“El puerto de Caldera está colapsado y requiere una urgentisima renovación”. Así justificó Juan Ramón Rivera, presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (Incop), la creación de un plan maestro para la modernización de este puerto.
El Instituto presentó un plan que se resume en dos grandes fases, ocho puntos de intervención y una inversión de $251 millones. El objetivo es sacar al puerto de la vía hacia el cierre técnico al que se encamina si no se hiciera ningún cambio, según detalla el documento.
La creación de este plan maestro para la modernización de la terminal portuaria era el objetivo con el que inició la administración del Incop desde mayo de 2018, sin embargo, nada está escrito en piedra.
El documento propone cambios para las dos concesiones que hoy manejan Caldera y que tienen fecha de expiración en los próximos seis años. Estos deben recibir el visto bueno por parte de la Contraloría General de la República (CGR) y la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).
Caldera 2040
El panorama para el puerto de Caldera se ha ido complicando con el pasar de los años. El contrato de consesión limita las posibilidades de inversión en nuevas obras que le permitan atender a los grandes buques de viajan de manera directa hacia el continente asiático.
Además, la puesta en operación de la nueva Terminal de Contenedores de Moín representa una fuerte competencia para los muelles del Pacífico.
Pese a las dificultades el plan prevé un crecimiento en el movimiento de mercadería en el puerto. En el 2017 el volumen de carga fue de 5,2 millones de toneladas, el documento contempla que para el 2020 el número alcanzará 6,1 millones de toneladas y llegará hasta 9,2 millones de toneladas en el 2040.
En ese escenario nació el plan de modernización. El documento se construyó, según Rivera, con consultas a distintos interesados y usuarios de la terminal como las empresas importadoras de graneles, así como las compañías navieras.
La transformación del puerto de Caldera para los próximos 20 años quedó planteada en dos etapas por la empresa Camacho y Mora, Arcadis y Port Consultant Rotterdam, encargada de producir el plan maestro.
La primera contempla las obras más urgentes, mientras que la segunda etapa avanzará de acuerdo con el aumento de la demanda y está prevista para realizarse en los próximos 10 años. El objetivo es que no se haga una sobre inversión en el puerto para que las tarifas no suban más de lo necesario.
Cambios en la terminal
Dentro de las dos fases que ya contempla en detalle el plan maestro, hay ocho proyectos específicos:
1. Mitigación del problema de sedimentación: Este proyecto consiste en adicionar un espigón al actual rompeolas. Debido a la gran cantidad de sedimentos que se acumulan principalmente en el puesto uno del puerto, es necesario hacer dragados constantes. El objetivo de la intervención es disminuir la necesidad de realizar estos dragados.
2. Desarrollo de terminal de contenedores: Se adicionarían aproximadamente 35 metros a la pantalla de atraque para poder profundizar y llegar a un calado (profundidad que alcanza en el agua la parte sumergida de una embarcación) de 14 metros. Esto abre el acceso a barcos más grandes. Además se deben reforzar los pisos, comprar dos grúas porticas y grúas RTG en los patios de contenedores.
3. Construcción de un atracadero adicional para ferry, carga general y RORO: Se construiría una pantalla de atraque para barcos principalmente tipo Roll on-Roll off, es decir, con carga que entra y sale rodando como los autos. El ferry que va a El Salvador también atracaría en este puesto y eventualmente serviría para carga general y contenedores, a través de grúas móviles.
4. Mejora de la terminal granelera: En el puesto 4 se colocarían dos torres de succión para descargar dos bodegas de manera simultánea. Estas descargas se almacenarán en silos de trasiego con el objetivo de evitar atrasos.
5. Área de estacionamiento de camiones: El objetivo es evitar que los camiones se parqueen en las calles cercanas al puerto.
6. Medidas para disminuir el tiempo de inactividad en el atracadero 4: Actualmente este puesto tiene entre un 10% y 12% de pérdida de tiempo anual, consecuencia de la sedimentación. Se adicionarían equipos para aminorar el choque de las olas y que los barcos puedan seguir operando. El objetivo es disminuir el período de inactividad a un 2% o máximo 4% al año.
7. Estabilización de la costa: El proyecto obedece a una petición del Ministerio de Obras Públicas y Transportes para aprovechar los estudios de oleajes y corrientes, con el objetivo de proteger la zona costera en Caldera.
8. Reubicación del puerto de servicio y desarrollo de instalaciones de guardacostas: Ambos puestos se trasladarían para que no interrumpan con las actividades portuarias.
De estos ocho puntos, los cinco prioritarios son el desarrollo de la terminal de contenedores, la creación del estacionamiento, las acciones para mitigar los problemas de sedimentación, el mejoramiento de terminal granelera y disminuir el tiempo de la actividad del puesto 4. El Incop espera concluir todos estos durante la fase A del plan maestro.
Los tres proyectos restantes quedarían para la fase B. En caso de requerirse, la fase C contemplaría la construcción del muelle de carga general.
Impacto
El principal crecimiento que proyecta el plan maestro para el puerto de Caldera se visualiza en dos áreas.
Primero está la exportación de productos perecederos que hoy es imposible debido al período de tránsito del viaje. Actualmente estos trasiegos implican realizar un transbordo en Manzanillo, México o en Balboa, Panamá. Esto significa en promedio, 15 día de atraso en cada viaje según datos del Incop.
El cambio en la terminal significaría un aumento en la demanda de exportación de bienes perecederos, por ejemplo banano, piña, mango, melón o carne, que podrían realizarse en viajes directos a los destinos finales.
En segunda instancia ocasionaría un aumento en la demanda porque hoy todos los productos importados desde Asia a Costa Rica tienen que hacer el mismo transbordo. Cuando esa parada se hace en Panamá, muchos productos que son potenciales clientes de la terminal de Caldera terminan transportándose vía terrestre.
Es decir, el plan contempla un aumento tanto de exportaciones como de importaciones.
Otro punto importante de ingresos para el muelle es convertirse en un hub para el resto de Centroamérica.
“Igual que ahora nuestra mercadería tiene que pasar por Panamá, problamentente mucha mercadería de El Salvador, Nicaragua u Honduras, vendría aquí y de acá pasaría a esos países al tener nosotros un puerto con capacidad de grandes buques”, explicó Rivera.