El periodo fiscal 2022 aún se encuentra marcado por los efectos de la pandemia por la covid-19, lo cual implicó esfuerzos enfocados en la limitación y la reducción del impacto de las medidas de restricción. Además, la gestión se vio impactada por los efectos colaterales de la crisis sanitaria y de la guerra en Ucrania con la escasez y el encarecimiento de las materias primas, la crisis de los contenedores, la afectación de los diferentes segmentos de las cadenas de valor y una inflación mayor a la proyectada.
En este contexto la contabilidad para el 2022 debe reflejar estos efectos y contar con los respaldos y los soportes adecuados. Estos puntos no son menores, ya que dentro de los procesos de fiscalización que se realizan diariamente se solicitan y se revisan registros contables, acuerdos de junta directiva, actas de aprobación de informes, políticas y en general la documentación que respalda la toma de decisiones por parte de las empresas.
Por eso de cara al cierre fiscal se debe, en primera instancia, recopilar toda la información relevante y llevar un correcto registro de todas las operaciones: ingresos, gastos, cobros y pagos; además, se debe verificar que toda esta información sea consistente con lo que el contribuyente ha brindado a la Administración Tributaria durante todo el año. Ejemplo de ello es la factura electrónica, un documento que evitará que la Administración Tributaria le realice consultas al contribuyente por inconsistencias entre las diferentes declaraciones presentadas.
De igual forma, y aunque resulte un poco obvio, no deja de ser un tema importante llevar de forma correcta los asientos contables e introducir los datos de forma ordenada y con criterio para garantizar la consistencia de la información. Un error en un asiento contable puede generar no solo que la contabilidad no presente la imagen real de la situación económica, financiera y patrimonial de la empresa, sino que puede generar que el contribuyente se vea ante un proceso de fiscalización que podría haberse evitado.
Finalmente, se debe tener presente que los efectos de la reforma realizada con la Ley de fortalecimiento de las finanzas públicas (N° 9.635) todavía están presentes y temas como la revisión sobre la limitación de deducibilidad de los gastos no financieros o incluso los efectos del reciente fallo de la Sala Constitucional sobre la posibilidad que tiene Hacienda para considerar gravables los ingresos generados en el extranjero, son temas a los cuales se les deberá prestar especial atención de cara al próximo 31 de diciembre de 2022.