El cumplimiento de las etapas previas a la construcción de infraestructura de transporte, conocidas como preingeniería, muestra un menor crecimiento en el 2020.
Esa es la principal conclusión que se desprende de la cuarta edición de un estudio elaborado por la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC), cuyos resultados se presentaron este miércoles 13 de octubre.
El estudio midió el nivel de desarrollo de preingeniería de 29 proyectos a lo largo del tiempo, con el fin de compararlo con el costo y el plazo de las obras.
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El estudio enlistó 14 etapas previas, desde el anteproyecto hasta la orden de inicio, y a cada una se le asignó una ponderación numérica. Además, se realizaron entrevistas con los encargados de los proyectos.
El resultado fue que, en conjunto, los 29 proyectos muestran un 45,28% de cumplimiento, apenas tres puntos porcentuales (p.p.) más comparado con el 2020. Ese año, el grado de avance fue de 12 p.p. y de 6 p.p. en el 2019, lo cual refleja un menor ritmo de progreso.
“Nos evidencia un retroceso en las tareas de preingeniería en los proyectos viales (...). Esto debe ser asumido con total seriedad por el próximo gobierno”, aseveró Carlos Trejos, presidente de la CCC.
Entre los proyectos analizados están Circunvalación Norte, la obras impostergables (OBIS) de la ruta a San Ramón, la ampliación de la ruta 27, los pasos a desnivel en Taras y La Lima, el tren eléctrico, entre otros.
Algunos de estos proyectos iniciaron sin tener todos las etapas de preingeniería concluidas, apuntó la CCC, lo que significa mayores atrasos.
Según el estudio, los proyectos con preingeniería concluida o casi concluida sufrieron atrasos del orden de un 10%, mientras que aquellos que no la tenían concluida presentan atrasos del 178%, lo que representa, en promedio, 275 días de más en el plazo de construcción.
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Este año se dio orden de inicio a siete proyectos sin concluir etapas previas, lo cual es una “mala práctica”, de acuerdo con la Cámara.
La remoción de servicios públicos sigue siendo uno de los talones de Aquiles, pues existe poca coordinación entre las instituciones.
“El desarrollo de la infraestructura debe darse de acuerdo a una política de Estado y no depender de planes de gobierno de cuatro años”, señaló Roberto Fiatt, ingeniero y miembro del Comité de Infraestructura de la CCC.
La rotonda de Guadalupe es uno de los pocos casos de éxito, pues superó todas las etapas de preingeniería a tiempo.
Avance disparejo
A pesar de que el rezago es generalizado en el país, los datos varían según cada unidad ejecutora.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es el único que mantiene un progreso sostenido en los últimos tres años, mientras el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) viene en caída.
El Fideicomiso Ruta 1, que ejecuta las OBIS en la carretera hacia San Ramón, bajó su desempeño en el 2020 pero se mantiene en un nivel aceptable.
Por el contrario, dos unidades ejecutoras presentaron un retroceso: el Consejo Nacional de Conceciones (CNC) y el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi).
La CCC se mostró preocupada de que el caso Cochinilla afecte aún más la ejecución de algunos proyectos.
Por ejemplo, Circunvalación Norte bajó su ritmo de construcción y su entrada en operación se atrasó hasta junio del 2022, mientras que la construcción en Taras y La Lima suma ya casi dos semanas detenida.