Más costarricenses que nunca antes dicen tener intenciones emigrar. Este fue uno de los principales resultados de la más reciente encuesta del Barómetro de las Américas, publicada por el Laboratorio Lapop.
Casi una cuarta parte de la población encuestada en Costa Rica dijo tener intenciones de irse a vivir o a trabajar a otro país: una proporción nunca antes vista en este tipo de consultas populares, cuyo archivo data desde 2004, y que duplica los registros de hace 10 años.
A diferencia de otros países de la región, sin embargo, los costarricense optan por migrar formalmente.
¿Cómo es el tico que piensa dejar el país? Esto dicen los datos.
Jóvenes quieren salir
A nivel nacional, es un 23% de las personas mayores de 18 años el que dice tener intenciones de dejar el país para vivir o trabajar.
Cuando se hace zoom sobre los datos de la encuesta de Lapop, sin embargo, se puede identificar que la intención de emigrar es más común entre personas jóvenes, de zonas urbanas y con educación universitaria.
Si bien otros grupos sociales igualmente manifiestan cierto nivel de deseo, los porcentajes suben hasta un 42% entre jóvenes de 18 a 25 años, hasta un 32% entre personas con educación superior y hasta un 25% entre personas de zonas urbanas.
Las intenciones de emigrar también son más comunes entre hombre que mujeres, por una amplia brecha de 9 puntos porcentuales. Un 28% de los hombres costarricenses encuestados dijo que quisiera irse del país; mientras que el porcentaje cae a 19% entre las mujeres.
A pesar de estos datos, el costarricense sigue siendo renuente a emigrar sin respaldo legal.
Consultados sobre sus probabilidades de emigrar a cualquier país del extranjero sin visas o documentos correspondientes, solo un 25%% dijo ver esa opción como “algo probable” (10%) o “muy probable” (15%).
Entre este último grupo, por otra parte, hasta un 35% ve como una gran probabilidad hacerlo a Estados Unidos mediante una visa (35%); aunque otro 15% se dice dispuesto a hacerlo a ese mismo país, pero sin documentos (15%).
Para llegar a estos resultados, Lapop desarrolló una encuesta a nivel nacional entre los días 19 de julio y 20 de agosto, con financiamiento de Vanderbilt University, USAID y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Se aplicó un diseño de muestra probabilística nacional de adultos en edad de votar, con una muestra total de 962 personas en zonas urbanas y 565 en zonas rurales, para un margen de error de 2,51 puntos porcentuales.
Migración en suelo tico
Además de consultar sobre las probabilidades de emigrar, el Barómetro de las América indagó sobre las percepciones costarricenses de la inmigración en el país.
En este sentido, se identificaron indicios de que las actitudes intolerantes hacia los inmigrantes han mermado, según publicaron los responsables del estudio.
Hasta un 82% de la población afirma que no le molestaría tener un vecino inmigrante, aunque todavía existen porcentajes menores de la población que dicen sentirían “poco” (9%), “algo” (5%) o mucho (4%) de disgusto ante esa opción.
Además, un 60% de la población dice estar algo de acuerdo o muy de acuerdo en que se ofrezcan servicios sociales a inmigrantes, y un 68% en que se les ofrezca asistencia para encontrar trabajo.
En todos los casos, los números bajan ligeramente cuando se pregunta específicamente por el caso de la población nicaragüense. Sobre esta población en específico, un 81% de los costarricenses consultados dijo estar de acuerdo con que se le brinde la ciudadanía a los hijos de estos inmigrantes, un 65% con que se les asista para obtener permisos de trabajo y un 63% con que se les brinde asistencia para su legalización permanente.
Entre un 73% y un 75%, además, justifica la llegada de personas nicaragüenses por las condiciones de su país en materia política, de inseguridad y economía.
El estudio también determinó que las actitudes hacia la inmigración en la sociedad costarricense pasan por cambios generacionales, pues las personas más jóvenes exhiben mayor apertura. Por ejemplo, un 45% de las personas mayores de 66 años dijeron considerar que la criminalidad empeora por culpa de los migrantes nicaragüenses, pero ese número cae a porcentajes de entre 28% y 37% en los demás grupos etarios.
Las personas de mayor edad también son las que menos piensan que la inmigración nicaragüense es buena para la economía (solo un 55% lo respalda); aunque el porcentaje ya es mayoritario en todos los sectores de la población.
A pesar de estos datos, el grupo de mayor edad es el que más considera que la inmigración nicaragüense tiene un efecto positivo para la cultura del país. Este porcentaje más bien decae en los grupos de menor edad.
En términos generales, sin embargo, la publicación considera que “la sociedad costarricense da señales de una mayor aceptación a los inmigrantes, aun en medio de circunstancias sociales desfavorables o de un contexto propicio para la discriminación y la xenofobia”.