Brasil anunciará este miércoles 3 de marzo una de las mayores contracciones económicas anuales de su historia, esperada en más de 4% en 2020, cerrando una nueva “década perdida”, y encara un 2021 de “volatilidad e incertidumbre” por su gestión de la pandemia, estiman analistas.
El retroceso de la principal economía latinoamericana fue de 4,2%, según la estimación promedio de 40 expertos consultados por el diario Valor. Si es confirmada, esa cifra marcaría el tercer mayor derrumbe anual desde inicios del siglo XX después del de 1981 (-4,25%) y 1990 (-4,35%), en la llamada "década perdida" de América Latina, golpeada por la crisis de la deuda.
Brasil se recuperaba a duras penas de la crisis de 2015-2016 (cuando su PIB se contrajo 6,7% en dos años), pero la pandemia de coronavirus, que ya dejó más de 255.000 muertos en el país, echó por tierra esos esfuerzos.
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De confirmarse las previsiones, el promedio anual de crecimiento de Brasil en 2011-2020 será de 0,29%, más bajo que entre 1981 y 1990 (1,66%).
El desplome de 2020 fue mucho menor que el que en junio le auguraba el FMI (-9,1%) y que el de otras economías regionales, como México (-8,5%) o Argentina (-10%), gracias a las ayudas otorgadas por el gobierno desde abril a diciembre a un tercio de los 212 millones de brasileños.
El país emergió así con vigor de la recesión en el tercer trimestre (+7,7%) y registró en el cuarto, según las proyecciones, una expansión de 2,8% respecto al trimestre anterior.
Pero los subsidios se cortaron en enero y junto con ellos se fue el impulso de la actividad, en medio de una nueva fase de recrudecimiento de la enfermedad, que está dejando por primera vez más de 1.100 muertos por día en promedio semanal.
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Los analistas prevén una nueva caída del PIB en el primer trimestre de este año, un segundo trimestre en duda y un repunte recién en la segunda mitad del año, para cerrar 2021 con una expansión de 3,29%, de acuerdo con las previsiones del mercado.
Pero el repunte está supeditado al avance de la campaña de vacunación, amenazada por la falta de insumos provocada según analistas por la caótica gestión de la pandemia por parte del gobierno de Jair Bolsonaro.
"El crecimiento de 2021 dependerá mucho del ritmo y la eficacia de la vacunación", señala el Boletín Macro de febrero del Instituto Brasileño de Economía de la Fundación Getulio Vargas (FGV/IBRE).
El país está confrontado a un escenario de "heterogeneidad, volatilidad e incertidumbre" y "los posibles atrasos en el proceso de inmunización de la población, el empeoramiento de la percepción del riesgo fiscal y los desafíos del escenario político son factores que pueden afectar la débil recuperación económica", agrega.
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Dependencia de las exportaciones
El consultor Sergio Vale, de MB Associados, advierte además que debido a un repunte inflacionario, el Banco Central (BCB) podría elevar en marzo su tasa básica, que mantiene desde agosto en su mínimo histórico de 2% para alentar el consumo y la inversión.
Esa sería una mala noticia, después de un año con un desempleo promedio de 13,5%, el mayor desde el inicio de la serie estadística en 2012. En diciembre, 13,4 millones de brasileños buscaban trabajo.
El índice de confianza de empresarios y consumidores cayó en enero, por cuarto mes consecutivo, después de que las ayudas de emergencia se redujeran a la mitad en octubre.
Sergio Vale señala que la prudencia de los inversores aumentará, después de la decisión de Bolsonaro de reemplazar al presidente de Petrobras, provocando un derrumbe de las acciones de la petrolera controlada por el Estado pero de capital abierto.
En ese contexto, en 2021 “el motor de la recuperación serán las commodities”, las materias primas exportadas, apuntaladas por la demanda china y la desvalorización del real frente al dólar, indica Vale.