En épocas de multipartidismo es importante aprender a negociar, pero sobre todo obtener buenos resultados en esos procesos.
El presidente electo, Carlos Alvarado, lo entiende a la perfección y por eso su primer paso fue ofrecer un acuerdo a los siete partidos políticos que tienen escaños en el próximo plenario legislativo.
Alvarado sabe que el camino en la Asamblea Legislativa no será sencillo. En frente tiene una oposición con experiencia que estará encabezada por el Partido Liberación Nacional (PLN) con 17 diputados y, muy de cerca, estarán los 14 legisladores del Partido Restauración Nacional (PRN).
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Pese a las barreras que puede tener un Congreso divido en siete fracciones legislativas con ideologías, propuestas, intereses y convicciones completamente opuestas las unas de las otras, el Presidente electo es optimista.
El equipo de negociadores del Partido Acción Ciudadana (PAC), porta estandarte de las propuestas del próximo mandatario, logró convencer y alinear a las siete fuerzas políticas que coincidirán en Cuesta de Moras a partir del 1.° de mayo.
Aunque tres partidos políticos no aceptaron la oferta de sumar figuras al gabinete del "gobierno nacional" que quiere construir Alvarado, a ninguna agrupación le pareció mal negociar un acuerdo para una agenda legislativa con aportes por todos.
Los líderes de las siete fracciones del próximo Congreso consideran que la estrategia promovida por el segundo gobierno del PAC es un paso en la dirección correcta.
Agenda sí, gabinete no
Alinear a siete partidos políticos después de una convulsa y atípica elección que se dividió en dos capítulos, no es nada fácil, mucho menos para el PAC, al que grupos como el PLN le resienten los ataques del pasado.
Tras varios días de intensas jornadas de negociación, el equipo del Acción Ciudadana conformado por Ottón Solís, actual diputado; Epsy Campbell, vicepresidenta electa y legisladora; y Víctor Morales Mora, congresista electo, logró cosechar siete respuestas afirmativas.
Fue así como el PLN, el PRN, el Partido Republicano Social Cristiano (PRSC), el Partido Integración Nacional (PIN), el Frente Amplio (FA), el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) y el propio PAC, dieron el sí para construir una agenda legislativa conjunta.
Al finalizar las reuniones entre los negociadores del Gobierno electo y las cúpulas de los partidos, la repuesta siempre fue similar: es un buen primer paso para que el país avance desde la Asamblea Legislativa.
Las últimas dos semanas estuvieron marcadas por reuniones entre el PAC y las otras seis fuerzas políticas con las que tendrá que coexistir y compartir durante los próximos cuatro años en la feroz dinámica legislativa.
En la comisión negociadora de Acción Ciudadana explicaron que trabajan en la construcción de un documento conjunto que reunirá las propuestas e intereses de todos los partidos políticos que participaron en este proceso.
Se trata de un punto de partida, un borrador para activar las negociaciones. Ottón Solís lo describió como una propuesta para empezar a trabajar.
Carlos Alvarado es optimista sobre la posibilidad de conseguir una agenda legislativa de consenso y considera que todas las fuerzas políticas le dieron señales positivas para lograrlo.
Eso sí, Liberación Nacional, el Republicano Social Cristino y Restauración Nacional se mostraron anuentes a negociar la agenda para el Congreso, pero rechazaron con vehemencia participar en el gabinete del "gobierno nacional" que promueve el Presidente electo.
Los tres partidos -dos de los cuales tienen las fracciones más grandes PLN (17) y PRN (14)- prefirieron quedarse como oposición legislativa sin ningún compromiso político que los ate al gobierno de Alvarado.
Mientras que el FA y el PUSC fueron los primeros dos partidos en dar el doble sí, interesados en negociar una agenda y en llevar figuras de sus filas al futuro gabinete. El PIN también se sumó con interés y explorará la posibilidad de formar parte del Ejecutivo.
Expectativa fiscal
Las últimas semanas también trajeron noticias halagüeñas para la reforma fiscal que se tramita en el Congreso. El pasado martes 10 de abril, la comisión especial que estudiaba el texto hizo algunos cambios y le dio el aval con cuatro votos a favor y tres en contra.
El proyecto de ley sufrió modificaciones con respecto a la propuesta presentada por el actual Gobierno.
Entre los ajustes más drásticos destacan la creación de dos nuevos tramos de renta del 20% y 25% para gravar los salarios, una tasa del 15% para las cesantías que superen los ocho años y la obligatoriedad para que todas las sociedades mercantiles se inscriban ante el Ministerio de Hacienda.
Alvarado, y en cierta forma los diputados electos que llegarán al próximo plenario, están a la expectativa de lo que ocurra en las próximas semanas con el avance de la reforma fiscal en el Congreso.
Si el proyecto se aprueba antes del cambio de gobierno, Alvarado llegará con más herramientas y con un leve respiro para obtener recursos frescos en medio del creciente déficit fiscal.
Los diputados ya no tendrán el peso de aprobar el paquete tributario, aunque de seguro su misión se enfocará en reformarlo y hacerle ajustes para recortar el gasto público y aumentar los ingresos.
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Si la reforma tributaria no se aprueba, el camino se torna más complejo para Alvarado y su gobierno. El plan fiscal es el tema sobre el que existen más desacuerdos entre los partidos del próximo plenario.
Por ejemplo, el FA no comparte algunos de los puntos negociados entre el Carlos Alvarado y Rodolfo Piza durante la segunda ronda. La fracción del PUSC ya anunció que respaldará la agenda legislativa conjunta, pero no le da un "cheque en blanco" al futuro mandatario.
El PRSC se opone férreamente a nuevos impuestos, mientras que el PLN y el PRN están a favor de la reforma fiscal, pero consideran que el proyecto en trámite es insuficiente.
Los próximos diputados tendrán que resolver este tema prioritariamente, porque el déficit financiero del país alcanzará un 7,1% del Producto Interno Bruto (PIB) al cierre del año y podría crecer al 7,9% de la producción nacional para finales del 2019.
Los bloques
La segunda ronda en la que Carlos derrotó contundentemente a Fabricio Alvarado también sirvió para revelar algunas alianzas partidarias que podrían persistir en la Asamblea.
La cercanía de Restauración Nacional con el PLN y con el Republicano Social Cristiano, supone la conformación de un bloque opositor que podría resultar incómodo para el segundo gobierno del PAC.
En Restauración Nacional no esconden que existe un diálogo estrecho y cercano con estas agrupaciones políticas y le suman una parte de los diputados del PUSC y los legisladores del PIN.
Jonathan Prendas, vocero de la bancada del PRN, aseguró que su fracción llevará una agenda propia a Cuesta de Moras.
En el otro bando, el Frente Amplio y el PUSC -aliados naturales del PAC en la segunda ronda- se mantienen cercanos a Alvarado.
Incluso, el nombre de Rodolfo Piza, dos veces excandidato de la Unidad, es considerado por el mandatario electo para ocupar el cargo de Ministro de la Presidencia.
El PAC debe construir una agenda legislativa que satisfaga a los siete partidos políticos, una tarea difícil que tienen tintes de reto para un partido que tejió pocos acuerdos en los últimos cuatro años.
El comité negociador del Gobierno electo convocará en los próximos días a las fuerzas políticas para empezar el diálogo final, un proceso del cual depende el futuro del país, pero que, sobre todo, podría marcar el inicio de un verdadero cambio en la relación política entre el Ejecutivo y el Legislativo.