio (10%) en marzo.
La administración Trump adoptó la medida tras el informe que presentó Wilbur Ross, secretario de Comercio. El gobierno estadounidense alegó que las importaciones de los metales son una aparente amenaza a su seguridad nacional por el impacto que producen a las industrias de acero y aluminio.
La medida excluyó del pago de aranceles a Canadá y a México, y dejó márgenes de discrecionalidad para excluir o brindar tratos preferenciales a otros países.
En el caso de la Unión Europea quedó exenta del pago hasta el 31 de mayo. Ahora la Casa Blanca apresura el paso y planea un encuentro entre Wilbur Ross, secretario de Comercio y Cecilia Malmström, comisionaria europea de comercio, para discutir el futuro los aranceles.
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“A medida que nos acerquemos al plazo del 1 de junio espero que lleguemos a una conclusión razonable. Si no fuera así, los aranceles entrarían en vigor”, afirmó Ross el pasado lunes 14 de mayo.
Los próximos días serán cruciales, Estados Unidos mantendrá negociaciones comerciales con Liu He, viceprimer ministro de China.
Ante el súbito impacto que sufrieron las exportaciones costarricenses, Alexander Mora, ministro de Comercio Exterior de la administración Solís Rivera, realizó gestiones para eliminar el pago de los aranceles. El gobierno costarricense argumentó que las ventas no constituyen una amenaza a la seguridad norteamericana, ya que la porción que se exporta es mínima.
“En cuanto al acero solo el 0,14% de lo que Estados Unidos importa viene de Costa Rica y estamos hablando no acero crudo, sino de producto transformado. En el caso del aluminio es todavía más bajo porque es el 0,03%”, comentó Mora a EF en el mes de abril.
¿Cuánto acero y aluminio exporta Costa Rica?
Los metales están lejos de pesar en la oferta exportadora de Costa Rica, sin embargo sí están presentes.
El país vende los metales en diferentes presentaciones, en el caso del hierro y el acero, comercializa 30 partidas entre las que destacan: productos laminados, barras de acero inoxidable, alambre o barras huecas de perforación.
En el 2017 se exportaron 331 millones de toneladas de hierro y acero a diferentes partes del mundo, las cuales ascendieron a $169 millones. En el caso del mercado estadounidense, solo la partida de productos de acero y laminado representaron $18 millones durante el año anterior.
El aluminio se comercializa a través 27 partidas como: accesorios de tubería, artículos de uso doméstico, esponjas o alambres. Durante el 2017 las exportaciones de aluminio a diversas partes del mundo representaron 61 millones de toneladas que representaron $63 millones.
El año anterior se vendieron 4.434 toneladas de desperdicios y desechos de aluminio hacia Estados Unidos los cuales dejaron una pequeña ganancia de $4,8 millones.
Partidas de acero exportado en 2017
Producto | Valor | Peso (Toneladas) |
---|---|---|
Productos laminados de hierro o acero | 58.499,5 | 59.838,4 |
Barras de hierro o acero | 57.385,5 | 101.637,3 |
Chatarra de hierro o acero | 19.780,9 | 106.501,3 |
Hierro y acero sin alear, en otras formas primarias | 10.661,3 | 48.601,4 |
Perfiles de hierro o acero | 9.409,0 | 11.087,5 |
Alambre de acero inoxidable | 9.404,1 | 19,7 |
Alambre de hierro o acero sin alear | 2.834,4 | 2.687,7 |
Fuente: Promotora de Comercio Exterior (Procomer). Datos en miles de dólares.
Partidas de aluminio exportado en 2017
Producto | Valor | Peso (Toneladas) |
---|---|---|
Desperdicio y desechos de aluminio | 20.138,7 | 50.870,3 |
Hojas y tiras de aluminio | 17.637,2 | 4.521,2 |
Barras y perfiles de aluminio | 10.636,9 | 2.496,8 |
Recipientes de aluminio | 4.976,0 | 1.328,2 |
Chapas, hojas y tiras de aluminio | 3.941,2 | 1.416,9 |
Demás manufacturas de aluminio | 1.810,9 | 142,6 |
Demás cables desnudos | 1.538,5 | 506,4 |
Fuente: Procomer. Datos en miles de dólares.
¿Cómo podría afectar la disputa comercial a Costa Rica?
Si se desata una guerra comercial Costa Rica podría vivir una ambivalencia, ya que Estados Unidos es su principal socio comercial y China se ha convertido en un importante aliado con el paso del tiempo.
Las exportaciones hacia Estados Unidos crecieron 7% durante el 2017, mientras que las ventas en China experimentaron un dinamismo del 141% el año anterior.
Con el pulso que mantienen las potencias, los productos que podrían experimentar nuevos impuestos son la soja, los componentes aeronáuticos o las partes de automóvil y un eventual incremento podría generar efectos secundarios en la economía costarricense.
Si hay un aumento de precios y los insumos a nivel internacional se vuelven más caros, las empresas estadounidenses podrían frenar sus inversiones, o bien, replantearse si vale la pena invertir fuera de Estados Unidos. Esto podría desacelerar los influjos de IED hacia Costa Rica, según comentó Gerald Solano, especialista en comercio internacional de la Universidad Nacional (UNA).
Actualmente la inversión que proviene de Estados Unidos representa el 55% del total de IED para la economía local.
“El tema de alguna forma es hacer que la economía china sea menos competitiva para que muchas de las empresas puedan seguir obteniendo materias primas en los Estados Unidos, o que vuelvan a los Estados Unidos en el caso de la inversión”, agregó Solano.
Por esta razón es que Costa Rica no es ajena al pulso comercial que se disputa en este momento China y Estados Unidos.
La nueva estrategia comercial también deja abiertos varios espacios para el análisis. Si China decide pagar con la misma moneda y grava a los productores estadounidenses de soja, otros mercados -como Brasil o Argentina- podrían beneficiarse.
Esto no es algo que se sucedería de la noche a la mañana por los complejos procesos y protocolos que se deben de implementar para exportar a la nación asiática.
Otra de las consideraciones que deben de plantearse en este conflicto es una posible intervención de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Si las potencias deciden acudir al ente internacional para resolver la disputa, el especialista en comercio internacional asegura que los mecanismos de la OMC podrían ponerse a prueba.
En el pasado pequeños conflictos se han solucionado a través de este ente. Costa Rica acudió a ante la OMC en la década de los noventa cuando Estados Unidos impuso cuotas a la exportación de ropa interior.
Tras la resolución, Costa Rica ganó el conflicto y se debieron de eliminar las cuotas. Este caso evidencia que el mecanismo de resolución de la OMC fue efectivo.
Sin embargo, la prueba de fuego se daría en caso de que las principales economías del mundo decidan llevar la discusión hasta su estrado.