Rodrigo Chaves cumplirá sus primeros 100 días en la Presidencia de la República este 16 de agosto. Dicho período es muy corto para analizar a cualquier gobierno, pero suficiente para detectar algunos aciertos y pifias. El mandatario ha tenido un arranque intenso, con un discurso encendido y con un ánimo, al menos en su retórica, reformista. “Si la clase política falla una vez más, nuestro país se podría desmoronar”, dijo el 8 de mayo pasado, en su discurso inaugural.
El presidente abre su mandato con una altísima popularidad y con acciones ejecutivas para abaratar el alimento que más se consume en los hogares costarricenses; pero también con un tono duro con otras autoridades y Poderes de la República, con un primer decreto (siempre simbólico) fallido y con decisiones (o falta de ellas) que hablan de un relajamiento en la contención fiscal del Ejecutivo.
Analizamos algunas de las principales acciones que, para bien o para mal, marcan el inicio de este nuevo gobierno.
Aciertos
Alta popularidad
El presidente Rodrigo Chaves supo mantener y hasta ampliar su base de popularidad durante los primeros 100 días de su gobierno. Una encuesta del Observatorio del Desarrollo (OdD) de la Universidad de Costa Rica determinó que hasta un 70% de las personas encuestadas aprueba el arranque del mandatario; es decir, un porcentaje que abarca mucho más de aquel 10% del padrón electoral que le dio su respaldo en la primera ronda de elecciones de febrero pasado.
El estudio recogió 518 entrevistas telefónicas, entre el 11 y el 20 de julio, para un nivel de confianza del 95% y un margen de error de apenas 4,3 puntos porcentuales.
La popularidad de Chaves, a su vez, se compagina con altas expectativas sobre su mandato, pues hasta un 74% de las personas encuestadas también manifiesta creer que el gobernante logrará una “buena” administración. Según Carlos Murillo, director del OdD, la popularidad responde a una retórica presidencial que ha caído bien en una población cansada de la política tradicional, a la que el mandatario ha logrado mostrarse como un operador efectivo en la toma de decisiones y outsider, pese a su pasado como ministro de Hacienda de Carlos Alvarado.
Él recordó las palabras de Chaves al inicio de su mandato, cuando dijo la clase política no podía permitirse fallarle una vez más al electorado. En ese sentido, analizó, el presidente ha logrado mantener ese discurso vivo y convertirse en una nueva promesa de cambio.
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Reforma arrocera
Otro éxito de parte del mandatario ha sido posicionar su lucha para reducir los precios del arroz como un tema central de su gobierno.
El arroz es el alimento que más se consume en los hogares costarricenses (se estima que un 70% de la población lo consume a diario) y reformar su mercado, altamente proteccionista hasta ahora, es una recomendación constante de entidades como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que la sugiere para beneficiar a los sectores más pobres de la población, que gastan una mayor proporción de sus recursos en este insumo.
La OCDE criticó por años el modelo del mercado arrocero costarricense, tanto en cuestiones como aranceles como en el establecimiento de precios mínimos. “Estas políticas han llevado los precios muy por encima de los precios internacionales, creando rentas que benefician a un pequeño grupo de grandes productores. El mercado del arroz está altamente concentrado, con 19 grandes agricultores que representan más de la mitad del arroz producido en Costa Rica (y) los grandes productores también se benefician de los cuotas de importación libres de aranceles, asignadas proporcionalmente a su capacidad de procesamiento”, señalaba la entidad en su último informe de Estudios Económicos sobre el país, publicado en 2020.
Chaves ha declarado una guerra en ambos frentes mencionados por la OCDE. Es cierto que los precios del producto aún no bajan y que más bien han subido hasta un 14,5% en lo que va del año, producto de la crisis internacional, pero las intenciones están declaradas y, si se concretan los cambios que propone, el mercado podría reformarse con el paso del tiempo.
El tema también ha servido a Chaves como punta de lanza de su discurso antimonopolios del que tanto habló en campaña, el cual también incluye otros mercados como los insumos agrícolas o los medicamentos. Además, una buena parte de la población ya le reconoce “bajar el precio del arroz” como su mejor decisión (un 4,9% de las personas encuestadas para el estudio del odD), a pesar de que los efectos de las medidas anunciadas todavía están lejos de dar resultados palpables.
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Apertura comercial
Además de sus decisiones relacionadas con el mercado arrocero y su popularidad, Chaves ha dejado patente su deseo de impulsar una mayor apertura comercial. Entre otros anuncios, destacaron la intención de acceder a la Alianza del Pacífico y al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TTP, por sus siglas en inglés), así como el inicio de negociaciones para establecer un tratado de libre comercio (TLC) con el Ecuador.
El ingreso a la Alianza del Pacífico fue aplaudido por diversos sectores industriales, turísticos y de comercio internacional, entre otros, los cuales habían reprochado por años la inacción de los gobiernos del Partido Acción Ciudadana (PAC).
En un comunicado conjunto, 15 de esas agrupaciones sectoriales aseguraron que “profundizar la integración de Costa Rica con diferentes mercados, como, por ejemplo, la Alianza del Pacífico”, les parecía un “paso lógico y natural de la política comercial costarricense, especialmente en el marco de la crisis logística internacional, la disrupción en las cadenas de suministro y la tendencia del nearshoring”.
Los gobiernos del PAC habían cerrado la puerta a foros como la Alianza del Pacífico porque lo consideran riesgoso para el sector agrícola nacional. Desde su punto de vista, era necesario cierto nivel de proteccionismo para las labores menos mecanizadas.
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Sintonía con cámaras empresariales
La llegada de Chaves también ha supuesto una paz con las tradicionales cámaras del sector privado. Quizás no sean todas, pero una gran cantidad de ellas han encontrado canales abiertos con el presidente y, al menos por ahora, le reclaman poco o nada.
La presencia de empresarios durante la firma de decretos ha incrementado en Casa Presidencial desde la llegada de Chaves y ni siquiera las subidas de impuestos (como la del Impuesto al Valor Agregado a algunas actividades del sector turismo) han generado la misma oposición y declaración cruzadas que años atrás.
La presencia de las cámaras tradicionales en actividades del gobierno es notoria y habla de un ambiente de diálogo que se había disminuido o casi perdido en años recientes.
“Desde diciembre de 2020, no hemos tenido contacto con el presidente Carlos Alvarado ni posibilidad de reuniones”, decía el presidente de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep), Álvaro Jenkins, para un reciente trabajo de EF sobre el tema. “El presidente entrante dijo que nos estaría convocando, al menos, una vez al mes para estar intercambiando ideas y propuestas que nosotros estamos por plantearle para que baje el costo de vida de los costarricenses”.
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Ánimo de reforma estatal
Aunque todavía es temprano en su gobierno, el presidente Chaves también ha dejado patente su deseo de acometer grandes reformas estatales. Ha anunciado que impulsará en el Congreso y pondrá sobre la mesa de discusión reformas que ya venía analizando el Ministerio de Planificación, dedicadas a simplificar el aparato estatal en sectores como vivienda, obras públicas y otras desconcentraciones que se generaron con los años.
Laura Fernández, ministra de Planificación, anunció el deseo de repensar el tamaño del Estado en una reciente visita a la Asamblea Legislativa. Ante la comisión de Modernización y Reforma del Estado, aseguró que a lo largo del tiempo se crearon “una especie de ornitorrinquitos legales cuya articulación y coordinación ahora pasan facturas enormes en eficiencia y en la capacidad de conducción de la política pública en Costa Rica”.
Chaves, por su parte, también anunció que impulsará proyectos remanentes de otras administraciones como Ciudad Gobierno, para reducir los pagos de la administración en alquileres; entre otras cuestiones que podrían generar réditos económicos y mayor eficiencia en el aparato público.
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Pasos en falso
Fricción con poderes y contrapesos
Los primeros 100 días de Chaves en Zapote, sin embargo, también han sido marcados por un discurso duro y a veces hasta ofensivo con sus críticos, sus opositores y sus contrapesos. El mandatario ha hecho afirmaciones y tomado acciones que han puesto en duda su respeto del marco jurídico costarricense, de la división de poderes y que han generado un ambiente hostil con sus críticos y con la prensa.
Chaves acudió de manera sorpresiva a la Fiscalía por cuenta propia, el 16 de junio, tras conocer sobre la existencia de diversas causas que se siguen en su contra. Cuatro días después, además, le pidió a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia en su visita de inicio de mandato, no prestarse a “intereses canallas” y detener las “demandas absurdas”; en un gesto que Rodrigo Arias, presidente del Congreso, calificó como “inapropiado”. Fernando Cruz, presidente del Poder Judicial, criticó el discurso de Chaves, pues aseguró que incluso trató a la Corte “como si fuera su jefe”.
El presidente también ha tenido episodios de críticas al Poder Legislativo, al que pidió “dejar de jugar chapitas” y aprobar el proyecto de endeudamiento externo por $6.000 millones en cinco años que empuja en el Congreso, durante su reciente visita a Guanacaste, el 25 de julio pasado.
Asimismo, ha demostrado un diálogo confrontativo y deslegitimador en contra de varios medios de comunicación como Teletica, CRHoy y La Nación (El Financiero es parte de Grupo Nación, compañía propietaria del diario La Nación y Parque Viva). En una reciente conferencia de prensa en Casa Presidencial, el 3 de agosto, el mandatario dijo “no creerle” a muchos medios y le pidió a su ministra de Salud, Joselyn Chacón, “no molestarse con ellos”, sino “dejarlos que sigan hundiéndose”. También comparó a la prensa con “una fauna” en la que también “hay ratas”, en un discurso que incluso generó reproches de periodistas y organismos nacionales e internacionales.
Sesiones extraordinarias ‘perdidas’
El Poder Ejecutivo tuvo el control de la agenda legislativa durante los primeros tres meses del mandato. Después de una reforma constitucional que se realizó en 2020, Chaves fue el primer mandatario que asumió su cargo con el dominio de la dinámica del Congreso: una ventaja que fue desaprovechada.
La administración no logró articular una agenda de peso y tampoco utilizó la plataforma para presentar o impulsar nuevos proyectos estratégicos, con mayor decisión. Según su jefa de fracción en el Congreso, la periodista Pilar Cisneros, la baja intensidad pudo deberse a que la conformación legislativa pasada dejó pocos proyectos trascendentales en trámite de aprobación y que, al tratarse el suyo de un partido completamente nuevo (Progreso Social Democrático), tampoco se tenía una agenda adelantada por cuenta propia.
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Fallos en vacunación
En el acto de firma de sus primeros decretos, el presidente Chaves afirmó que el primer texto que publicaría permitiría “cambiar la regulación” sobre la vacunación obligatoria contra la covid-19 y “las sanciones a los funcionarios que no quisieran ponérsela”. Sin embargo, el texto no se publicó sino hasta tres días después y su redacción final únicamente “instaba” a las instituciones públicas y a las empresas del sector privado a no despedir a sus trabajadores sin inmunizar y solicitaba a la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología (CNVE) realizar “estudios técnicos que demuestren el efecto de la obligatoriedad de la vacunación”.
La publicación final de los decretos se dio hasta el 11 de mayo, después de intensas discusiones públicas sobre si el Gobierno tenía o no realmente la facultad legal de cambiar las disposiciones establecidas por la CNVE. Finalmente, la vacunación siguió siendo obligatoria y el primer decreto de Chaves quedó en nada.
Más recientemente, Chaves anunció que la obligatoriedad ya no estaría vigente por supuestos nombramientos vencidos de funcionarios de la CNVE, comisión a la cual acusó de “anomalías” e ilegalidades, y anunció que abriría investigaciones de ser necesario. Sin embargo, criterios de la Procuraduría General de la República ponen en duda su interpretación. Álvaro Ramos, presidente ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social, dijo también que la Junta Directiva realizará evaluaciones sobre “las implicaciones legales de toda esta situación”.
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Relajación fiscal
Los primeros meses del presidente Chaves en Zapote también se han visto marcados por un relajamiento de la disciplina fiscal en el discurso del mandatario. El presidente no ha presentado aún cuál será su prometida nueva agenda en el marco de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI); cambió vía decreto la forma en que se mide el cumplimiento de la regla fiscal, en un movimiento que fue reprochado por la Contraloría General de la República (CGR) por sus posibles implicaciones al alza en el gasto público. Más recientemente anunció su intención de impulsar un subsidio al precio de los combustibles que podría costarle unos ¢41.700 millones mensuales al Estado (una idea que antes había negado a la oposición y que había tachado de irresponsable).
Chaves también ha defendido la eliminación de normas presupuestarias que hoy impiden descongelar plazas vacantes e impiden redireccionar partidas en planes de gasto públicos, para evitar mayores erogaciones del Gobierno Central. Todas ellas fueron normas que se implantaron y se mantuvieron en la administración anterior.
Según ha dicho Chaves, los cambios para flexibilizar el gasto solo buscan permitir que el Estado pueda brindar a tiempo sus servicios. “Lo que hace esta modificación al reglamento de implementación (de la regla fiscal)”, dijo en su momento el mandatario, “es quitarle una amarra que tienen las instituciones públicas para servir al pueblo”. Asimismo, su ministro de Hacienda, Nogui Acosta, se ha comprometido a que el Gobierno no planea un levantamiento duro del gasto.
Sobre las negociaciones con el FMI, se sabe realmente poco. El ministro Acosta apenas ha dicho que se piensa impulsar una reforma al modelo de pago del impuesto sobre la renta y poco más.
Todos esos movimientos generan dudas y Chaves ha dicho que hará anuncios en los próximos días.
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‘Decretitis’
El presidente Chaves, además, ha centrado su mandato en la firma de diversos decretos, algunos con efectos inmediatos y otros que siguen pendientes de trámite.
No obstante, esta práctica, sumada al descuido de reformas legales en la Asamblea Legislativa, a la cual se e como un trámite más engorroso, puede ser negativa. El alcance de los decretos es más acotado que el de las leyes y, además, son susceptibles de cambios tan volátiles de una administración a otra, como los que actualmente pone en marcha su gestión.
El mandato de Chaves alcanza sus primeros 100 días entre aciertos y pifias, seguramente muchos más de los que puedan plasmarse en un resumen como este. Y al mandato le faltan 1.361 días adicionales todavía.