Ottawa. El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dijo este jueves que hay una “gran posibilidad” de alcanzar con Estados Unidos y México un acuerdo en los próximos días para actualizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta).
Existe “una gran posibilidad de alcanzar un acuerdo de ganancia-ganancia-ganancia para Canadá, Estados Unidos y México”, dijo Trudeau a la prensa.
“Estaría muy bien que pudiéramos hacer algún anuncio en la cumbre de las Américas”, que tendrá lugar el 13 y 14 de abril en Lima, Perú.
“Con la presión de las elecciones en México y Estados Unidos, sería muy bueno anunciar algo en la cumbre” de Lima, añadió.
Su ministra de Exteriores, Chrystia Freeland, principal negociadora canadiense, viajó a Washington para reunirse con su contraparte, el representante comercial de Estados Unidos Robert Lighthizer quien, a su vez, se reunió el miércoles el ministro de Economía de México Ildefonso Guajardo en busca de alcanzar un principio de acuerdo sobre el Nafta.
Freeland dijo que en las siete rondas de negociaciones realizadas desde agosto hasta ahora, se hicieron “bastante buenos progresos” para poner al día a ese tratado vigente desde hace 24 años.
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Varios asuntos han bloqueado ahora los avances. Entre ellos se cuenta la llamada “clausula crepuscular” (sunset clause) propuesta por Washington por la cual el Nafta caducaría cada cinco años para ser actualizado. México y Canadá se oponen a esa propuesta como también a los cambios propuestos por Washington al sistema de solución de controversias entre los socios.
El gobierno de Donald Trump está apurando las negociaciones en momentos en que las tensiones comerciales están pesando en Wall Street y se acercan las presidenciales de México de julio y las legislativas de Estados Unidos en noviembre.
La Casa Blanca también tiene presente el nerviosismo que ganó a los mercados con la escalada de medidas reciprocas de sanciones comerciales de Estados Unidos y China, las mayores economías mundiales.
En sus actuales términos, el Nafta establece que los automóviles deben tener un 62,5% de partes fabricadas en los países signatarios para así poder importarlos sin aranceles. Washington quiere elevar ese porcentaje a 85% y además que el 50% sea estadounidense, cosa no admitida por sus socios.
La prensa canadiense dice que Estados Unidos retiró esa demanda pero funcionarios en Washington no confirmaron esa información.
Freeland dijo el mes pasado que junto con Lighthizer lograron “algunos avances en las reglas de origen para los autos”, un punto que consideró fundamental para el acuerdo.
El diario Globe and Mail, citando fuentes anónimas, dijo que Estados Unidos y Canadá están lejos de entenderse en materia de compras públicas y de la apertura a los lácteos y aves de corral canadienses.
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México, a su vez, supuestamente se opone a la demanda de Estados Unidos de exigir a los fabricantes de autos abastecerse de piezas en compañías que paguen a sus trabajadores por lo menos $15 la hora, lo cual estaría alineado con lo que se paga en los otros dos países. En México, en cambio, el salario promedio es de $3 por hora.
El sector del automóvil está preocupado porque salarios más elevados incrementarán costos en la cadena de producción o implicarán orientarse hacia lugares donde la mano de obra es más barata. En tal caso, deberían pagar un arancel de 2,5% para importar vehículos en Estados Unidos, según las normas de la Organización Mundial de Comercio.
La embajadora estadounidense en Canadá Kelly Craft mencionó el miércoles otros puntos de fricción en las negociaciones, entre ellos la falta de apertura de Canadá en materia de telecomunicaciones y medicamentos genéricos.